¿Pistolas o revólveres, cuáles son mejores?

Publicado por Revista Aire Libre

¡Pregunta equivocada! Aqui van las razones de nuestra afirmación.

En la historia del desarrollo tecnológico de las armas de fuego, pasó mucho tiempo entre la presentación en sociedad de la famosa invención de Sam Colt y los principios del siglo 20, donde los revólveres fueron –claramente– la herramienta más adecuada para la protección personal. Fue entonces cuando las pistolas semiautomáticas ingresaron a escena y desafiaron el lugar ocupado por el revólver como arma de fuego dominante para la autodefensa. Por supuesto, en un principio había una clara desventaja. Las primeras pistolas no eran precisamente fáciles de usar, y la fiabilidad era un tema de gran preocupación. Por lo menos en los EE.UU., el revólver seguiría siendo el favorito hasta mucho tiempo después.

Pero poco a poco, la tecnología y la ingeniería detrás de las armas semiautomáticas fue mejorando y ahora, 100 años después, hay muchísimas menos ventajas entre un revólver y una moderna pistola. Pero, la misma pregunta sigue apareciendo: “¿Son  las semiautomáticas mejores que los revólveres? …o versiones reformuladas, como: ” ¿Siguen siendo vigentes los revólveres?  ¿Son obsoletos los revólveres? “…

Creo que vale la pena discutir el tema pero también creo que éstas son las preguntas equivocadas. La equivocación reside en su amplitud y ambigüedad, conduciendo a respuestas que no ayudan a nadie. Este tipo de preguntas se centran en las herramientas y la tecnología y no dicen nada acerca de las personas que las van a usar.

Por ejemplo, un fan de las pistolas podría tomar la cuestión y considerar únicamente los méritos mecánicos y tecnológicos de las opciones que en ese rubro nos ofrece el mercado de armas. Desde esa perspectiva,  por supuesto que las semiautomáticas son superiores. Tienen menor retroceso. Los gatillos son más fáciles de manipular. Las miras son generalmente mucho más grandes y mejores.

Hoy las pistolas son más confiables que nunca y tan poco propensas al mal funcionamiento como el promedio de los revólveres. Y lo más importante, las semi-automáticas tienen mayor capacidad de munición –entre 2 y 3 veces– que un revólver de igual tamaño y peso. Cuantas más balas mejor. Game over, las semiautomáticas ganan!

Ruger LCR 357 con algunas municiones Speer Gold Dot .38 Special + P ammo

Por otro lado, los usuarios y fans del revólver tienden a esquivar este tipo de argumentos y contraatacan con ejemplos mucho más contextualizados o personales. Ellos  destacan hechos puntuales, citando, por ejemplo las recargas en menos de 1 segundo de Jerry Miculek o los muchos enfrentamientos de los que Jim Cirillo, el héroe policial de New York, salió victorioso con su mítico 6 tiros. Ellos apuntan a historias sobre policías mal entrenados que durante un tiroteo, rocían de balas a inocentes transeúntes en una concurrida calle de la ciudad. Citan el caso,  como prueba de que los revólveres son mejores, ya que requieren que el tirador ejerza más control sobre sus pocos tiros. Y se escucha todo tipo de comentario, desde cómo ellos se sienten más cómodos y seguros disparando revólveres hasta que no se sienten limitados con su 3” j-frame.

Las posiciones de ambos son tan cerradas que finalmente, nadie cambia de opinión, se entera o aprende algo nuevo. Afortunadamente, hay mejores maneras de atacar este asunto sobre “pistolas y revólveres”.

En primer lugar, vamos a tener que superar el supuesto de que este tipo de discusión es por el Super Bowl de las armas de puño. No es el caso y no tiene ni debe por qué haber un ganador y un perdedor. Podemos comparar estas dos tecnologías sin implicar que el arma, cuya lista de “pros y cons” resulte menos favorable, sea por consiguiente completamente inútil y que todo aquel que posea una, sea a su vez un ignorante.

Del mismo modo, también debemos recordar que una nueva tecnología no siempre desplaza por completo a la anterior, incluso aunque sea mejor en varios aspectos. Las armas de fuego fueron una gran mejora sobre los cuchillos y los arcos pero no eliminaron por completo la utilidad de estas armas. Aún hoy, las armas blancas se siguen utilizando con frecuencia como una herramienta de auto-defensa cuando el arma de fuego falla o no podemos acceder a ella.

Smith and Wesson’s 28-2 Highway Patrolman, calibre.357

Sin lugar a dudas, las actuales pistolas ofrecen muchas ventajas mecánicas sobre los revólveres. Gran capacidad de almacenamiento de munición, un beneficio nada despreciable que aumenta las chances para los integrantes de las fuerzas de seguridad de salir con vida de los enfrentamientos armados. Pero, ese hecho no contradice en absoluto, la idea de que los revólveres todavía pueden ser viables para la autodefensa de hoy, y hasta pueden sobresalir en algunas áreas en que las pistolas no lo hacen.

Por último, nos resultará más fácil enmarcar la discusión si tenemos en cuenta el factor humano; para ello debemos considerar que la herramienta adecuada para el trabajo depende y mucho de la persona que finalmente la utilice. No quiero decir que “es más importante el indio que la flecha”. En realidad, ambos importan. Lo que quiero decir es que la pregunta: ¿”Son las pistolas objetivamente mejores herramientas de defensa personal que los revólveres?” No puede ser respondida en un sentido general, sin un montón de consideraciones y especulaciones, al estilo de …”la mayor parte del tiempo”, “probablemente”, “la persona promedio” y todo tipo de supuestos. Es una pregunta muy amplia y mucho más difícil de responder que la siguiente: ¿”Es un revólver o una pistola la herramienta adecuada para la persona X en la situación Y .”

Así que en lugar de asumir que los revólveres tienen el mismo estatus que las pistolas o deberían estar confinados en los museos, me gustaría escuchar un debate que explore los matices intermedios de esta discusión. Por ejemplo: Saber si existen beneficios menos obvios que ofrecen revólveres, ¿Cuáles son y en qué circunstancias resultan significativos? ¿A qué clase de persona le resultaría más conveniente un revólver que una pistola? ¿Hay maneras de superar algunas de las principales deficiencias de los revólveres? ¿Qué nuevas tecnologías se podrían aplicar a los revólveres para hacerlos mejor?

Por supuesto, no espero que Internet resulte la plataforma más adecuada para el debate equilibrado y razonable de estos temas tan sensibles y específicos. Voy a tener que salir al “mundo real” para eso. Así que en los próximos meses, estaré por primera vez buceando en el campo de los revólveres.

Estaré portándolos, disparándolos y tratando de descubrir todo lo que haya que conocer sobre los revólveres y su rol dentro de las modernas armas de autodefensa. De vez en cuando volveré a Uds. para hacerles saber lo que he descubierto en mi búsqueda así que, manténganse sintonizados…




El “grip” del arma

Publicado en Stockarmas.com

El “grip” del arma. Uno de los pilares básicos a la hora de disparar un arma de fuego es la adecuada sujeción de la misma. El agarre debe ser realizado con firmeza, esto es fundamental para poder realizar un buen disparo o una serie de disparos con una cadencia rápida.

De la misma manera, para efectuar un disparo de calidad es imprescindible un correcto empuñamiento, evitando errores frecuentes en lateralidad, y así como efectuar un buen control del disparador para evitar lo que conocemos comúnmente como gatillazos. Por todo ello, en el texto de hoy vamos a comentar y dar unas recomendaciones sobre el “grip” del arma.

Actualmente, muchas armas tienen la opción de intercambiar cachas y lomos en la empuñadura para adaptarlo a la mano del tirador. Tienen, en toda o en parte de su superficie,  pequeños gránulos dispersos o bien ranuras longitudinales verticales u horizontales, obteniendo un grip mejorado, pero aun así consideramos que éste se puede perfeccionar de una manera sencilla, rápida y económica.

Bien por culpa de la climatología, el frio que nos insensibiliza las manos, la lluvia que puede hacernos resbalar el arma, bien por circunstancias particulares como sudor, sangre, etc. o por el propio desgaste del material con el que está fabricada el arma, podemos acabar teniendo problemas a la hora de realizar un correcto empuñamiento.

En el mercado hay diferentes utensilios para mejorar el “grip” de la pistola, pero nosotros vamos a hablar de uno que está más que probado, nos gusta y es muy económico: La lija adhesiva.

Puedes encontrarla en cualquier ferretería y se usa habitualmente en los escalones y peldaños de las escaleras evitando que nos resbalemos. La lija nos permitirá tener un mejor agarre, y la disposición de la misma responderá a los patrones de la superficie de la palma de la mano y las falanges.

También influye en el tacto, pudiendo colocarla alrededor de la empuñadura para tener sensaciones a la hora de coger el arma.

Como vemos, en la imagen superior y en las dos de mas abajo, la lija coincidirá con el arco formado por los dedos pulgar e índice. El motivo de colocarlo tan arriba es porque un correcto empuñamiento debe de ser lo más alto posible, independientemente si disparamos a una o a dos manos.

En la parte superior también se puede fijar la lija, lo cual nos ayudara al realizar un “Press Check” para comprobar cognitivamente si el arma está alimentada, o bien montar la corredera sobre cualquier superficie o la ropa en caso de emergencia para alimentar o resolver una interrupción.

Dentro de las miles de configuraciones posibles, otra opción es fijar en los laterales de la corredera para arrastrarla con firmeza a la hora de alimentar el  arma o resolver una interrupción, pero en este caso tendremos que tener en cuenta que, dependiendo del tipo de funda que se porte, las cuales suelen ir bastante ajustadas, no dejaran guardar el arma fácilmente, cosa subsanable limando aquella parte de la funda que roce.

Recomendamos la renovación de la lija cuando observemos que va perdiendo el granulado y por tanto su agarre.

Otra recomendación es que si tenéis una pistola de entrenamiento tipo redgun o bluegun, o una réplica de tu arma en airsoft, realicéis la misma configuración con la lija en ella con el fin de practicar y tener las mismas sensaciones que con el arma real.

Como conclusión, mediante estos sencillos pasos, podemos adaptar el arma a los patrones de nuestra mano, consiguiendo así mejorar el empuñe y sujetar el arma firmemente.




Mejorando La Posición Tendido

Publicado por Revista-AireLibre.com, Por NRA Staff – Traducción y edición Carlos Nesci

Dominar la posición tendido con rifle, no tiene por qué resultar difícil. Aquí les damos 5 tips para mejorar su rendimiento. Esto es válido tanto para quienes se inician como para quienes ya comienzan a participar en torneos sociales. Lo conveniente es ir probando con estos consejos de uno a la vez.

Revisión de la Posición

El primer paso para mejorar es comparar la actual la posición con la ideal, para asegurarnos que sea la correcta. Es importante que alguien nos vea y por qué no – ahora que todo el mundo anda con su smartphone – fotografiarnos y grabarnos, para comparar así la posición adoptada con la que aquí describimos.

Los principales aspectos se enumeran a continuación, las instrucciones son para tiradores diestros, los zurdos -como bien lo saben- deben utilizar la lateralidad opuesta:

  1. Ubicación del brazo izquierdo.
  2. La mano izquierda y el pie izquierdo, deben estar en línea recta.
  3. Posición del pie.
  4. Posición de la cabeza.

El punto natural a apuntar

La perfecta alineación es un requisito indispensable en la posición tendido. Incluso aún en el caso de tener una buena alineación porque, si nos dedicamos cuidadosamente a perfeccionarla, los resultados mejorarán ostensiblemente. En cada posición donde se use una correa de sujeción, se producirá un punto natural a apuntar que debe estar perfectamente alineado con el blanco. Una vez adquirida la posición si fuese necesario apuntar a otro blanco -como en el caso de los blancos múltiples- no debemos hacer movimientos parciales, sino rotar todo el cuerpo en la dirección deseada para no perder la alineación.

Presión en la culata: debe ser pareja y constante, las correcciones de elevación sobre el eje vertical se hacen con los pies, empujando el cuerpo hacia adelante para bajar el punto natural a apuntar y hacia atrás para subirlo. El codo izquierdo no debe moverse. Los movimientos laterales deben hacerse pivotando – el cuerpo y el fusil – sobre el codo izquierdo.

Relajar el brazo izquierdo

Los puntajes alcanzados en la posición tendido, pueden mejorarse significativamente prestándole mucha atención al brazo izquierdo y asegurándose que el mismo está totalmente relajado. Si es necesario, se debe ajustar la correa del rifle para que la misma lo sostenga, sin ayuda de los músculos del brazo izquierdo. El guardamanos del rifle debe reposar sobre la palma de la mano con sus dedos separados y relajados.

La presión que le aplicamos a la culata con nuestro hombro y con la mano que dispara, tendrá un impacto directo en el retroceso del rifle, ya que el proyectil todavía no habrá abandonado el cañón del arma. Si variamos la presión, el retroceso cambiará y el proyectil impactará en otra zona del blanco. Por eso es necesario ser absolutamente consistentes con la posición de nuestro cuerpo y las presiones que el mismo ejerce sobre el arma. La presión aplicada debe ser moderada, confortable y fundamentalmente, invariable.

Apuntar más cuidadosamente

Un buen disparo en la posición tendido, requiere de un alto grado de precisión en todos los aspectos de su ejecución, particularmente en el registro de la puntería. Antes de presionar el gatillo la imagen ideal, conformada por miras y blanco debe ser lo más perfecta posible. Si tenemos dudas, si la imagen no es la que esperamos, debemos exhalar y recomenzar el ciclo de puntería.

Ajuste preciso de las miras

Para obtener el mejor puntaje posible, los grupos de impacto deben estar correctamente centrados. Esto no es muy sencillo cuando se dispara a múltiples blancos. Para ello hay que decidir si el centro de los grupos estará en el centro del blanco y hacer ligeros ajustes en el sistema de puntería. Los tiradores expertos tratan de asegurarse que sus tiros vayan exactamente a donde los cantan. Si vi un 10 a la derecha en el momento del disparo el impacto se debe producir allí y si no debe hacerse una micro corrección para que coincidan. Un blanco de 10 targets requiere varios pequeños ajustes.

La recarga de un rifle calibre .22LR puede hacerse sin abandonar el apoyo de la culata en el hombro. Esto no sólo permite completar la acción más rápidamente, sino también mantener la posición durante una serie completa de disparos. Se hace abriendo el cerrojo con la mano derecha, una vez completado el ciclo y apretado el cerrojo. El codo y la mano derecha deben volver a la posición original. El movimiento debe ser coreográficamente mecanizado para que la memoria muscular vuelva a ejercer el mismo nivel de presión en el siguiente disparo.

La posición del cuerpo: cambiar la posición del cuerpo, inclinándolo algo más sobre el lado izquierdo o ejerciendo mayor presión con el hombro sobre la culata pueden a veces mejorar la performance. Se sugiere hacerlo doblando la rodilla derecha y moviéndola en dirección ascendente.

Hay que asegurarse que estas modificaciones nos brinden una posición más estable, antes de adoptarlas definitivamente.

Si bien los tips aquí mencionados fueron suministrados para esta posición, resultan también buenas sugerencias para aplicar a las otras posiciones de tiro, porque en definitiva se trata de trabajar sobre la estabilidad y el confort con el fin de alcanzar la consistencia.




LA SOMBRA DEL HALCÓN, CARTUCHO .17 HMR.

Articulo publicado en cazawonke.com

El .17 Hornady entró con fuerza en el mundo de la cartuchería, despertando un interés superior a cualquier otro desarrollo reciente. Un enano como éste, cargado de tanto veneno, es toda una genialidad se mire por donde se mire. Recuerdo que las primeras noticias sobre él me dejaron boquiabierto, entrábamos de lleno en el mundo de la miniaturización. Aunque de consecuencias previsibles, porque bajar tanto el diámetro y subir de ese modo la velocidad no dejaba de ser poner una vez más en práctica la religión de la energía cinética, sorprendía el tamaño casi extremo que le daba apariencia de juguete.

CZ 455 Tumbhole Bull Barrell con visor Meopta Artemis 3-12×50 sobre monturas fijas.

El cartucho

En el año 2002 Hornady sorprende con la presentación del .17 HMR (siglas de Hornady Magnum Rimfire) con la colaboración de Marlin y de Ruger. Su nomenclatura obedece, por orden, al apellido de quien lo desarrolló, al Magnum del que proviene y, finalmente, a que se trata de un fuego anular, un Rimfire. Pues sí, como lo oye, Hornady utiliza la vaina del más potente de los cartuchos de percusión periférica, el .22 WMR, como base para la creación. La manera de hacerlo es aparentemente muy sencilla: agolleta el cuerpo cilíndrico primitivo para que admita un proyectil poco más de un milímetro menor, pasando de 5,6 a 4,5 mm. De alguna forma, Hornady copia la fórmula que Remington utilizó para la creación de un potente cartucho en 1969, el 5 mm Remington Rimfire Magnum que, tras el olvido, ha vuelto a aparecer de la mano de Taurus. No obstante, aunque la difusión de este último no fue grande, sentó la base para que, posteriormente, fuese utilizado su diámetro en un cartucho referencia en el campo Varmint actual, el .204 Ruger. Y es que, en general, ésta es la aplicación de toda esta gama de cartuchos… Espere, su trabajo viene después, sigamos aún con su desarrollo. Realmente, muy pocos cartuchos son los que se habían hecho en este diámetro. En fuego anular, el .17 High Estándar, creado para su semiautomática en los años cincuenta, nunca llegó a cuajar. En fuego central, el .17 Remington, creado en 1971, se mostraba y muestra como el rey indiscutible. Creado a partir del agolletamiento del .223 Remington, esta bestia saca en boca una punta de 20 grains a 1.352 m/s, ¡casi nada! Estaba claro que este diámetro, a pesar de las reducidas dimensiones, ofrecía capacidad de vuelo y, aunque sus coeficientes balísticos o densidades seccionales fueran muy pobres, la tremenda velocidad en boca suplía con creces estas carencias.

Una de las pocas carabinas semiautomáticas que se ofrecieron para el .17 HMR fue la Remington 597. Problemas de seguridad hicieron que se descatalogase y retirase del mercado.

Recuerdo que se hablaba entonces mucho sobre los problemas que acarreaban proyectiles tan pequeños y frágiles lanzados a semejante velocidad. Desde que una simple gota de agua obturaba el cañón, a que el roce con cualquier objeto por pequeño que fuese podía acarrear la fragmentación del proyectil, alarmaban a los posibles usuarios, creando serias dudas sobre su eficacia final sobre el terreno. Costaba creer incluso la capacidad letal real que pudiese mantener, sorprendiéndonos al ver piezas del tamaño de un coyote pulverizadas por este rayo. Pues, ya está, Hornady pone en marcha su desarrollo. Sabedora de que las puntas de este diámetro aún mantienen suficiente capacidad letal, estaba claro que, reduciendo tanto diámetro y peso, el proyectil lanzado volaría mucho más rápido de lo que hasta ahora se conocía en fuego anular. Se carga inicialmente con puntas de 17 grains con un perfil y características orientadas tanto al vuelo como al choque. Con muy buen criterio se elige la V-Max, una punta de plástico muy aguzada con cola de bote, perfecta para sacar toda la tensión a la trayectoria. Como proyectil Varmint puro, la camisa es muy fina, con una gran cavidad frontal que tapa el polímero, haciéndola muy expansiva.

Definitivamente, su comportamiento terminal es casi explosivo, desintegrándose al menor contacto, con una muy pobre penetración, algo completamente deseable.

Marlin XT-17VSL con visor Delta Titanium 2.5-15×56 sobre monturas BAT tipo Weaver desmontables.

Cartucho de granjero

Claro, pensemos que lo perseguido con el .17 HMR era un farmer´s cartridge, un cartucho para granjeros. La idea era cubrir ese rango de especies a las que llegan con soltura los cartuchos Varmint de fuego central y se resisten a los .22 por su crítica distancia de uso, motivada por una trayectoria muy curva. Córvidos, roedores, caza pequeña, como palomas, liebres y conejos, zorros, gatos y coyotes, quedaban lejos de nuestro .22 LR, e incluso del WMR, porque sus trayectorias convertían en muy difícil acertar en el momento que la distancia excedía de poco de cien metros.

Quien le habla se ha criado con un .22 LR en las manos. Junto a mis armas preferidas –el aire comprimido–, las carabinas del veintidós me han acompañado siempre y puedo decir muy alto que a ellas debo, en gran medida, mis conocimientos prácticos sobre el tiro con rifle. Tantos cientos de cajas de fuego anular consiguieron que fuese capaz de calcular correcciones con cierta soltura, pero, aun así, he de reconocer que más allá de esos cien metros era fácil equivocarse tirando sobre blancos pequeños. Está claro que de utilizar una Eley Subsonica a una Winchester Xpediter o las Remington Viper y Yellow Yacket, la posibilidad de acierto aumentaba notablemente; pero, de ahí, a lo que ofrece el .17 Hornady, hay un abismo.

Para que se haga una idea, piense que la velocidad de una carga muy caliente en .22 Long Rifle, la CCI Stinger, la referencia en cartuchos del .22 LR extra-largos, con sus 32 grains huecos y cobreados, abandona la boca a 500 m/s, mientras nuestro diecisiete, con sus originales 17 grains V-Max, lo hace a 777 m/s. Y no sólo la velocidad, la forma del proyectil hace que el coeficiente balístico y la densidad seccional sean mucho mayores, generando mayor capacidad de vuelo y posibilidad de un canal balístico más largo.

Seguro que alguno de ustedes ya estará pensando en el .22 WMR, su padre y competidor más duro. Sí, efectivamente, la velocidad de este último es mayor que la del .22 LR, pero no llega ni mucho menos a la del diecisiete. Buscando una carga límite, nos encontramos también con la Hornady V-Max de 30 grains. Vuela en boca a 670 m/s, unos 107 m/s menos. Hay que reconocer que su mayor masa mejora la energía, que, en general, es mayor que la del diecisiete dentro de su rango de uso. De algún modo, utilizando el proyectil más apropiado posible –no el V-Max, por supuesto–, hasta unos 90 metros está más capacitado para abatir especies corpulentas, digamos, de caza mayor –de no estar prohibido en nuestro país-. Hasta esa distancia el comportamiento del .22 WMR es tenso y preciso. Ocurre que esa mayor diferencia sólo sería aplicable a ese tipo de piezas, donde lucharían cara a cara el mayor diámetro, peso y energía del .22 con la mayor velocidad y densidad seccional del .17 y, siendo coherentes, se imponen los primeros.

El problema real viene de esos 90 metros en adelante, donde el comportamiento externo del .17 HMR se aproxima a un rifle de caza hasta unos 200 metros, sin obligarnos a modificaciones groseras, mientras que el Winchester ya traza una curva a todas luces intolerable. Reflexionando un instante, es justo reconocer que estamos llevando a nuestro pequeño protagonista a terrenos cenagosos, distintos y opuestos a la motivación que lo creó. Penetración y peso se alejan de los requerimientos necesarios para cobrar con soltura absoluta una urraca de 200 gramos o un zorro de siete kilos. Por ello, sobre caza mayor, velocidad y precisión van a ser las únicas bazas con las que cuenta para suplir, en cierto modo, unas dimensiones tan críticas. Pero, bueno, sobre caza mayor y distancias de uso, seguiremos hablando más adelante. Volvamos de nuevo al camino.

El antecesor espiritual del .17 HMR es el
5 mm Remington Rimfire Magnum. Imagen de un catálogo original de Remington de finales de principios de los ochenta donde aparece aún en producción.

Otros diecisiete

Tanta velocidad conseguía que su comportamiento sobre piezas pequeñas fuese explosivo, con una desintegración habitual del desdichado tocado por él. Eso, que puede parecer que no es un problema, para quienes gustan de aprovechar la carne se convertía en un serio inconveniente al utilizarlo. Por ello, se diseñan a continuación dos cartuchos más: en el 2003, el .17 Aguila, a partir de la vaina del .22 LR y, un año más tarde, el .17 Hornady Mach 2, agolletando esta vez la vaina extra-larga del .22 Stinger, pudiendo dispararse Aguila en Mach 2, nunca al revés. Con ello, ambos reducen la velocidad del HMR con un comportamiento terminal más conservador. Compiten directamente con el .22 LR, al que mejoran la trayectoria, pudiendo ser recamarados en acciones de igual longitud.

Pero la fiebre del diecisiete no acaba ahí. Ya en fuego central, Remington echa mano de su .221 Remington Fireball para crear al nuevo .17 Remington Fireball, potente, pero más contenido que su original diecisiete. Se desempolva, de la mano también de Hornady, al .17 Hornet y, recientemente, en el 2013, entra en escena el más potente de todos ellos, el .17 Winchester Super Magnum, el cartucho de fuego anular más potente jamás fabricado. Mueve una punta de 20 grains a 914 m/s, casi 200 m/s más rápido que el HMR. Imagínese su potencial, prestaciones rabiosas de Varmint de fuego central en un auténtico Rimfire. Continuará.




Así son los cartuchos para tiros de larga distancia .22 LR

Para poder extendernos en el tema, primero hay que interiorizarnos de dos fenómenos que se han producido en los últimos años, y que han experimentado una gran aceptación por parte del público afecto al tiro deportivo. El primero es el denominado Long Range –o Extreme Long Range, según las distancias–, cuya práctica gana adeptos día tras día, no sólo a nivel internacional sino también en el ámbito local. El segundo es la casi irrespetuosa irrupción que el pequeño y popular cartucho .22 Long Rifle ha realizado en modalidades reservadas hasta este momento a gruesos calibres.

A ver…. la difundida disciplina denominada Tiro FBI, que utilizaba en sus comienzos revólveres de cañón corto calibre .38 Spl/.357 Mag y a la que posteriormente se le agregaron pistolas semiautomáticas de grueso calibre (9 mm y .45 ACP), actualmente cuenta con categorías para armas calibre .22 LR ya sean cortas o largas.

Torneos en USA 

En tiro práctico con armas largas, paulatinamente los fusiles .308 Win y .223 Rem fueron dejando lugar a los que disparaban el pequeño cartucho de fuego anular. Las razones son obvias: el costo de la munición se ha visto incrementado en demasía, con el agravante –en el último de los ejemplos– de la dificultad para acceder a armas comprendidas en el Decreto 64/95.

Teniendo en cuenta lo expresado, no nos puede extrañar que el .22 LR haya ingresado al mundo del Long Range. En los Estados Unidos las competencias de esta modalidad se encuentran totalmente difundidas. Como era de prever, los fabricantes no dejaron pasar la oportunidad y ya se ofrecen armas especialmente diseñadas para esta disciplina. Y –por supuesto– los fabricantes de munición no se quedaron atrás.

Uno se pregunta… ¿Long Range con un calibre cuya máxima performance se encuentra entre los 50 y 100 metros? Y sí, las competencias con blancos ubicados a 300 metros es algo cotidiano en el país del Norte, donde ya están realizando torneos de Extreme Long Range a distancias mayores.

Tengamos en cuenta que el desafío de impactar a un blanco a unos 800 metros con un .308 Win –por dar un ejemplo– debe ser muy similar a impactar a 300 metros con un .22 LR. Y aquí hay un punto que excede el tema costo de la munición y cobra una gran importancia: la relativa facilidad para acceder a polígonos con líneas de tiro de 300 metros, ya que conseguir lugares donde poder disparar a grandes distancias es uno de los mayores inconvenientes que tiene el Long Range tradicional. 

Sin duda, un arma especializada para la disciplina tiene un costo elevado, pero al igual que uno puede incursionar en el Long Range mayor con un Remington 700, puede competir tranquilamente con un CZ a cerrojo calibre .22 LR, por nombrar dos armas muy difundidas. Estoy seguro de que muy pronto, los aficionados aceptarán el desafío de impactar a distancias extremas con armas calibre .22 LR. La carrera ya se largó.

Las .22 largo

Si bien en general las competencias se desarrollan utilizando munición estándar de calibre .22 LR –la que según el tirador se adapte mejor a su arma–, ya hay firmas que están desarrollando cartuchería especializada para el Long Range. Tal el caso de Lehigh Defense, que el año pasado presentó su munición con proyectiles sólidos, los denominados Cutting Edge Bullets. 

La empresa los ofrece con pesos de bala de 30, 40 y 50 grains. El de 30 grains está pensado para cañones con paso de estrías estándar de fábrica, mientras que los más pesados necesitarán un giro más rápido para estabilizar sus puntas Spitzer. Si bien el de 50 grains excede el largo aceptado por un rifle calibre .22 LR, fue pensado para ser utilizado en armas custom que acepten cargadores del .22 Magnum.




¿Por Qué El Tiro Es Un Deporte Olímpico?

Fuente: revista-airelibre.com

Como viene sucediendo desde los primeros juegos olímpicos realizados en Atenas 1896, el tiro se presentó en Tokio 2020. Y no solamente para hombres como sucedía hasta Moscú 1980 sino también con mujeres tal como viene ocurriendo desde Los Ángeles 1984.

¿Quién no se ha preguntado por qué el tiro es un deporte olímpico? Aquellos de nosotros tan intrínsecamente vinculados a este deporte, no podemos ver por qué alguien cuestionaría la inclusión del tiro en los Juegos Olímpicos, pero cuando vemos el desarrollo de esta disciplina en Tokio 2020, aficionados a este deporte se encuentran una vez más justificando su existencia en el mayor espectáculo deportivo que el mundo haya conocido.

Entrenador de tiro deportivo, psicólogo y autor de varios libros de tiro con rifle y pistola, Heinz Reinkmeier escribe en su libro Sport Psychology and Competition: The Psyche of the Shot (Psicología del deporte y competencia : la psique del tiro): “A pesar de todas las protestas en contra, [el tiro] es un deporte. Un deporte, porque el rendimiento de la mente y el cuerpo juegan partes iguales. Porque la ejecución del movimiento, o dicho de otra forma, la precisión del deportista es lo que marca la diferencia ”.

El Dr. Robert DuVall, director de Medicina Deportiva de Atlanta (SMA) se hace eco de los comentarios de Reinkemeier. “Los deportes de tiro representan la esencia del control de la motricidad fina en los deportes… pocos otros deportes requieren la habilidad motora refinada y la precisión del tiro. Asimismo, pocos otros deportes necesitan las aptitudes físicas y emocionales combinadas que se requieren para el éxito del tiro deportivo “.

Precisión: parece ser el sentimiento resonante de lo que distingue al tiro de otros deportes olímpicos. En ningún otro deporte los milímetros pueden separar a un atleta de una medalla sin ni siquiera llegar al podio. Sucede a menudo, y más recientemente a nivel olímpico, cuando Wang Zhiwei de China superó a Xuan Vinh Hoang de Vietnam por la medalla de bronce en Pistola libre masculina en los Juegos Olímpicos de 2012 por una décima de punto; algo así como la diferencia de golpes para embocar una pelota de golf desde aproximadamente medio campo de fútbol de distancia.

O tomemos, por ejemplo, otro de los deportes de tiro de precisión a un nivel aún menor: el rifle de aire de 10 m. El objetivo de los competidores consta de 10 anillos de solo 0,5 mm de ancho, que es el tamaño de un punto en papel de periódico a 10 metros de distancia. La más mínima contracción, como un latido del corazón o una respiración inoportuna, puede desviar desastrosamente el perdigón de 4,5 mm de su curso.

“Las habilidades de control corporal [en el tiro] son ​​muy precisas”, dijo Sean McCann, psicólogo deportivo senior del Comité Olímpico de los Estados Unidos. “Es un deporte de control de la motricidad fina. En general, los deportes de motricidad fina se ven más afectados por la presión, la ansiedad o los nervios que los deportes de motricidad gruesa como correr o nadar. Estar un poco fuera de lugar puede hacer que las cosas realmente salgan mal. Debido a que estás haciendo un movimiento tan pequeño, cualquier ligera variación, solo estar un poco fuera de lugar los hace tan volátiles. En algunos deportes, si un atleta de élite tiene un mal día mental o físicamente, eso solo significa que no establece un récord mundial o que obtiene una medalla de plata en lugar de una medalla de oro. En el tiro, si tienes un día difícil mentalmente, puedes pasar de los tres primeros a los 60“.

Merriam-Webster define el “deporte” mundial como “un concurso o juego en el que las personas realizan determinadas actividades físicas de acuerdo con un conjunto específico de reglas y compiten entre sí”. El tiro se ha incluido como deporte olímpico desde el inicio de la Olimpiada moderna en 1896. El fundador del movimiento olímpico moderno, el barón Pierre de Coubertin, era un ávido tirador. Ex campeón francés, de Coubertin apoyó la inclusión de cuatro eventos de pistola y dos de rifle de alta potencia en el programa olímpico. El programa olímpico actual consta de 15 eventos olímpicos a través de rifle, pistola y escopeta.

En la introducción del libro Tiro Olímpico el Coronel Jim Crossman, el dos veces Campeón Olímpico y Vicepresidente de la Federación Internacional de Tiro Deportivo Gary Anderson escribió: “Es un mérito del movimiento olímpico que una amplia gama de atributos de los atletas sean probados por muchos deportes diferentes y eventos individuales en el programa olímpico. Esos eventos no se limitan a probar la velocidad, la fuerza o la resistencia. Muchos eventos olímpicos también ponen a prueba las habilidades precisas de control motor y las habilidades mentales de los atletas para continuar desempeñando esas habilidades bajo la presión de la competencia. El tiro es ese tipo de deporte y ha sido una parte importante del calendario deportivo olímpico desde los inicios modernos en 1896 ”.

“Cada deporte olímpico es una combinación de requisitos físicos y mentales. No tengo ninguna duda de que el tiro tiene los requisitos mentales más duros de cualquier deporte olímpico”, afirma McCann. “Para mí, es solo una cuestión de cuál es la proporción. Algunos deportes son muy dependientes físicamente y tienen algunos componentes mentales; algunos son muy dominantes mentalmente y tienen algunos componentes físicos, y creo que disparar es más en esa área. No se puede decir que ningún deporte sea puramente físico o puramente mental. Todos son una especie de combinación. Pero si buscas dificultades en el aspecto mental, no hay nada más difícil que disparar“.

Además de las tremendas exigencias mentales, las exigencias físicas de disparar son reales. Para comprobarlo, Reinkemeier sugiere que aquellos que nunca han intentado disparar tomen un libro entre el pulgar y los dedos y lo sostengan con el brazo extendido durante 30 segundos. Intente eso, permaneciendo perfectamente quieto y repítalo de 40 a 60 veces.

“Se requiere dos niveles de disciplina para disparar. Por un lado, la disciplina para aquietar tu mente, para no dejar que te surja cualquier pensamiento al azar, para seguir una rutina, para reducir la cantidad de variables que podrían causar un error. También está la disciplina de la resistencia del enfoque: permanecer durante todo una competencia con el plan y no simplemente flotar sin pensar. Hay un pensamiento bastante activo durante todo un torneo de tiro olímpico de cualquiera de las disciplinas “agregó McCann.




El Ojo Dominante, todo lo que debes saber para conocerlo.

Nota de Carlos Nesci para Revista Aire Libre

Fuente: revista-airelibre.com

Todos sabemos que existe una tendencia natural hacia la dominancia de un lateral sobre otro y esto se hace muy evidente en la dominancia manual o podal.

Dominancia Manual: Preferencia o mayor facilidad para utilizar una de las manos (derecha o izquierda) para ejecutar acciones tales como tomar objetos, lanzar una pelota, disparar o escribir, entre otras.

Dominancia Podal: Es el pie hábil, el dominante para efectuar acciones como patear una pelota, impulsarse para saltar, mantenerse en pie con una sola pierna y otras.

Pero existen más dominancias y mucho menos conocidas como por ejemplo, la auditiva y la ocular.

Siendo esta última el propósito de la nota comenzaremos por los motivos neurológicos que la generan, continuaremos por su importancia en el deporte y terminaremos con la forma de comprobar cuál es nuestro ojo dominante, maestro o directriz, como también suele llamárselo. Por último describiremos a la lateralidad cruzada y la forma de neutralizarla en el Tiro.

La Lateralidad

La lateralidad es el resultado de la dominancia cerebral, generada por la ubicación ordenada de las funciones de los 2 hemisferios y la manera en que estos se distribuyen la información. Aparece como consecuencia de la evolución de la percepción, el lenguaje y la sicomotricidad. La educación requiere de las coordenadas derecha – izquierda. Su control es fundamental para la comprensión tanto en la lectura como en la escritura.

Existen factores genéticos y culturales que influyen sobre ella y la determinan. Estamos formados por un sistema nervioso doble que funciona de forma binaria con un cuerpo que también presenta simetrías (extremidades, ojos, oídos y pulmones, entre otros) pero, aunque estos órganos parezcan una mera duplicación del otro no funcionan igual, siempre habrá uno actuando como referente y el otro lo acompañará.

El dominante depende del hemisferio cerebral en el que se aloja. Recordemos que los hemisferios tienen la compleja tarea de interpretar al mundo que nos rodea, permitirnos interactuar con él y desarrollarnos plenamente.

Cada hemisferio tiene roles distintos y su conectividad se lleva a cabo a través del Cuerpo Calloso, él es el encargado de hacerlos dialogar (se dice que las mujeres lo tienen muy desarrollado y que ese es el secreto de “la intuición femenina” y también una característica sobresaliente de Albert Einstein, cuyo cerebro era pequeño pero muy interconectado).

Los Hemiferios

Hemisferio izquierdo: también llamado simbólico, es el responsable de la secuencialidad de la información. De suma importancia en los procesos racionales. Es el que sirve para aprender.

Hemisferio derecho: es el que dirige la acción visual y postural, procesa la información corpóreo-espacial, trabaja con expresiones visuales y se relaciona con las funciones holísticas. Es el que conduce la acción.

El uso preferente de un lado del cuerpo depende directamente de la distribución de funciones que se establece entre los hemisferios y, como dijimos al principio, los motivos son genéticos y culturales. En el caso de la lateralidad ocular, se forman columnas celulares de dominancia visual en la corteza cerebral para ambos ojos y, por alguna razón, unas prosperan más que otras y definen la dominancia.

Los Hemiferios

Hemisferio izquierdo: también llamado simbólico, es el responsable de la secuencialidad de la información. De suma importancia en los procesos racionales. Es el que sirve para aprender.

Hemisferio derecho: es el que dirige la acción visual y postural, procesa la información corpóreo-espacial, trabaja con expresiones visuales y se relaciona con las funciones holísticas. Es el que conduce la acción.

El uso preferente de un lado del cuerpo depende directamente de la distribución de funciones que se establece entre los hemisferios y, como dijimos al principio, los motivos son genéticos y culturales. En el caso de la lateralidad ocular, se forman columnas celulares de dominancia visual en la corteza cerebral para ambos ojos y, por alguna razón, unas prosperan más que otras y definen la dominancia.

Cuando cortamos con la mano izquierda y pateamos con la derecha o sostenemos el arma como diestros y apuntamos como zurdos, estamos ante casos de lateralidad cruzada. Se estima que el 10% de la población es zurda y alrededor del 30% es de lateralidad cruzada.

En el deporte la lateralidad tiene una gran importancia y no sólo la óculo – manual u óculo – podal sino también las de hombro – cintura y pierna hábil – pierna de apoyo.

Paul Dorochenko es un francés, osteópata y fisioterapeuta, Director del Centro Internacional de Reeducación del Deportista, ubicado en Valencia, España. Es famoso por detectar e intervenir en la lateralidad de los deportistas. Sus teorías y trabajos de campo para rehabilitar y potenciar a deportistas de elite son casi revolucionarios. Su última invención es un sistema que le permite a los atletas modificar gestos técnicos defectuosos y borrarlos para siempre de su memoria para reemplazarlos por otros mejorados. Dicen que funciona y que es una maravilla de la biomecánica.

Paul Dorochenko, destaca siempre las virtudes que la lateralidad cruzada tiene en los deportes de movimiento y la importancia de la elección de golpes o ubicaciones en la cancha a partir del ojo dominante.

Otro caso interesante es el de un estudio sobre “La Lateralidad en el Deporte ” realizado por el Centro Internacional de Optometría de España. Allí se trabajó sobre una muestra de 245 deportistas y otra de control de 80 no-deportistas, con el fin de detectar la influencia y penetración de la lateralidad cruzada en cada disciplina estudiada. La mayor cantidad de casos de lateralidad cruzada se dieron en Básquet y Natación. Resultaron indiferentes: Tenis, Badminton y Esgrima. Mientras que en Tiro de precisión, Fosa y Arco se concentraron la mayor cantidad de homogéneos.

Evidentemente la visión deportiva en quienes requieren alineamiento y precisión demanda una lateralidad no-cruzada ya que de no ser así se atentaría sobre la estabilidad del stance y el registro de miras, ambos factores indispensables para un disparo acertado. Además está comprobado que el ojo hábil o dominante procesa la información con muchísima mayor rapidez.

¿Cómo descubrimos cuál es nuestro ojo dominante?

Para detectarlo utilizaremos esta sencilla prueba: extendemos nuestros brazos hacia delante y los juntaremos formando un triángulo con las 2 palmas, teniendo por base a los pulgares superpuestos. Mantendremos nuestra cabeza alineada con el triángulo y apuntaremos – con los ojos abiertos – a algún elemento claramente visible.

Luego, sin mover nada, cerraremos alternadamente uno y otro ojo. El ojo dominante mantendrá el objeto en su lugar y el complementario lo perderá totalmente. Pero allí no termina la prueba, para asegurarnos, después de haber focalizado debidamente al objeto con ambos ojos abiertos, retrotraemos el triángulo formado por nuestras manos hacia nuestros ojos abiertos, intentando no perderlo de vista y comprobaremos que nuestras manos – automáticamente – lo harán en dirección de nuestro ojo maestro.

1. Ubicándonos a 1m o más del objeto a apuntar ya estamos en condiciones óptimas para realizar la prueba.
2. Para graficar la nota utilizaremos un blanco de tiro, pero cualquier objeto claramente recortado de su contexto y bien iluminado permite realizar la prueba eficazmente.
3. Extendiendo nuestros brazos y juntando nuestras manos de la forma en que se muestra en la foto, centraremos el blanco. Siempre con ambos ojos abiertos, luego cerramos alternadamente uno y otro ojo, el ojo dominante es el que seguirá enfocando el blanco.
4. Por lo contrario, nuestro ojo débil habrá perdido al blanco y solo verá lo que se encuentra a un costado
5. Contraprueba para asegurarnos de haber descubierto a nuestro Ojo Maestro: extendemos los brazos hacia el blanco con ambos ojos abiertos y enfocamos.
6. Lentamente vamos retrotrayendo los brazos hacia nuestro rostro con los ojos abiertos.
7. Automáticamente, y a pesar de mantener ambos ojos abiertos nuestras manos irán hacia nuestro Ojo Maestro

Esta misma prueba se puede hacer con un papel agujereado, el dedo índice, un puntero o cualquier otro elemento que nos permita apuntar. No obstante, la experiencia indica como recomendable hacerlo de la forma inicialmente descripta.

Así sabremos entonces cuál es nuestro ojo dominante pero que ocurre si detectamos que tenemos Lateralidad Cruzada, una característica no ideal para la práctica del Tiro.

Recomendaciones para lateralidad cruzada en el tiro

Ahora que sabemos cuál es nuestro ojo dominante, ¿qué ocurre si detectamos que tenemos Lateralidad Cruzada?, una característica no ideal para la práctica del Tiro.

Para arma corta: se sugiere cambiar la mano con que se dispara o, lo que es mejor, inclinar ligeramente el arma para que las miras se recuesten levemente y queden alineadas en la zona de visión de nuestro ojo dominante. La inclinación no debería superar nunca los 45º ( ideal de15 a 20º). Una tercera posibilidad es inclinar la cabeza hacia el brazo dominante – el pie del ojo dominante adelantado – para que el ojo dominante se pueda alinear con las miras y el blanco.

Para arma larga: resulta ideal modificar la posición y alinear el cuerpo con el ojo dominante. Una alternativa intermedia y menos radical es la de cubrir con algún elemento traslucido al ojo dominante para darle protagonismo al ojo menos hábil. Lo que no perdemos con esta opción es la sensibilidad y fuerza de nuestra mano dominante.

Posición de tirador zurdo -arma larga- alineado manual y ocularmente con su dominancia.
Tirador zurdo de mano literalidad ocular derecha. En este caso de liberalidad cruzada, conviene reeducar la posición corporal y encarar como diestro
Posición de tirador zurdo -arma corta- alineado manual y ocularmente con su dominancia.
Posición de tirador zurdo con lateralidad cruzada. se debe corregir la posición para evitar descompensaciones en la estabilidad y errores de alineación.
El mismo caso corregido mediante una ligera inclinación -no mayor a los 45º idealmente 25 a 30º- en dirección al ojo dominante, en este caso el derecho. En arma corta es preferible mantener la mano dominante por cuestiones de sensibilidad y fuerza.

Conclusión: todo aquel que pretende desempeñarse eficazmente debe comenzar por conocerse. La lateralidad es un tema importantísimo para la práctica de los deportes. Competir implica mejorar optimizando las variables y esta es una que no podemos ignorar. Hagan la prueba señores, el ojo maestro espera, ansiosamente, ser descubierto!

Anécdota del autor de la nota

Hace unos cuantos años, en una de las primeras exposiciones de Armas, me encontraba con unos amigos haciendo cola en el stand de Shark que permitía probar sus productos – bastante novedosos para la época.

Delante nuestro y ya disparando se encontraba una parejita de adolescentes. El chico disparó razonablemente – en la zona del 8 – y la chica lo hizo en el borde de la cartulina… recibiendo los comentarios sobradores de su noviecito.

Al ver que la chica no quería volver a intentarlo y advertido de su lateralidad cruzada – gesto típico…cruzan la cabeza por sobre la culata – no pude evitar mi intervención y por suerte, me salió bien.

La convencí para que volviera a disparar, describiéndole el motivo de su yerro y sugiriéndole que se parara diferente para alinearse con su ojo maestro. Todos los que estaban rodeándonos seguían con atención mis indicaciones, mientras el noviecito me miraba ”raro” y yo sentía que si la experiencia no resultaba iba a tener que esfumarme.

Finalmente le pedí a la chica que alineara sus pies con el blanco, mantuviera derecha su cabeza, respirara profundamente y fuera expirando lentamente mientras presionaba la cola del disparador pero, lo más importante, que no dejara de mirar el blanco una vez producido el disparo.

Fue una clase de tiro express; en menos de 2 minutos le tiré toda la data y la chica estuvo a la altura de las circunstancias, regalándome un 9.




Tiro Práctico, Precisión y velocidad, la clave para llegar al éxito

Fuente: revista-airelibre.com

Se inició en este deporte hace cinco años por su curiosidad por las armas. Hoy es un apasionado del tiro práctico, una disciplina de tiro deportivo en la cual el tirador debe disparar a diversos blancos en el menor tiempo posible, tratando de obtener el máximo puntaje. Rodrigo Maldonado es, desde hace cuatro años, el campeón tucumano de la categoría principal y será el representante del “Jardín de la República” en el Nacional que se llevará a cabo en Córdoba.

“Fui a practicar manejo de armas en el club Tiro Federal y me llamó mucho la atención cuando estaba aprendiendo la cantidad de escenografías que había. Entonces pregunté de qué se trataba y me contaron que ahí se practicaba este deporte. Así empezó mi amor por el tiro práctico”, contó Maldonado, que desde que empezó a competir se consagró campeón. “El primer año gané el torneo provincial en la categoría Novicios y a partir de la segunda temporada comencé a participar en la división General. Por suerte me va muy bien, porque fui campeón en los últimos cuatro años en forma consecutiva. También gané las últimas cuatro temporadas del Social Anual, que se disputa en Salta”, reveló el deportista de 40 años.

La entidad que rige este deporte es la “International Practical Shooting Confederation” (IPSC), que fue fundada en la ciudad de Columbia, Missouri (Estados Unidos), en mayo de 1976. “Este deporte se generó en Estados Unidos para entrenar a las fuerzas especiales. El objetivo era que sean lo más rápido y precisos posibles, en el menor tiempo. Por eso, la meta es obtener la mayor cantidad de puntos, en un período corto de tiempo. No sólo se busca precisión, sino también velocidad. La idea es medir la capacidad de un deportista en disparar rápida y precisamente un arma de fuego de grueso calibre, que por lo general es de 9 milímetros”, explicó Maldonado.

En Tucumán, actualmente son cerca de 60 los tiradores que practican este deporte. “De esos 60, aproximadamente somos 30 los que competimos en casi todos los certámenes. En nuestra provincia no es un deporte muy conocido, pero en los últimos años viene en crecimiento. A nivel mundial, se practica oficialmente en 43 países que están reconocidos como regiones por la IPSC. Además hay algunos en espera ser reconocidos. En República Checa es uno de los tres deportes más populares”, reveló.

Maldonado está entre los 10 mejores tiradores del país y forma parte de la delegación argentina que participará en el Panamericano 2022 que se realizará en septiembre del próximo año en Orlando (Estados Unidos). “También estoy en el seleccionado que irá al Mundial de Tailandia, que está previsto para noviembre de 2022 en la ciudad de Pattaya. En el único torneo internacional en que participé fue en el Latinoamericano 2019, que se hizo en Buenos Aires, donde compitieron 23 países. Hubo representantes de Grecia y terminé en el puesto 21, entre más de 500 tiradores. Desde que comencé a practicar esta disciplina me aboqué de lleno y lo hago en forma profesional. Tengo un psicólogo deportivo que me ayuda a manejar la ansiedad competitiva, un preparador físico que adapta la actividad a mi disciplina y un entrenador de tiro, que es de Villa María (Córdoba). Además, el nutricionista es mi papá, Carlos Maldonado. Hay todo un equipo que hace posible que yo obtenga buenos resultados. Actualmente, tengo mi vida dedicada a pleno al tiro práctico”, señaló.

“Disparamos con una pistola 9 milímetros, por lo que se necesita tener un excelente manejo de las armas y estar bien entrenado. Actualmente tengo una academia que funciona en el Tiro Federal. Todos los días realizo manipulación de armas, seis veces a la semana me entreno en la parte física, combinando ejercicios en un gimnasio y al aire libre. Cerca de los torneos importantes practico tres veces a la semana con municiones, lo que significan 2.500 tiros mensuales”, agregó.

El próximo objetivo de Maldonado será el campeonato “Batalla de Tucumán”, que se realizará el 26 de septiembre en el Tiro Federal, con la participación de deportistas tucumanos, salteños, jujeños y cordobeses. Luego llegará una fecha del Social Anual de Salta y el Nacional, que está previsto para el próximo mes en Córdoba. “Tengo muchas expectativas de seguir creciendo en este deporte y que se haga cada vez más conocido en nuestra provincia”, concluyó.




10 Tips Para Mejorar Tu Puntería

Artículo dirigido a quienes no practican tiro o se acaban de iniciar informalmente en esta disciplina deportiva, especialmente en arma larga. Por Carlos H. Nesci para Revista Aire Libre

Fuente: revista-airelibre.com

Para obtener buenos resultados se torna necesario repetir las acciones consistentemente. Parándonos bien, equilibrando el cuerpo adecuadamente, ejerciendo la misma presión sobre las partes de nuestra anatomía que entrarán en contacto con el arma y no desentendiéndonos mentalmente del disparo hasta mucho después que este se haya ejecutado. Para que un disparo sea exitoso se requiere de estos aspectos sumados a otros 2 muy importantes, un arma y elementos de puntería (sistemas abiertos u ópticos) precisos.

Un sistema de puntería sirve para orientar y ubicar el arma en el lugar donde queremos impactar. Como todo sistema de registro será tan bueno como su capacidad de mantenerse inalterable a pesar de los bruscos movimientos que los disparos provocan.

El sistema de puntería debe ser tan confiable como el arma misma. Aunque suene exagerado, la verdad es que son los ojos del arma.

Resumiendo, el secreto de un disparo acertado está en: sostener el arma de forma estable, mantener las miras alineadas y controlar el gatillo o cola del disparador. Para que estos 3 requisitos se cumplimenten satisfactoriamente deberemos actuar sobre otros componentes y acciones de la biomecánica del disparo. Hasta aquí la teoría vayamos ahora a la práctica…

El arma

Debemos asegurarnos que este descargada y tomaremos todos los recaudos de seguridad necesarios para cargarla, cosa que haremos sólo cuando estemos en zona de tiro y frente al blanco. La tomaremos siempre igual y una vez que nos sintamos cómodos con ella, trataremos de registrar mentalmente esa posición para poder repetirla consistentemente. Tendremos que ver cuál es esa posición en función del peso y la forma del arma y las características de nuestro cuerpo: altura, longitud de brazos, tamaño de manos etc.

Una buena posición nos brindará comodidad para sostener el arma a la vez que permitirá su repetición sin mayor esfuerzo. Recordemos que la precisión es hija de la consistencia y esta se logra repitiendo las acciones sin modificar las variables. El arma hará contacto con nuestras manos, mejilla y hombro.

Las manos

Tendrán que ejercer siempre la misma presión y esta no deberá ser excesiva. La mano de apoyo deberá ubicarse en el lugar que nos resulte más cómodo de la chimaza. Ese lugar debería estar en algún punto ubicado desde la mitad hacia delante. El apoyo estará dado por la palma desde la zona de unión entre el índice y el pulgar.  A su vez la mano que dispara debe rodear la empuñadura y permitir que la falange distal de su dedo índice toque el gatillo, evitando, en lo posible, que ese dedo haga contacto con la culata.

La posición a adoptar debe ser estable, cómoda y relajada.

El dedo índice, idealmente, sólo debería tocar al gatillo y ejercer con la punta o falange distal un movimiento suave y constante de presión en línea recta, la misma del cañón del arma. Si la presión ejercida sobre el gatillo es lateral ya estaremos modificando la trayectoria del disparo. El dedo va al gatillo sólo cuando ya hemos apuntado y estemos iniciando la fase de respiración previa al disparo.

La mano que dispara debe tomar la empuñadura sin generar presión excesiva y liberando el dedo índice para que el mismo se focalice en el disparo.
El dedo índice solo deberá tocar el gatillo con la falange distal, haciendo presión suavemente en línea recta, en la línea del cañon

La cabeza

Debe estar naturalmente erguida, evitando inclinaciones para impedir tanto el desequilibrio del cuerpo, alteraciones en los puntos de contacto con el arma y las presiones que en ellos ejercemos, como distorsiones visuales –errores de paralaje si el sistema de puntería es óptico–.

En esa posición la cabeza espera el contacto del arma con el hombro y cuando esta hace contacto la mejilla queda emplazada naturalmente en la culata.

La cabeza debe estar lo más erguida posible y hacer solo un ligero movimiento descendente para que la mejilla contacte a la culata

El hombro

La culata va al hombro, justo al “hueco” o bolsillo que se forma entre el pectoral y el deltoides. Mientras levantamos el arma nuestros ojos deberían mirar hacia la línea del blanco. Al llegar la culata a la altura del hombro y sin perder el paralelismo de nuestros ojos respecto del piso, la acomodamos  en el hueco del hombro y hacemos contacto con nuestra mejilla que debería ubicarse entre el hueso del pómulo (malar o cigomático) y la culata.

La culata hace contacto con el hombro en el hueco que forma la unión del pectoral y el deltoides
La presión con el hombro puede ser mayor o menor, pero debemos intentar por todos los medios que sea siempre la misma. Hombro y mejilla juegan en dupla.

La mejilla

Debe ejercer siempre la misma suave presión, para que a la vez nuestro ojo esté ubicado –también– siempre en el mismo lugar de la culata. Al hacerlo, nuestra mejilla formará un pliegue facial que quedará entre el hueso y la culata. Tratemos de que tenga siempre el mismo espesor.

La mejilla debe ejercer siempre la misma suave presión generando un pliegue facial mayor o menor según la morfología de nuestro rostro.

Se debe intentar consistencia tanto en el lugar donde “anclamos” nuestra mejilla como en la presión que ejercemos. Esta no debe ser excesiva ya que podríamos generar una distorsión ocular al momento de ejecutar el disparo.

Los pies

Son grandes protagonistas en la alineación y equilibrio de la posición. El que corresponde al brazo que sostiene debe estar adelantado y el otro retrasado tal como se ilustra en la foto. Lo importante es que ambos (que deberían tener entre sí una distancia similar al ancho de nuestros hombros ) estén dispuestos de tal forma que nos permitan sostener el arma de forma estable y relajada.

La posición natural para apuntar -una vez que sabemos lo que hay que hacer- se logra cerrando los ojos en dirección al blanco. Pero seguramente no quedaremos totalmente alineados con él.

Una vez parados de esta forma, tomamos el arma, encaramos mirando al blanco, dejando que la culata alcance nuestro hombro y la mejilla encuentre su lugar e anclaje.

Para corregirla no giraremos el torso – lo cual provocaría tensiones musculares – sino, simplemente los pies.

Seguramente sentiremos que está todo bien pero, es muy probable que el blanco nos quede desplazado hacia alguno de los laterales, entonces giraremos para ubicarlo pero… resulta fundamental, para no atentar contra la precisión del tiro, girar los pies ligera y progresivamente – hasta quedar bien alineados – y no hacerlo desde la cintura. Si el tiro es a un blanco estático, lo único que moveremos de nuestro cuerpo – para alinearnos con él – son los pies!

Resulta fundamental hacer el ajuste fino
en la alineación hacia el blanco solo con los pies.
El movimiento será muy sutil y mantendremos
“la posición natural a apuntar”.

La respiración

Conviene inspirar profundamente y espirar antes de encarar el arma y una vez que lo hacemos repetir el ciclo pero sin espirar totalmente, manteniendo gran parte del aire en nuestros pulmones. Mientras retenemos la respiración para atenuar el movimiento de nuestro cuerpo, procederemos con las demás acciones que completarán el disparo. Si no fuera posible producir el disparo dentro de los primeros 15 segundos de pausa respiratoria – porque no logramos sostener la mira en el blanco o por algún otro impedimento –  suspenderemos la acción, nos relajaremos y reiniciaremos nuevamente el ciclo. Respiramos profundamente, encaramos, exhalamos el 50% del aire de los pulmones, retenemos el resto y continuamos con las demás acciones del disparo.

El disparo

Estamos relajados con la posición ideal adquirida, estables y perfectamente alineados con el blanco, ahora solo resta, nada más y nada menos, que apretar el gatillo. Bien, este es el momento crucial en que todo lo bueno que hemos logrado hasta el momento se puede arruinar por un movimiento involuntario, generado por el stress del disparo o por una mala técnica en la ejecución de la acción.

Resulta fundamental conocer el recorrido del disparador y saber en que momento alcanzamos la última resistencia. Debemos entrenar el dedo para que perciba claramente el arribo a ese punto.

En el momento previo al disparo debemos estar dentro del blanco, mientras comenzamos a ejercer ligera presión en el gatillo. Es muy importante conocer su recorrido, su juego o zona libre y la resistencia que ofrece hasta liberarse. Resulta beneficioso hacer disparos, en los calibres mayores se ofrecen unas balas plásticas o  dummy para hacer dry-firing  en cal.22 ó aire comprimido no tenemos esa opción, al blanco sentados y con apoyo para desentendernos de los otros aspectos de la posición de pie y poder concentrarnos  exclusivamente en el recorrido y la resistencia de la cola del disparador.

Lo ideal es llegar a emplazar nuestra mira en el blanco teniendo que superar sólo la última resistencia del gatillo. Recordemos que nuestra falange distal de la mano que dispara es nuestro único contacto con él y a la vez ese dedo sólo está en contacto con el gatillo. Bien, estamos en la zona del blanco donde queremos impactar, nuestra mira a pesar de los esfuerzos por mantenerla estable oscila ligeramente alrededor del 9 y 10 del blanco. Mientras la sostenemos en zona ya alcanzamos el punto máximo de resistencia del disparador, mágicamente la mira se aquietó y posó cerca del diez y el disparo se produjo.

Resultado, un diez bajo que pudimos cantar antes de verlo porque nuestra concentración era tal que sabíamos donde estaba ubicada la cruz o el guión de la mira en el mismo momento en que se produjo el disparo. Experimentamos así la mágica sensación de sentirnos proyectados en el disparo. El tirador deportivo debido a la práctica constante logra mecanizar, integrar y a la vez descomponer estas acciones dentro del breve tiempo que va de la preparación a la ejecución del disparo.

En él se crea un pasadizo neurológico que le permite disparar cuando tiene ante si la imagen perfecta, es decir cuando se produce la alineación de miras en el lugar deseado y casi sin movimiento aparente. Muchas veces es como si no tuviera conciencia de la ejecución manual del disparo y sintiera que el mismo ha sido ejecutado por su cerebro.

El Blanco

Si practicamos tiro informal en nuestra casa debemos tomar todos los recaudos para hacerlo en forma segura. Resulta indispensable contar con una trampa para balines. También y a los fines de concentrarnos adecuadamente es conveniente contemplar el blanco por unos instantes (10 a 15 segundos) antes de comenzar con la práctica.

Debe estar emplazado en zona segura y bien iluminado. Si disparamos con calibre .22 lo haremos en el polígono de un club de tiro observando todas las medidas de seguridad correspondientes.

Si lo hacemos con aire comprimido, adquiramos una trampa para balines y practiquemos en zona muy segura pensando que algún balín puede escapar a los límites de la trampa por lo cual resulta aconsejable agregar detrás un par de recortes de goma EVA que ayudarán a ampliar la zona de contención.

Sugiero también dedicarle un par de minutos a la contemplación del blanco previo a la sesión de tiro. Lo recomiendo como técnica de concentración y puesta en sintonía con nuestro propósito de acertar.

El seguimiento

Efectuado el disparo no debemos movernos y continuar en la misma posición por 2 o 3 segundos. Esto evitará cualquier movimiento involuntario producto de nuestra ansiedad por ver el resultado.

Es el bendito “follow through” de todos los deportes en los que proyectamos algún elemento y debemos terminar perfecta y fluidamente el movimiento o la ausencia de movimiento – como en este caso.

La intención es disparar y quedarse inmóvil en esa posición, mirando el blanco por un par de segundos para impedir que nuestra ansiedad por ver el resultado obtenido, genere algún movimiento no deseado cuando todavía podemos influir sobre la trayectoria del proyectil.

Según la disciplina y/o tipo de arma esto puede ser más o menos crítico.

Recapitulando la secuencia del disparo

  1. Nos paramos frente al blanco con la posición de pies indicada.
  2. Respiramos profundo y exhalamos totalmente.
  3. Volvemos a respirar profundo y retenemos totalmente el aire.
  4. Levantamos el arma y encaramos.
  5. Apoyamos el arma en el hombro, llevamos nuestra mejilla a la culata.
  6. Exhalamos la mitad del aire y ajustamos con los pies la alineación al blanco, si fuese necesario.
  7. Mantenemos la respiración y hacemos presión en el gatillo hasta llegar a la máxima resistencia.
  8. Esperamos a que las miras se posen en el lugar deseado y el gatillo libere el disparo.
  9. Producido el impacto nos quedamos inmóviles en esa posición mirando el blanco, para dar una idea de tiempo… con que contemos hasta 3, después de haber tirado, es suficiente.

IMPORTANTE:  si entre los puntos 6 y 8 demoramos más de 15 segundos y sentimos que no podremos mantener el arma estable, debemos exhalar totalmente, bajar el arma, relajarnos, inspirar profundamente reteniendo el aire y repetir el ciclo desde el punto 6.

Comentarios Finales

Lograr incorporar el presente conjunto de sugerencias a la práctica de esta actividad requiere un mínimo de ejercitación para que estas acciones se vayan mecanizando pero, aunque el tiro no sea una disciplina que realicen con frecuencia, conviene siempre conocer los fundamentos que permiten hacerlo con razonable idoneidad.

Adicionalmente, estos consejos pueden utilizarse en fotografía para evitar las fotos movidas cuando las tomamos a baja velocidad.

Confiamos en que la información les resulte de interés y contestaremos cualquier consulta vinculada con su contenido a través de este blog.

Muchas Gracias