Las balas de teflón, destruyendo Mitos

Para que el politetrafluoruro etileno (Teflón – marca comercial y registro de la patente de Dupont) tenga todas sus propiedades, posteriormente a la preparación de la superficie donde va a aplicarse, es necesario un proceso de polimerización (1) con temperaturas que alcanzan como mínimo, los 360°C.

La aleación plomo-antimonio funde, según su composición, entre los 246°C hasta los 327°C (ver diagrama de equilibrio de la aleación).

Por lo tanto, el razonamiento lógico indica que es imposible aplicar un baño de teflón a una punta de plomo sin que cambie del estado sólido al líquido. (Ver Diagrama  de equilibrio plomo – antimonio)

Salvo la bala KTW (tristemente llamada “mata policías”), con núcleo de carburo de tungsteno, ninguna bala que conozcamos utiliza al teflón como recubrimiento exterior.

La munición KTW

Conocida equivocadamente como “cop-killer” (“mata policía”), se denomina comercialmente KTW, nombre que proviene de las iniciales de sus creadores: el Dr. Paúl Kopsch (Juez del Condado de Lorain, Ohio), el Teniente de Policía del mismo Condado, Daniel Turcus, y el investigador y colaborador del Juez, Donald Ward.

Su origen data de 1966, con una bala cuyo núcleo era de acero endurecido (templado), y fue ideada para dotar a la policía -que en el Condado no contaba con armas largas-, con un cartucho para armas cortas cuyo proyectil fuese capaz de atravesar todos los materiales empleados en la elaboración de un automóvil, incluso el bloc del motor.

Como desgastaba rápidamente los tubos cañones, se encamisó la punta con un material dúctil y se la cubrió con una película de teflón -del real-, con el único objetivo de proteger el estriado.

En 1969 se la modificó, dotándola de un núcleo sinterizado de Berilio y Tungsteno, manteniendo el baño de teflón. Para evitar el desgaste del estriado, su aro de forzamiento poseía un baño de Cu. El seudónimo se genera en su poder de perforación.

Con esta última versión, supera un chaleco de nivel III A (normas NIJ Standars 0101.02 National Institute of Justice – Ballistic Resistance of Police Body Armor). La primer KTW se realizo en .38 SPL. difundiéndose luego a los calibres .380 ACP, .38 Súper Auto, .357 Mágnum, 9 mm PARA y hasta .30 M1 (cal. 7.62). La compañía que lo manufacturaba era la KTW Incorporated (710 Cooper-Foster Park Road, Lorain, Ohio 44053 EE.UU.).

Posteriormente, en 1970, por razones de costos y problemas para conseguir el carburo, se retomó el acero y luego pasaron al bronce mecanizado, perdiendo el poder de perforación ya mencionado.

En la década del 1980 en los Estados Unidos se originó, en relación a las KTW, una dura controversia entre la NRA y grupos desarmistas que pretendían prohibir todo calibre con la energía suficiente para perforar chalecos antibalas. En esa categoría entraban la mayoría de los de fusiles destinados a la caza deportiva y, una vez más, demostrando su fuerza, la NRA logró evitar la iniciativa.

Las películas Arma Mortal III, con Mel Gibson como el oficial Riggs; o Ronin con Robert Deniro, no hicieron más que contribuir a la confusión general respecto del mito de que toda bala recubierta de “teflón”, mágicamente, aumenta su poder de perforación.

Confusión que llega a nuestras tierras, cuando autoridades políticas y policiales, periodistas y hasta pseudo expertos terminan relacionando el color distintivo empleado por una recarga, cuya punta se encuentra pintada de azul, con la mágica capacidad de perforar chalecos.

Un mito menos, un conocimiento más.

Nota preparada por CESBA y publicada en AIRE LIBRE 22




Armas de Puño, ¿Cúal elegir, en qué calibre y por qué?

Por Eduardo Julio para Revista Aire Libre

Cada vez con mayor asiduidad acuden para realizar nuestros cursos, aquellos que ante los crecientes casos de inseguridad ciudadana que se difunden a través de los medios de comunicación, piensan en un arma de fuego como herramienta útil en un caso extremo de defensa personal.

Tratamos de desalentar a este tipo de actitudes planteándole, a la persona que ha llegado a tal conclusión, que no resulta lo más conveniente, ni para él ni para sus seres queridos, fundamentar en la existencia de un arma de fuego en el hogar, la defensa de personas y bienes. Que existen barreras de seguridad anteriores, que podemos implementar, sin llegar a la necesidad del uso de un arma de fuego. Que nuestra obligación como ciudadanos, es exigir de parte del Estado la protección de nuestra integridad y la de nuestra familia e incluso de nuestros bienes.

Una de las claves de toda sociedad civilizada moderna es la convivencia con nuestros pares. Convivencia versus supervivencia, lo primero necesariamente involucra a una colectividad, lo segundo es un término que refiere a la lucha y defensa para mantenerse vivo. Una sociedad civilizada no debe pensar en sobrevivir sino en convivir. Y debemos hacer, todos los días, el esfuerzo para que ello se cristalice.

Pero también le expresamos que según lo plasmado en nuestro Código Procesal Penal, el derecho a la legitima defensa, es excepcional pero de plena vigencia, y se ejerce cuando las barreras de seguridad, a las que hacíamos referencia anteriormente, y los auxilios de la fuerza pública, fracasan y no pueden llegar a tiempo en ayuda del ciudadano agredido. A quien el Estado, que recordemos tiene el monopolio de la fuerza y la justicia en un sistema democrático, le reconoce ese derecho como propio y natural.

Si luego de analizar todos estos aspectos, la persona insiste en transformarse en legítimo usuario para ejercer su derecho a la legítima defensa, le recalcamos que esta decisión conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones que resultan ineludibles si se quiere ejercerlo en plenitud.

A lo que nosotros nos atañe sugerirle la necesidad, no solo de capacitarse sino, además, de estar en un permanente y continuo entrenamiento en el uso de las armas de fuego. No puede descansar pensando que éste será el último recurso, y contentarse con ir al polígono una vez por semana a disparar en una pedana, sin posibilidad de movimiento más allá de sus límites. Apuntando a un papel que nunca se mueve y al que no tiene más que centrarlo, entre el alza y guión, sin más presión que la potencial “cargada” de los compañeros ocasionales ante un yerro.

Amigos, el que decide confiar en un arma para su defensa, debe considerarla como una parte más de su humanidad y adquirir los reflejos condicionados suficientes en base al entrenamiento y actualización permanente.

Debemos tener en claro, antes de elegir un sistema de armas, que alcance y efectividad puede tener a la hora de pretender neutralizar una agresión ilegítima.

No existe la energía suficiente almacenada por un proyectil en vuelo, de los calibres que nos ocupan, capas de asegurar la incapacitación inmediata de un ser vivo, por la sola transferencia total en el impacto.

El secreto no es el nivel de energía únicamente, lo fundamental es en que lugar y como se transfiere en el blanco.

Por nuestra actividad en capacitación, habitualmente realizamos un ensayo con un maniquí de aproximadamente 70 kg de peso colgado de un pórtico sin apoyo ni contacto con el suelo. Es muy interesante observar la cara de nuestros cursantes cuando, recibiendo impactos certeros de todo tipo de calibres para arma corta y larga, incluyendo un Brenneke en calibre 12/76, el objeto inanimado apenas alcanza una pequeña oscilación, a pesar de absorber la totalidad de la energía (el proyectil se detiene en el blanco).

Un caso conocido y estudiado en las academias de policía en los EE UU es el del cabo  Mark Coates, de Carolina del Sur, ex integrante de los Marine y cinco años de trayectoria en la Patrulla de Caminos. Coates en un enfrentamiento, a pesar de efectuar cuatro disparos e impactar en el torso de un atacante, con su revólver Smith & Wesson .357 Magnum de 4 pulgadas de cañón, usando cartuchos Winchester Silvertip de 145 grains (punta hueca), no logro impedir que el criminal le devolviera el fuego con tres disparos de su mini revólver North American Arms en calibre .22 LR.

Su atacante, un adulto obeso que pesaba casi 150 kg., absorbió los impactos y continuó inmediatamente con los disparos. Ninguno de los proyectiles que ingresaron en el torso del delincuente rompió tejido cardiovascular. Sobrevivió al incidente y fue condenado a cadena perpetua. Coates fue herido mortalmente cuando uno de los pequeños proyectiles de 41,4 grains (2,68 gramos) atravesó su brazo derecho y penetró en su pecho, por la abertura en zona de axila del chaleco antibalas, seccionando una arteria principal e ingresando al corazón.

Revolvercalibre .22

El .357 Magnum es considerado, por muchos, como el mejor calibre para detener a un ser humano, una verdadera maravilla para detenciones con un solo disparo. Y la versión empleada por Coates “tiene un factor de stopping-power del 86%”, de acuerdo con las pruebas de Marshall y Sanow. Pero esa noche falló en cuatro oportunidades. El asaltante absorbió fácilmente los cuatro proyectiles en su cuerpo, cada uno con una energía cinética de 450 pie/libras (610 joule).

Calibre .357 Mag

Este incidente ejemplifica el mito de la transferencia de energía. Además, no hace más que ratificar un concepto fundamental de tener en claro a la hora de evaluar la efectividad de un disparo con un arma de fuego:

Es más importante el lugar del impacto que cualquier otra variable.

Lamentablemente, en la mayoría de los casos no se encuentra a nuestro alcance asegurar el impacto en el lugar adecuado y en el momento justo. Más aún si no entrenamos de manera sistemática y permanente.

Luego, debemos analizar cómo influyen, en la balística interior, cada una de estas variables las cuales terminarán generando cambios en la situación misma del disparo y sus resultados en el blanco. Al concepto de energía también debemos agregar el de cantidad de movimiento (producto de la masa del proyectil por la velocidad inicial). La gran masa aumenta la energía en forma lineal y también la cantidad de movimiento, la cual produce un elevado retroceso. La misma velocidad y masa no producen los mismos resultados si cambiamos el diseño de la punta hueca.

Por mayor que sea la velocidad, ella nunca puede convertir a los proyectiles livianos, en adecuados para la defensa. Estos proyectiles a velocidad elevada son espectaculares en los test de tejido simulado (gelatina balística al 10 %); pero se muestran inseguros cuando se pretende adecuarlos a todas las posibilidades.

Munición calibre .22

Cuando la distancia aumenta, el carácter explosivo de la expansión se reduce y pesan más la masa del proyectil y su energía remanente. La velocidad, en consecuencia, no lo es todo. Es preferible un calibre (diámetro) en exceso, que en defecto.

“Con atención médica disponible, un análisis clínico de heridas abdominales muestra una mortandad del orden del 12 % para heridas originadas por armas cortas (500 Joule).” Informe de la Cruz Roja Internacional.

Conclusión

Luego de tener en cuenta las evidencias objetivas planteadas, si tengo que elegir un arma corta para defensa, tendré que inclinarme por aquella con la cual, bajo condiciones de estrés, lo más parecidas a las reales, cuente con la mayor probabilidad de colocar el impacto donde me propongo. Que sea el de mayor calibre -diámetro- posible, sin resignar por ello el control en todo momento del sistema arma-cartucho (por el relevamiento o “patada”), para prepararme para un segundo disparo de ser necesario.

También hay que tener en cuenta la relación costo-beneficio, ya que debo priorizar, como dijimos anteriormente, la viabilidad de poder entrenar permanentemente en el uso del arma, acostumbrarme a sus reacciones y lograr los reflejos condicionados necesarios para dedicar toda mi atención e intelecto, y tomar la opción correcta a la hora de decidir si debo o no presionar la cola del disparador.

Y finalizo éste artículo recomendando, como lo hago con cada uno de nuestros alumnos, el calibre 9 x 19 mm y la pistola Browning que fabrica FM.

Recordando y teniendo presente las sabias palabras del creador del Tiro Práctico y el más influyente Instructor en el uso de las armas cortas, cuando decía:

“La doble acción es una solución inteligente para un problema inexistente.

El medio más importante de sobrevivir a un enfrentamiento letal,  no es ni el arma ni las artes marciales. La herramienta principal es la actitud de combate.”

Jeff  Cooper (John Dean Cooper)




Peligros de la sobre penetración en la munición policial

Publicado en armas.es. Por Javier Pecci

Hoy decidimos rescatar este texto de Javier Pezzi de 2016 en relación a la munición de punta hueca y su utilización por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por ello, es necesario saber antes de proseguir con el texto que el siguiente escrito tiene ya 5 años:

Quienes sigan la actualidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la del sector armero, a buen seguro conocerá la polémica con los proyectiles de punta hueca, la demonización que sufren en España y el uso de la munición blindada en sustitución, por parte de la totalidad de cuerpos de policía del país.

Pues bien, sin ánimo de aumentar la disputa, nos hacemos eco de este texto publicado por la AEITP (Asociación Española de Instructores de Tiro Policial), en el que podéis leer los resultados de una prueba / estudio destinado a desmitificar los proyectiles de punta hueca, usando para ello la munición Fiocchi EMB (Encapsulada Mono Bloque) calibre 9 mm Luger Parabellum.

El resultado es, cuanto menos, interesante…

Desde la AEITP queremos recordar al lector el texto refundido y complementario a la Convención de Ginebra, publicado por Cruz Roja Internacional, que establece que “las balas expansivas no solo pueden ser utilizadas por la policía en situaciones en las que es necesario enfrentarse un conflicto personas armadas en un entorno urbano o entre un grupo de personas, sino que es aconsejable su uso“.

En estas situaciones, tal y como se reconoce en el Consuetudinario de Cruz Roja Internacional en el capítulo IV artículo 77, se indica por aceptación de los estados miembros, de que la policía y las personas encargadas de hacer cumplir la Ley, pueden y deben usar balas expansivas “para asegurar que las balas no pasan a través del cuerpo de un sospechoso para dañar a otra persona inocente y para aumentar la posibilidad de que, una vez alcanzado, el sospechoso este impedido rápidamente para devolver el fuego”.

Confundir esto con la mayor lesividad permanente de las municiones expansivas o de punta hueca es un gravísimo error, propio de la falta de conocimientos técnicos y sobre todo de las fantasías de los profanos. Ya en 1989, el estudio del FBI, desarrollado por el Agente Especial Urey W. Patrick, demostró, con la ciencia forense en la mano, que las heridas producidas por un proyectil de punta hueca en un cuerpo humano producen una destrucción de tejido vivo inferior a un 1% más que un proyectil convencional, blindado o semiblindado, por lo que la diferencia es mínima. De hecho, en el mismo artículo, se establece con claridad que la prohibición del uso de municiones expansivas lo es para su uso en armas largas mucho más potentes que las armas cortas (3200 Julios frente a los 500 de un arma corta).

Alemania, Francia, Reino Unido, Finlandia, Suiza, Suecia, Noruega, y en general todos los países europeos, por no hablar de todos los Cuerpos Policiales Estadounidenses, emplean municiones Especiales de policía con puntas huecas o expansivas, con el único objetivo de impedir la sobrepentración de los proyectiles disparados por sus armas cuando las circunstancias obligan al uso de armas de fuego por parte de los agentes.

Nadie, en su sano juicio, puede preferir que los agentes de policía usen un proyectil blindado o semiblindado, como el usado por muchos agentes de policía de nuestro país, los cuales atraviesan con facilidad dos cuerpos humanos, sobre todo cuando alguno de nuestros familiares o nosotros mismos podemos estar detrás del delincuente que recibe el disparo justificado de un agente de policía.

Objetivo de la prueba con proyectiles de punta hueca

Evaluación de municiones específicas para servicios policiales, que reduzcan la sobrepenetración de las municiones blindadas, de plomo y semiblindadas.

Munición Fiocchi EMB (Encapsulada Mono Bloque) calibre 9 mm Luger (Parabellum)

Características de la munición de punta hueca utilizada

  • Proyectil: El cartucho engarza un proyectil macizo de latón con diseño expansivo al impacto, carente de plomo con un peso de 6 gramos (92 grains)
  • Vaina: Convencional de latón para pistón bóxer.
  • Iniciador: Boxer green carente de mercurio y plomo.
  • Velocidad Inicial: Teórica de 430 m/s, real 5 metros 411 m/s
  • Energía: Teórica de 555 julios, nuestra medida 506 julios.

Materiales de la prueba con munición de punta hueca

  • Dos bloques de gelatina GELITA Balística tipo I según protocolo FBI.
  • Pistola Glock 19 4” cañón.
  • Cronógrafo.
  • Cinta métrica.
  • Jeringa para inyectables.
  • Termómetro y nevera.

Metodología de la prueba con munición de punta hueca

3 series de 5 disparos en los test de velocidad Test 1 FBI bloque desnudo y Test 3 FBI bloque vestido con ropa pesada

Medición de la penetración en el bloque hasta su parada, el segundo bloque solo es usado como referencia para la parada del proyectil.
Inspección de cavidades permanentes mediante inyección de agua tintada en el canal de la herida balística.

Análisis de las pruebas con munición de punta hueca

La munición de calibre 9 mm Luger analizada, de la marca Fiocchi, monta un proyectil de 6 gramos de diseño especial deformable y expansivo en materiales blandos, originalmente desarrollado por la empresa de cartuchería Austriaca Hirtemberger Patronen.

Si bien esta firma se unió al grupo suizo RUAG Ammotech, este proyectil en concreto fue vendido a Fiocchi dado que Ruag ya disponía de proyectiles especiales como SeCa y la mejorada Geco Action 5, con lo que el EMB quedaría en el olvido. Afortunadamente Fiocchi adquirió la patente de la EMB y desarrolla en exclusiva este proyectil en su gama de 9 mm Luger.

Tras las pruebas de balística se constata que la penetración en bloque de gelatina balística a 4º centígrados es muy homogénea dejando casi todos los proyectiles en los 28 y 30 cm, tanto en el desarrollo del test 1 como en el del test 2.

En el caso del test 2, bloque de gelatina vestido con ropa gruesa, los proyectiles expanden de la misma forma y sección con una expansión de entre los 15,75 y los 16,50 milímetros, lo que implica casi doblar su diámetro nominal.

En el mismo bloque se dispararon un proyectil blindado y otro semiblindado para ver su penetración y cavidad permanente, en comparación con la EMB de Fiocchi, observándose una mayor cavidad permanente en el caso de la EMB, así como una inexistente deformación de los proyectiles blindado y semiblindado, los cuales atravesaron los dos bloques de gelatina balística y el blanco del fondo.

La AEITP no realiza los test 4 y 5 con bloque de gelatina detrás de un panel de yeso y contrachapado, ya que estos medios de construcción habituales en los Estados Unidos no lo son tanto en España, por lo que su valoración es de relativamente importante.

Quedan pendientes los test 3 con chapa de metal y el test 6 sobre cristal delantero de un vehículo ya que en el momento de las pruebas estos materiales ya habían recibido disparos con otros cartuchos y estaban muy debilitados.

Así mismo, la prueba de rebote que realizamos habitualmente en la AEITP queda pendiente con esta munición.

Conclusión

Como hemos mencionado anteriormente, ya existían algunos estudios que demostraban que las secuelas provocadas por la punta hueca en un cuerpo humano no eran muy diferentes a las que podía provocar un proyectil blindado / semiblindado. Esto ha quedado refrendado en el resultado de nuestro estudio.

En las pruebas de expansión, concretamente en las más habituales como lo son el test FBI 1 bloque de gelatina desnudo y el test 2 bloque vestido con ropas gruesas la munición EMB de Fiocchi se comportó de forma ideal para el servicio policial, expandiendo y frenando el avance del proyectil evitando la sobre penetración alcanzando los mínimos exigidos para impactos laterales, acorde a las exigencias del protocolo del FBI para municiones de servicio y de acuerdo a las recomendaciones para municiones policiales de la propuesta Suiza de 2001 en el Consuetudinario de Cruz Roja Internacional.

Notas

La AEITP es una asociación española sin ánimo de lucro, que nace de la necesidad real de disponer de una organización independiente que pretende unos objetivos basados en los principios de confraternización de los miembros de las FF.CC.SS, a través del desarrollo y realización de distintas actividades relacionadas con todo lo relativo al tiro policial.

Javier Pecci es profesor colaborador del I.S.E.S. de la Comunidad de Madrid, en varias Policías Locales y en centros de formación de seguridad privada. Es instructor y probador independiente de armamento y equipamiento policial de varias firmas comerciales, lo que le permite conocer de primera mano armas y equipos policiales de última generación. También colabora con varias revistas profesionales escribiendo artículos especializados.

Agradecemos a la AEITP y Javier Pecci la elaboración de este artículo.




Así son los cartuchos para tiros de larga distancia .22 LR

Para poder extendernos en el tema, primero hay que interiorizarnos de dos fenómenos que se han producido en los últimos años, y que han experimentado una gran aceptación por parte del público afecto al tiro deportivo. El primero es el denominado Long Range –o Extreme Long Range, según las distancias–, cuya práctica gana adeptos día tras día, no sólo a nivel internacional sino también en el ámbito local. El segundo es la casi irrespetuosa irrupción que el pequeño y popular cartucho .22 Long Rifle ha realizado en modalidades reservadas hasta este momento a gruesos calibres.

A ver…. la difundida disciplina denominada Tiro FBI, que utilizaba en sus comienzos revólveres de cañón corto calibre .38 Spl/.357 Mag y a la que posteriormente se le agregaron pistolas semiautomáticas de grueso calibre (9 mm y .45 ACP), actualmente cuenta con categorías para armas calibre .22 LR ya sean cortas o largas.

Torneos en USA 

En tiro práctico con armas largas, paulatinamente los fusiles .308 Win y .223 Rem fueron dejando lugar a los que disparaban el pequeño cartucho de fuego anular. Las razones son obvias: el costo de la munición se ha visto incrementado en demasía, con el agravante –en el último de los ejemplos– de la dificultad para acceder a armas comprendidas en el Decreto 64/95.

Teniendo en cuenta lo expresado, no nos puede extrañar que el .22 LR haya ingresado al mundo del Long Range. En los Estados Unidos las competencias de esta modalidad se encuentran totalmente difundidas. Como era de prever, los fabricantes no dejaron pasar la oportunidad y ya se ofrecen armas especialmente diseñadas para esta disciplina. Y –por supuesto– los fabricantes de munición no se quedaron atrás.

Uno se pregunta… ¿Long Range con un calibre cuya máxima performance se encuentra entre los 50 y 100 metros? Y sí, las competencias con blancos ubicados a 300 metros es algo cotidiano en el país del Norte, donde ya están realizando torneos de Extreme Long Range a distancias mayores.

Tengamos en cuenta que el desafío de impactar a un blanco a unos 800 metros con un .308 Win –por dar un ejemplo– debe ser muy similar a impactar a 300 metros con un .22 LR. Y aquí hay un punto que excede el tema costo de la munición y cobra una gran importancia: la relativa facilidad para acceder a polígonos con líneas de tiro de 300 metros, ya que conseguir lugares donde poder disparar a grandes distancias es uno de los mayores inconvenientes que tiene el Long Range tradicional. 

Sin duda, un arma especializada para la disciplina tiene un costo elevado, pero al igual que uno puede incursionar en el Long Range mayor con un Remington 700, puede competir tranquilamente con un CZ a cerrojo calibre .22 LR, por nombrar dos armas muy difundidas. Estoy seguro de que muy pronto, los aficionados aceptarán el desafío de impactar a distancias extremas con armas calibre .22 LR. La carrera ya se largó.

Las .22 largo

Si bien en general las competencias se desarrollan utilizando munición estándar de calibre .22 LR –la que según el tirador se adapte mejor a su arma–, ya hay firmas que están desarrollando cartuchería especializada para el Long Range. Tal el caso de Lehigh Defense, que el año pasado presentó su munición con proyectiles sólidos, los denominados Cutting Edge Bullets. 

La empresa los ofrece con pesos de bala de 30, 40 y 50 grains. El de 30 grains está pensado para cañones con paso de estrías estándar de fábrica, mientras que los más pesados necesitarán un giro más rápido para estabilizar sus puntas Spitzer. Si bien el de 50 grains excede el largo aceptado por un rifle calibre .22 LR, fue pensado para ser utilizado en armas custom que acepten cargadores del .22 Magnum.