La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

Publicado en Stockarmas.com, texto y fotos: Francisco Pedro Herrero García.

En la mayoría de las modalidades de tiro deportivo, la dificultad para obtener buenos resultados viene determinada por la distancia. De ahí que a medida que ésta aumenta, el tirador más experto y entrenado obtenga mejores resultados que el tirador menos experimentado. El arma y la munición empleadas también influyen y son piezas clave para superar el reto deportivo, pero si se conjugan adecuadamente estos elementos, los resultados positivos vendrán por añadidura.

A mayor proximidad al potencial peligro, menor es el coeficiente de supervivencia

Por contra, en el tiro de defensa a cortas distancias, el arma, la munición o la pericia como tirador, no tienen tanto peso específico como para inclinar la balanza a nuestro favor, hasta el punto que, con independencia de los factores referidos, se puede afirmar lo siguiente: “A mayor proximidad al potencial peligro, menor es el coeficiente de supervivencia”.

Entre los factores que determinan el resultado de un enfrentamiento a corta distancia destacan:

  • La disminución del tiempo de reacción para la víctima.
  • La limitación de las posibilidades para utilizar una cobertura.
  • El aumento de las probabilidades de resultar muerto con el primer o el segundo disparo del agresor o, de al menos, ser herido más de una vez. Este riesgo persiste, a veces incluso, aunque el agresor se encuentre a su vez, mortalmente herido.
  • Se minimiza la ventaja de ser un buen tirador, por contra, un agresor decidido puede ser igual de eficaz , aunque carezca de entrenamiento con armas de fuego.
  • La calidad del arma y de la munición empleada, no suelen ser determinantes para decidir el enfrentamiento.
  • Se multiplican las posibilidades de ser agredido o desarmado con técnicas de artes marciales.
  • Instrumentos de uso corriente (llaves, bolígrafos, etc.) pueden convertirse en armas peligrosas en manos del agresor, sin contar con las armas que puea portar disimuladas.
  • Los objetos contundentes como porras, bastones, etc. y las armas blancas a distancias reducidas son tan letales como un arma de fuego.

En resumen, que si usted se encuentra a menos de tres metros de alguien que está decido a eliminarle y no ha detectado signos de amenaza previos al inicio de la agresión, usted tiene perdido el combate de antemano.

Distancia defensa armas de fuego

¿Forma parte de su entrenamiento resolver hechos similares?

¿Conoce las técnicas más apropiadas? ¿Ha puesto a prueba su capacidad de reacción ante un evento similar o al menos ha reflexionado sobre ello? Si no lo ha hecho, ahora es el momento de planteárselo.

Aunque depende de la motivación y de la condición física del asaltante, considere que por debajo de los seis metros, un agresor desde una posición estática puede abalanzarse y entrar en el cuerpo a cuerpo con usted, entre 1 y 2,5 segundos. Si el agredido no ha percibido esta posibilidad con antelación, la contestación armada, no será factible.

Si como suele ocurrir, el agresor a la vez que dispara, avanza hacia nosotros para asegurar el resultado, las posibilidades de sobrevivir se reducen drásticamente.

Ahondando en esta cuestión y sin entrar a considerar el tiempo de percepción del ataque, o las actitudes de pánico y bloqueo mental que pueden producirse en la víctima, se deduce que, en general, la acción de extraer el arma de una funda con broche, no estará nunca por debajo de ese tiempo. En el mejor de los casos, para cuando hayamos extraído el arma, un asaltante con un arma de fuego podría haber efectuado un par de disparos sobre nosotros en ese mismo tiempo.

Si como suele ocurrir, el agresor a la vez que dispara, avanza hacia nosotros para asegurar el resultado, las posibilidades de sobrevivir se reducen drásticamente. En el caso de que la agresión se produjera con un arma blanca o contundente, en el tiempo estimado de 1 a 2,5 segundos, nos encontraríamos tratando de bloquear o esquivar con el brazo libre, el primer ataque.

Para los supuestos en que el arma vaya oculta, sin cartucho en recámara o con un seguro de difícil acceso, habrá que añadir al menos 1 segundo más, al tiempo de respuesta. En resumen la víctima habrá sido tiroteada, apuñalada o golpeada antes de que ni siquiera sepa lo que está ocurriendo.

En circunstancias de esta naturaleza existen ciertas premisas tácticas que pueden proveernos de un tiempo extra.

La primera, como ha quedado expuesto es mantener la distancia. Por encima de los seis metros es una buena distancia de seguridad. Permite hablar, dar órdenes hacer preguntas, identificarse etc., sin que por ello disminuya nuestra capacidad de respuesta. Si la persona que tenemos delante trata de acortar distancias, dígale que se detenga. Si no obedece y se dirige hacia usted, retroceda, interponga objetos entre ambos y prepare los recursos defensivos de los que disponga o improvise si no tiene otra cosa un objeto para defenderse.

Cuando se trata de actuaciones policiales esta distancia de seguridad es igualmente válida. En realidad, ante una persona sospechosa de ir armada, cualquier actuación policial, debería iniciarse siempre partiendo desde esa distancia. Por debajo de esta separación, la actitud debe ser siempre la de preparado para responder. Lo que implica, al menos, el empuñamiento del arma en la funda, o su extracción. Esta actitud le está dando desde el principio una ligera ventaja. Pero si percibe la situación como peligrosa automáticamente debe aumentar la distancia, sin dar nunca la espalda, e incluso parapetarse.

La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

La segunda, evitar la sorpresa, considerando de antemano la posibilidad de un ataque. En este sentido algunos particulares están mejor preparados que los policías. Para un ciudadano corriente puede resultar más fácil ponerse en alerta (condición naranja) ante una persona de aspecto sospechoso, o que está cometiendo un delito. En cambio para un policía acostumbrado a intervenir en reyertas, a realizar comprobaciones de identidad, detenciones, cacheos etc., esta situación puede resultarle rutinaria.

La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

Manténgase pues alerta, analizando los movimientos y la actitud de la persona que tiene enfrente. Observe a su interlocutor con una visión de conjunto. No espere descubrir en su mirada las intenciones. Fíjese en sus manos. ¿Puede verlas? ¿Qué tiene en ellas? No las pierda de vista porque es ahí donde está el peligro. No se fíe tampoco de la aparente actitud relajada o ausente que presente el sospechoso. En ocasiones es el preludio del ataque.

La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

Si usted va armado ponga su mano encima del arma y libere el clip de retención de la funda. Este gesto constituye un aviso de su estado de alerta que el posible agresor percibirá inmediatamente. Y en la mayoría de las ocasiones será suficiente para hacerle desistir de sus intenciones. Salvo que se trate de un perturbado, nadie intentará agredirle si ve que usted se encuentra preparado para responder.

Si el ataque ya se ha iniciado no se quede quieto, ¡muévase! 

Vigile también su entorno, puede que la persona que tiene delante trate de distraerle, mientras que otra le aborda por la espalda. O que alguno de los presentes simpatice con el sospechoso y se decida en un momento dado a interferir en contra de usted.

La tercera es no quedarse quieto. Si el ataque ya se ha iniciado no se quede quieto, ¡muévase! Y en este caso siempre es mejor hacerlo lateralmente para “romper” la dirección del ataque. Utilice algún objeto ( una farola, un árbol, una cabina telefónica, un banco, un vehículo, etc. ) para interponerlo entre usted y el potencial agresor. Mientras se mueve prepare su arma, pero recuerde que en estos casos el desplazarse rápido es prioritario al desenfunde, y no sacrifique su movilidad para adoptar una correcta posición de tiro.

Buscar un parapeto durante un enfrentamiento armado

La cuarta consiste en ponerse a cubierto. Esta premisa es de aplicación prioritaria en cualquier situación de enfrentamiento. No obstante en distancias muy cortas e iniciado el ataque, las posibilidades de servirnos de una cobertura resultarán escasas. Para que el empleo de una cobertura fuera factible en un caso similar, deberíamos encontrarnos detrás de ella desde el inicio de la situación de peligro.

Si usted es un usuario de un arma de defensa, debe planificar su entrenamiento bajo parámetros realistas. Si por el contrario, su preparación se basa exclusivamente en hacer agrupaciones a 25 m., o en participar en competiciones de recorridos de tiro, su vida dependerá únicamente, de no verse nunca envuelto en una situación real de combate.




Peligros de la sobre penetración en la munición policial

Publicado en armas.es. Por Javier Pecci

Hoy decidimos rescatar este texto de Javier Pezzi de 2016 en relación a la munición de punta hueca y su utilización por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por ello, es necesario saber antes de proseguir con el texto que el siguiente escrito tiene ya 5 años:

Quienes sigan la actualidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la del sector armero, a buen seguro conocerá la polémica con los proyectiles de punta hueca, la demonización que sufren en España y el uso de la munición blindada en sustitución, por parte de la totalidad de cuerpos de policía del país.

Pues bien, sin ánimo de aumentar la disputa, nos hacemos eco de este texto publicado por la AEITP (Asociación Española de Instructores de Tiro Policial), en el que podéis leer los resultados de una prueba / estudio destinado a desmitificar los proyectiles de punta hueca, usando para ello la munición Fiocchi EMB (Encapsulada Mono Bloque) calibre 9 mm Luger Parabellum.

El resultado es, cuanto menos, interesante…

Desde la AEITP queremos recordar al lector el texto refundido y complementario a la Convención de Ginebra, publicado por Cruz Roja Internacional, que establece que “las balas expansivas no solo pueden ser utilizadas por la policía en situaciones en las que es necesario enfrentarse un conflicto personas armadas en un entorno urbano o entre un grupo de personas, sino que es aconsejable su uso“.

En estas situaciones, tal y como se reconoce en el Consuetudinario de Cruz Roja Internacional en el capítulo IV artículo 77, se indica por aceptación de los estados miembros, de que la policía y las personas encargadas de hacer cumplir la Ley, pueden y deben usar balas expansivas “para asegurar que las balas no pasan a través del cuerpo de un sospechoso para dañar a otra persona inocente y para aumentar la posibilidad de que, una vez alcanzado, el sospechoso este impedido rápidamente para devolver el fuego”.

Confundir esto con la mayor lesividad permanente de las municiones expansivas o de punta hueca es un gravísimo error, propio de la falta de conocimientos técnicos y sobre todo de las fantasías de los profanos. Ya en 1989, el estudio del FBI, desarrollado por el Agente Especial Urey W. Patrick, demostró, con la ciencia forense en la mano, que las heridas producidas por un proyectil de punta hueca en un cuerpo humano producen una destrucción de tejido vivo inferior a un 1% más que un proyectil convencional, blindado o semiblindado, por lo que la diferencia es mínima. De hecho, en el mismo artículo, se establece con claridad que la prohibición del uso de municiones expansivas lo es para su uso en armas largas mucho más potentes que las armas cortas (3200 Julios frente a los 500 de un arma corta).

Alemania, Francia, Reino Unido, Finlandia, Suiza, Suecia, Noruega, y en general todos los países europeos, por no hablar de todos los Cuerpos Policiales Estadounidenses, emplean municiones Especiales de policía con puntas huecas o expansivas, con el único objetivo de impedir la sobrepentración de los proyectiles disparados por sus armas cuando las circunstancias obligan al uso de armas de fuego por parte de los agentes.

Nadie, en su sano juicio, puede preferir que los agentes de policía usen un proyectil blindado o semiblindado, como el usado por muchos agentes de policía de nuestro país, los cuales atraviesan con facilidad dos cuerpos humanos, sobre todo cuando alguno de nuestros familiares o nosotros mismos podemos estar detrás del delincuente que recibe el disparo justificado de un agente de policía.

Objetivo de la prueba con proyectiles de punta hueca

Evaluación de municiones específicas para servicios policiales, que reduzcan la sobrepenetración de las municiones blindadas, de plomo y semiblindadas.

Munición Fiocchi EMB (Encapsulada Mono Bloque) calibre 9 mm Luger (Parabellum)

Características de la munición de punta hueca utilizada

  • Proyectil: El cartucho engarza un proyectil macizo de latón con diseño expansivo al impacto, carente de plomo con un peso de 6 gramos (92 grains)
  • Vaina: Convencional de latón para pistón bóxer.
  • Iniciador: Boxer green carente de mercurio y plomo.
  • Velocidad Inicial: Teórica de 430 m/s, real 5 metros 411 m/s
  • Energía: Teórica de 555 julios, nuestra medida 506 julios.

Materiales de la prueba con munición de punta hueca

  • Dos bloques de gelatina GELITA Balística tipo I según protocolo FBI.
  • Pistola Glock 19 4” cañón.
  • Cronógrafo.
  • Cinta métrica.
  • Jeringa para inyectables.
  • Termómetro y nevera.

Metodología de la prueba con munición de punta hueca

3 series de 5 disparos en los test de velocidad Test 1 FBI bloque desnudo y Test 3 FBI bloque vestido con ropa pesada

Medición de la penetración en el bloque hasta su parada, el segundo bloque solo es usado como referencia para la parada del proyectil.
Inspección de cavidades permanentes mediante inyección de agua tintada en el canal de la herida balística.

Análisis de las pruebas con munición de punta hueca

La munición de calibre 9 mm Luger analizada, de la marca Fiocchi, monta un proyectil de 6 gramos de diseño especial deformable y expansivo en materiales blandos, originalmente desarrollado por la empresa de cartuchería Austriaca Hirtemberger Patronen.

Si bien esta firma se unió al grupo suizo RUAG Ammotech, este proyectil en concreto fue vendido a Fiocchi dado que Ruag ya disponía de proyectiles especiales como SeCa y la mejorada Geco Action 5, con lo que el EMB quedaría en el olvido. Afortunadamente Fiocchi adquirió la patente de la EMB y desarrolla en exclusiva este proyectil en su gama de 9 mm Luger.

Tras las pruebas de balística se constata que la penetración en bloque de gelatina balística a 4º centígrados es muy homogénea dejando casi todos los proyectiles en los 28 y 30 cm, tanto en el desarrollo del test 1 como en el del test 2.

En el caso del test 2, bloque de gelatina vestido con ropa gruesa, los proyectiles expanden de la misma forma y sección con una expansión de entre los 15,75 y los 16,50 milímetros, lo que implica casi doblar su diámetro nominal.

En el mismo bloque se dispararon un proyectil blindado y otro semiblindado para ver su penetración y cavidad permanente, en comparación con la EMB de Fiocchi, observándose una mayor cavidad permanente en el caso de la EMB, así como una inexistente deformación de los proyectiles blindado y semiblindado, los cuales atravesaron los dos bloques de gelatina balística y el blanco del fondo.

La AEITP no realiza los test 4 y 5 con bloque de gelatina detrás de un panel de yeso y contrachapado, ya que estos medios de construcción habituales en los Estados Unidos no lo son tanto en España, por lo que su valoración es de relativamente importante.

Quedan pendientes los test 3 con chapa de metal y el test 6 sobre cristal delantero de un vehículo ya que en el momento de las pruebas estos materiales ya habían recibido disparos con otros cartuchos y estaban muy debilitados.

Así mismo, la prueba de rebote que realizamos habitualmente en la AEITP queda pendiente con esta munición.

Conclusión

Como hemos mencionado anteriormente, ya existían algunos estudios que demostraban que las secuelas provocadas por la punta hueca en un cuerpo humano no eran muy diferentes a las que podía provocar un proyectil blindado / semiblindado. Esto ha quedado refrendado en el resultado de nuestro estudio.

En las pruebas de expansión, concretamente en las más habituales como lo son el test FBI 1 bloque de gelatina desnudo y el test 2 bloque vestido con ropas gruesas la munición EMB de Fiocchi se comportó de forma ideal para el servicio policial, expandiendo y frenando el avance del proyectil evitando la sobre penetración alcanzando los mínimos exigidos para impactos laterales, acorde a las exigencias del protocolo del FBI para municiones de servicio y de acuerdo a las recomendaciones para municiones policiales de la propuesta Suiza de 2001 en el Consuetudinario de Cruz Roja Internacional.

Notas

La AEITP es una asociación española sin ánimo de lucro, que nace de la necesidad real de disponer de una organización independiente que pretende unos objetivos basados en los principios de confraternización de los miembros de las FF.CC.SS, a través del desarrollo y realización de distintas actividades relacionadas con todo lo relativo al tiro policial.

Javier Pecci es profesor colaborador del I.S.E.S. de la Comunidad de Madrid, en varias Policías Locales y en centros de formación de seguridad privada. Es instructor y probador independiente de armamento y equipamiento policial de varias firmas comerciales, lo que le permite conocer de primera mano armas y equipos policiales de última generación. También colabora con varias revistas profesionales escribiendo artículos especializados.

Agradecemos a la AEITP y Javier Pecci la elaboración de este artículo.




LA SOMBRA DEL HALCÓN, CARTUCHO .17 HMR.

Articulo publicado en cazawonke.com

El .17 Hornady entró con fuerza en el mundo de la cartuchería, despertando un interés superior a cualquier otro desarrollo reciente. Un enano como éste, cargado de tanto veneno, es toda una genialidad se mire por donde se mire. Recuerdo que las primeras noticias sobre él me dejaron boquiabierto, entrábamos de lleno en el mundo de la miniaturización. Aunque de consecuencias previsibles, porque bajar tanto el diámetro y subir de ese modo la velocidad no dejaba de ser poner una vez más en práctica la religión de la energía cinética, sorprendía el tamaño casi extremo que le daba apariencia de juguete.

CZ 455 Tumbhole Bull Barrell con visor Meopta Artemis 3-12×50 sobre monturas fijas.

El cartucho

En el año 2002 Hornady sorprende con la presentación del .17 HMR (siglas de Hornady Magnum Rimfire) con la colaboración de Marlin y de Ruger. Su nomenclatura obedece, por orden, al apellido de quien lo desarrolló, al Magnum del que proviene y, finalmente, a que se trata de un fuego anular, un Rimfire. Pues sí, como lo oye, Hornady utiliza la vaina del más potente de los cartuchos de percusión periférica, el .22 WMR, como base para la creación. La manera de hacerlo es aparentemente muy sencilla: agolleta el cuerpo cilíndrico primitivo para que admita un proyectil poco más de un milímetro menor, pasando de 5,6 a 4,5 mm. De alguna forma, Hornady copia la fórmula que Remington utilizó para la creación de un potente cartucho en 1969, el 5 mm Remington Rimfire Magnum que, tras el olvido, ha vuelto a aparecer de la mano de Taurus. No obstante, aunque la difusión de este último no fue grande, sentó la base para que, posteriormente, fuese utilizado su diámetro en un cartucho referencia en el campo Varmint actual, el .204 Ruger. Y es que, en general, ésta es la aplicación de toda esta gama de cartuchos… Espere, su trabajo viene después, sigamos aún con su desarrollo. Realmente, muy pocos cartuchos son los que se habían hecho en este diámetro. En fuego anular, el .17 High Estándar, creado para su semiautomática en los años cincuenta, nunca llegó a cuajar. En fuego central, el .17 Remington, creado en 1971, se mostraba y muestra como el rey indiscutible. Creado a partir del agolletamiento del .223 Remington, esta bestia saca en boca una punta de 20 grains a 1.352 m/s, ¡casi nada! Estaba claro que este diámetro, a pesar de las reducidas dimensiones, ofrecía capacidad de vuelo y, aunque sus coeficientes balísticos o densidades seccionales fueran muy pobres, la tremenda velocidad en boca suplía con creces estas carencias.

Una de las pocas carabinas semiautomáticas que se ofrecieron para el .17 HMR fue la Remington 597. Problemas de seguridad hicieron que se descatalogase y retirase del mercado.

Recuerdo que se hablaba entonces mucho sobre los problemas que acarreaban proyectiles tan pequeños y frágiles lanzados a semejante velocidad. Desde que una simple gota de agua obturaba el cañón, a que el roce con cualquier objeto por pequeño que fuese podía acarrear la fragmentación del proyectil, alarmaban a los posibles usuarios, creando serias dudas sobre su eficacia final sobre el terreno. Costaba creer incluso la capacidad letal real que pudiese mantener, sorprendiéndonos al ver piezas del tamaño de un coyote pulverizadas por este rayo. Pues, ya está, Hornady pone en marcha su desarrollo. Sabedora de que las puntas de este diámetro aún mantienen suficiente capacidad letal, estaba claro que, reduciendo tanto diámetro y peso, el proyectil lanzado volaría mucho más rápido de lo que hasta ahora se conocía en fuego anular. Se carga inicialmente con puntas de 17 grains con un perfil y características orientadas tanto al vuelo como al choque. Con muy buen criterio se elige la V-Max, una punta de plástico muy aguzada con cola de bote, perfecta para sacar toda la tensión a la trayectoria. Como proyectil Varmint puro, la camisa es muy fina, con una gran cavidad frontal que tapa el polímero, haciéndola muy expansiva.

Definitivamente, su comportamiento terminal es casi explosivo, desintegrándose al menor contacto, con una muy pobre penetración, algo completamente deseable.

Marlin XT-17VSL con visor Delta Titanium 2.5-15×56 sobre monturas BAT tipo Weaver desmontables.

Cartucho de granjero

Claro, pensemos que lo perseguido con el .17 HMR era un farmer´s cartridge, un cartucho para granjeros. La idea era cubrir ese rango de especies a las que llegan con soltura los cartuchos Varmint de fuego central y se resisten a los .22 por su crítica distancia de uso, motivada por una trayectoria muy curva. Córvidos, roedores, caza pequeña, como palomas, liebres y conejos, zorros, gatos y coyotes, quedaban lejos de nuestro .22 LR, e incluso del WMR, porque sus trayectorias convertían en muy difícil acertar en el momento que la distancia excedía de poco de cien metros.

Quien le habla se ha criado con un .22 LR en las manos. Junto a mis armas preferidas –el aire comprimido–, las carabinas del veintidós me han acompañado siempre y puedo decir muy alto que a ellas debo, en gran medida, mis conocimientos prácticos sobre el tiro con rifle. Tantos cientos de cajas de fuego anular consiguieron que fuese capaz de calcular correcciones con cierta soltura, pero, aun así, he de reconocer que más allá de esos cien metros era fácil equivocarse tirando sobre blancos pequeños. Está claro que de utilizar una Eley Subsonica a una Winchester Xpediter o las Remington Viper y Yellow Yacket, la posibilidad de acierto aumentaba notablemente; pero, de ahí, a lo que ofrece el .17 Hornady, hay un abismo.

Para que se haga una idea, piense que la velocidad de una carga muy caliente en .22 Long Rifle, la CCI Stinger, la referencia en cartuchos del .22 LR extra-largos, con sus 32 grains huecos y cobreados, abandona la boca a 500 m/s, mientras nuestro diecisiete, con sus originales 17 grains V-Max, lo hace a 777 m/s. Y no sólo la velocidad, la forma del proyectil hace que el coeficiente balístico y la densidad seccional sean mucho mayores, generando mayor capacidad de vuelo y posibilidad de un canal balístico más largo.

Seguro que alguno de ustedes ya estará pensando en el .22 WMR, su padre y competidor más duro. Sí, efectivamente, la velocidad de este último es mayor que la del .22 LR, pero no llega ni mucho menos a la del diecisiete. Buscando una carga límite, nos encontramos también con la Hornady V-Max de 30 grains. Vuela en boca a 670 m/s, unos 107 m/s menos. Hay que reconocer que su mayor masa mejora la energía, que, en general, es mayor que la del diecisiete dentro de su rango de uso. De algún modo, utilizando el proyectil más apropiado posible –no el V-Max, por supuesto–, hasta unos 90 metros está más capacitado para abatir especies corpulentas, digamos, de caza mayor –de no estar prohibido en nuestro país-. Hasta esa distancia el comportamiento del .22 WMR es tenso y preciso. Ocurre que esa mayor diferencia sólo sería aplicable a ese tipo de piezas, donde lucharían cara a cara el mayor diámetro, peso y energía del .22 con la mayor velocidad y densidad seccional del .17 y, siendo coherentes, se imponen los primeros.

El problema real viene de esos 90 metros en adelante, donde el comportamiento externo del .17 HMR se aproxima a un rifle de caza hasta unos 200 metros, sin obligarnos a modificaciones groseras, mientras que el Winchester ya traza una curva a todas luces intolerable. Reflexionando un instante, es justo reconocer que estamos llevando a nuestro pequeño protagonista a terrenos cenagosos, distintos y opuestos a la motivación que lo creó. Penetración y peso se alejan de los requerimientos necesarios para cobrar con soltura absoluta una urraca de 200 gramos o un zorro de siete kilos. Por ello, sobre caza mayor, velocidad y precisión van a ser las únicas bazas con las que cuenta para suplir, en cierto modo, unas dimensiones tan críticas. Pero, bueno, sobre caza mayor y distancias de uso, seguiremos hablando más adelante. Volvamos de nuevo al camino.

El antecesor espiritual del .17 HMR es el
5 mm Remington Rimfire Magnum. Imagen de un catálogo original de Remington de finales de principios de los ochenta donde aparece aún en producción.

Otros diecisiete

Tanta velocidad conseguía que su comportamiento sobre piezas pequeñas fuese explosivo, con una desintegración habitual del desdichado tocado por él. Eso, que puede parecer que no es un problema, para quienes gustan de aprovechar la carne se convertía en un serio inconveniente al utilizarlo. Por ello, se diseñan a continuación dos cartuchos más: en el 2003, el .17 Aguila, a partir de la vaina del .22 LR y, un año más tarde, el .17 Hornady Mach 2, agolletando esta vez la vaina extra-larga del .22 Stinger, pudiendo dispararse Aguila en Mach 2, nunca al revés. Con ello, ambos reducen la velocidad del HMR con un comportamiento terminal más conservador. Compiten directamente con el .22 LR, al que mejoran la trayectoria, pudiendo ser recamarados en acciones de igual longitud.

Pero la fiebre del diecisiete no acaba ahí. Ya en fuego central, Remington echa mano de su .221 Remington Fireball para crear al nuevo .17 Remington Fireball, potente, pero más contenido que su original diecisiete. Se desempolva, de la mano también de Hornady, al .17 Hornet y, recientemente, en el 2013, entra en escena el más potente de todos ellos, el .17 Winchester Super Magnum, el cartucho de fuego anular más potente jamás fabricado. Mueve una punta de 20 grains a 914 m/s, casi 200 m/s más rápido que el HMR. Imagínese su potencial, prestaciones rabiosas de Varmint de fuego central en un auténtico Rimfire. Continuará.




Así son los cartuchos para tiros de larga distancia .22 LR

Para poder extendernos en el tema, primero hay que interiorizarnos de dos fenómenos que se han producido en los últimos años, y que han experimentado una gran aceptación por parte del público afecto al tiro deportivo. El primero es el denominado Long Range –o Extreme Long Range, según las distancias–, cuya práctica gana adeptos día tras día, no sólo a nivel internacional sino también en el ámbito local. El segundo es la casi irrespetuosa irrupción que el pequeño y popular cartucho .22 Long Rifle ha realizado en modalidades reservadas hasta este momento a gruesos calibres.

A ver…. la difundida disciplina denominada Tiro FBI, que utilizaba en sus comienzos revólveres de cañón corto calibre .38 Spl/.357 Mag y a la que posteriormente se le agregaron pistolas semiautomáticas de grueso calibre (9 mm y .45 ACP), actualmente cuenta con categorías para armas calibre .22 LR ya sean cortas o largas.

Torneos en USA 

En tiro práctico con armas largas, paulatinamente los fusiles .308 Win y .223 Rem fueron dejando lugar a los que disparaban el pequeño cartucho de fuego anular. Las razones son obvias: el costo de la munición se ha visto incrementado en demasía, con el agravante –en el último de los ejemplos– de la dificultad para acceder a armas comprendidas en el Decreto 64/95.

Teniendo en cuenta lo expresado, no nos puede extrañar que el .22 LR haya ingresado al mundo del Long Range. En los Estados Unidos las competencias de esta modalidad se encuentran totalmente difundidas. Como era de prever, los fabricantes no dejaron pasar la oportunidad y ya se ofrecen armas especialmente diseñadas para esta disciplina. Y –por supuesto– los fabricantes de munición no se quedaron atrás.

Uno se pregunta… ¿Long Range con un calibre cuya máxima performance se encuentra entre los 50 y 100 metros? Y sí, las competencias con blancos ubicados a 300 metros es algo cotidiano en el país del Norte, donde ya están realizando torneos de Extreme Long Range a distancias mayores.

Tengamos en cuenta que el desafío de impactar a un blanco a unos 800 metros con un .308 Win –por dar un ejemplo– debe ser muy similar a impactar a 300 metros con un .22 LR. Y aquí hay un punto que excede el tema costo de la munición y cobra una gran importancia: la relativa facilidad para acceder a polígonos con líneas de tiro de 300 metros, ya que conseguir lugares donde poder disparar a grandes distancias es uno de los mayores inconvenientes que tiene el Long Range tradicional. 

Sin duda, un arma especializada para la disciplina tiene un costo elevado, pero al igual que uno puede incursionar en el Long Range mayor con un Remington 700, puede competir tranquilamente con un CZ a cerrojo calibre .22 LR, por nombrar dos armas muy difundidas. Estoy seguro de que muy pronto, los aficionados aceptarán el desafío de impactar a distancias extremas con armas calibre .22 LR. La carrera ya se largó.

Las .22 largo

Si bien en general las competencias se desarrollan utilizando munición estándar de calibre .22 LR –la que según el tirador se adapte mejor a su arma–, ya hay firmas que están desarrollando cartuchería especializada para el Long Range. Tal el caso de Lehigh Defense, que el año pasado presentó su munición con proyectiles sólidos, los denominados Cutting Edge Bullets. 

La empresa los ofrece con pesos de bala de 30, 40 y 50 grains. El de 30 grains está pensado para cañones con paso de estrías estándar de fábrica, mientras que los más pesados necesitarán un giro más rápido para estabilizar sus puntas Spitzer. Si bien el de 50 grains excede el largo aceptado por un rifle calibre .22 LR, fue pensado para ser utilizado en armas custom que acepten cargadores del .22 Magnum.




¿Por Qué El Tiro Es Un Deporte Olímpico?

Fuente: revista-airelibre.com

Como viene sucediendo desde los primeros juegos olímpicos realizados en Atenas 1896, el tiro se presentó en Tokio 2020. Y no solamente para hombres como sucedía hasta Moscú 1980 sino también con mujeres tal como viene ocurriendo desde Los Ángeles 1984.

¿Quién no se ha preguntado por qué el tiro es un deporte olímpico? Aquellos de nosotros tan intrínsecamente vinculados a este deporte, no podemos ver por qué alguien cuestionaría la inclusión del tiro en los Juegos Olímpicos, pero cuando vemos el desarrollo de esta disciplina en Tokio 2020, aficionados a este deporte se encuentran una vez más justificando su existencia en el mayor espectáculo deportivo que el mundo haya conocido.

Entrenador de tiro deportivo, psicólogo y autor de varios libros de tiro con rifle y pistola, Heinz Reinkmeier escribe en su libro Sport Psychology and Competition: The Psyche of the Shot (Psicología del deporte y competencia : la psique del tiro): “A pesar de todas las protestas en contra, [el tiro] es un deporte. Un deporte, porque el rendimiento de la mente y el cuerpo juegan partes iguales. Porque la ejecución del movimiento, o dicho de otra forma, la precisión del deportista es lo que marca la diferencia ”.

El Dr. Robert DuVall, director de Medicina Deportiva de Atlanta (SMA) se hace eco de los comentarios de Reinkemeier. “Los deportes de tiro representan la esencia del control de la motricidad fina en los deportes… pocos otros deportes requieren la habilidad motora refinada y la precisión del tiro. Asimismo, pocos otros deportes necesitan las aptitudes físicas y emocionales combinadas que se requieren para el éxito del tiro deportivo “.

Precisión: parece ser el sentimiento resonante de lo que distingue al tiro de otros deportes olímpicos. En ningún otro deporte los milímetros pueden separar a un atleta de una medalla sin ni siquiera llegar al podio. Sucede a menudo, y más recientemente a nivel olímpico, cuando Wang Zhiwei de China superó a Xuan Vinh Hoang de Vietnam por la medalla de bronce en Pistola libre masculina en los Juegos Olímpicos de 2012 por una décima de punto; algo así como la diferencia de golpes para embocar una pelota de golf desde aproximadamente medio campo de fútbol de distancia.

O tomemos, por ejemplo, otro de los deportes de tiro de precisión a un nivel aún menor: el rifle de aire de 10 m. El objetivo de los competidores consta de 10 anillos de solo 0,5 mm de ancho, que es el tamaño de un punto en papel de periódico a 10 metros de distancia. La más mínima contracción, como un latido del corazón o una respiración inoportuna, puede desviar desastrosamente el perdigón de 4,5 mm de su curso.

“Las habilidades de control corporal [en el tiro] son ​​muy precisas”, dijo Sean McCann, psicólogo deportivo senior del Comité Olímpico de los Estados Unidos. “Es un deporte de control de la motricidad fina. En general, los deportes de motricidad fina se ven más afectados por la presión, la ansiedad o los nervios que los deportes de motricidad gruesa como correr o nadar. Estar un poco fuera de lugar puede hacer que las cosas realmente salgan mal. Debido a que estás haciendo un movimiento tan pequeño, cualquier ligera variación, solo estar un poco fuera de lugar los hace tan volátiles. En algunos deportes, si un atleta de élite tiene un mal día mental o físicamente, eso solo significa que no establece un récord mundial o que obtiene una medalla de plata en lugar de una medalla de oro. En el tiro, si tienes un día difícil mentalmente, puedes pasar de los tres primeros a los 60“.

Merriam-Webster define el “deporte” mundial como “un concurso o juego en el que las personas realizan determinadas actividades físicas de acuerdo con un conjunto específico de reglas y compiten entre sí”. El tiro se ha incluido como deporte olímpico desde el inicio de la Olimpiada moderna en 1896. El fundador del movimiento olímpico moderno, el barón Pierre de Coubertin, era un ávido tirador. Ex campeón francés, de Coubertin apoyó la inclusión de cuatro eventos de pistola y dos de rifle de alta potencia en el programa olímpico. El programa olímpico actual consta de 15 eventos olímpicos a través de rifle, pistola y escopeta.

En la introducción del libro Tiro Olímpico el Coronel Jim Crossman, el dos veces Campeón Olímpico y Vicepresidente de la Federación Internacional de Tiro Deportivo Gary Anderson escribió: “Es un mérito del movimiento olímpico que una amplia gama de atributos de los atletas sean probados por muchos deportes diferentes y eventos individuales en el programa olímpico. Esos eventos no se limitan a probar la velocidad, la fuerza o la resistencia. Muchos eventos olímpicos también ponen a prueba las habilidades precisas de control motor y las habilidades mentales de los atletas para continuar desempeñando esas habilidades bajo la presión de la competencia. El tiro es ese tipo de deporte y ha sido una parte importante del calendario deportivo olímpico desde los inicios modernos en 1896 ”.

“Cada deporte olímpico es una combinación de requisitos físicos y mentales. No tengo ninguna duda de que el tiro tiene los requisitos mentales más duros de cualquier deporte olímpico”, afirma McCann. “Para mí, es solo una cuestión de cuál es la proporción. Algunos deportes son muy dependientes físicamente y tienen algunos componentes mentales; algunos son muy dominantes mentalmente y tienen algunos componentes físicos, y creo que disparar es más en esa área. No se puede decir que ningún deporte sea puramente físico o puramente mental. Todos son una especie de combinación. Pero si buscas dificultades en el aspecto mental, no hay nada más difícil que disparar“.

Además de las tremendas exigencias mentales, las exigencias físicas de disparar son reales. Para comprobarlo, Reinkemeier sugiere que aquellos que nunca han intentado disparar tomen un libro entre el pulgar y los dedos y lo sostengan con el brazo extendido durante 30 segundos. Intente eso, permaneciendo perfectamente quieto y repítalo de 40 a 60 veces.

“Se requiere dos niveles de disciplina para disparar. Por un lado, la disciplina para aquietar tu mente, para no dejar que te surja cualquier pensamiento al azar, para seguir una rutina, para reducir la cantidad de variables que podrían causar un error. También está la disciplina de la resistencia del enfoque: permanecer durante todo una competencia con el plan y no simplemente flotar sin pensar. Hay un pensamiento bastante activo durante todo un torneo de tiro olímpico de cualquiera de las disciplinas “agregó McCann.




El Ojo Dominante, todo lo que debes saber para conocerlo.

Nota de Carlos Nesci para Revista Aire Libre

Fuente: revista-airelibre.com

Todos sabemos que existe una tendencia natural hacia la dominancia de un lateral sobre otro y esto se hace muy evidente en la dominancia manual o podal.

Dominancia Manual: Preferencia o mayor facilidad para utilizar una de las manos (derecha o izquierda) para ejecutar acciones tales como tomar objetos, lanzar una pelota, disparar o escribir, entre otras.

Dominancia Podal: Es el pie hábil, el dominante para efectuar acciones como patear una pelota, impulsarse para saltar, mantenerse en pie con una sola pierna y otras.

Pero existen más dominancias y mucho menos conocidas como por ejemplo, la auditiva y la ocular.

Siendo esta última el propósito de la nota comenzaremos por los motivos neurológicos que la generan, continuaremos por su importancia en el deporte y terminaremos con la forma de comprobar cuál es nuestro ojo dominante, maestro o directriz, como también suele llamárselo. Por último describiremos a la lateralidad cruzada y la forma de neutralizarla en el Tiro.

La Lateralidad

La lateralidad es el resultado de la dominancia cerebral, generada por la ubicación ordenada de las funciones de los 2 hemisferios y la manera en que estos se distribuyen la información. Aparece como consecuencia de la evolución de la percepción, el lenguaje y la sicomotricidad. La educación requiere de las coordenadas derecha – izquierda. Su control es fundamental para la comprensión tanto en la lectura como en la escritura.

Existen factores genéticos y culturales que influyen sobre ella y la determinan. Estamos formados por un sistema nervioso doble que funciona de forma binaria con un cuerpo que también presenta simetrías (extremidades, ojos, oídos y pulmones, entre otros) pero, aunque estos órganos parezcan una mera duplicación del otro no funcionan igual, siempre habrá uno actuando como referente y el otro lo acompañará.

El dominante depende del hemisferio cerebral en el que se aloja. Recordemos que los hemisferios tienen la compleja tarea de interpretar al mundo que nos rodea, permitirnos interactuar con él y desarrollarnos plenamente.

Cada hemisferio tiene roles distintos y su conectividad se lleva a cabo a través del Cuerpo Calloso, él es el encargado de hacerlos dialogar (se dice que las mujeres lo tienen muy desarrollado y que ese es el secreto de “la intuición femenina” y también una característica sobresaliente de Albert Einstein, cuyo cerebro era pequeño pero muy interconectado).

Los Hemiferios

Hemisferio izquierdo: también llamado simbólico, es el responsable de la secuencialidad de la información. De suma importancia en los procesos racionales. Es el que sirve para aprender.

Hemisferio derecho: es el que dirige la acción visual y postural, procesa la información corpóreo-espacial, trabaja con expresiones visuales y se relaciona con las funciones holísticas. Es el que conduce la acción.

El uso preferente de un lado del cuerpo depende directamente de la distribución de funciones que se establece entre los hemisferios y, como dijimos al principio, los motivos son genéticos y culturales. En el caso de la lateralidad ocular, se forman columnas celulares de dominancia visual en la corteza cerebral para ambos ojos y, por alguna razón, unas prosperan más que otras y definen la dominancia.

Los Hemiferios

Hemisferio izquierdo: también llamado simbólico, es el responsable de la secuencialidad de la información. De suma importancia en los procesos racionales. Es el que sirve para aprender.

Hemisferio derecho: es el que dirige la acción visual y postural, procesa la información corpóreo-espacial, trabaja con expresiones visuales y se relaciona con las funciones holísticas. Es el que conduce la acción.

El uso preferente de un lado del cuerpo depende directamente de la distribución de funciones que se establece entre los hemisferios y, como dijimos al principio, los motivos son genéticos y culturales. En el caso de la lateralidad ocular, se forman columnas celulares de dominancia visual en la corteza cerebral para ambos ojos y, por alguna razón, unas prosperan más que otras y definen la dominancia.

Cuando cortamos con la mano izquierda y pateamos con la derecha o sostenemos el arma como diestros y apuntamos como zurdos, estamos ante casos de lateralidad cruzada. Se estima que el 10% de la población es zurda y alrededor del 30% es de lateralidad cruzada.

En el deporte la lateralidad tiene una gran importancia y no sólo la óculo – manual u óculo – podal sino también las de hombro – cintura y pierna hábil – pierna de apoyo.

Paul Dorochenko es un francés, osteópata y fisioterapeuta, Director del Centro Internacional de Reeducación del Deportista, ubicado en Valencia, España. Es famoso por detectar e intervenir en la lateralidad de los deportistas. Sus teorías y trabajos de campo para rehabilitar y potenciar a deportistas de elite son casi revolucionarios. Su última invención es un sistema que le permite a los atletas modificar gestos técnicos defectuosos y borrarlos para siempre de su memoria para reemplazarlos por otros mejorados. Dicen que funciona y que es una maravilla de la biomecánica.

Paul Dorochenko, destaca siempre las virtudes que la lateralidad cruzada tiene en los deportes de movimiento y la importancia de la elección de golpes o ubicaciones en la cancha a partir del ojo dominante.

Otro caso interesante es el de un estudio sobre “La Lateralidad en el Deporte ” realizado por el Centro Internacional de Optometría de España. Allí se trabajó sobre una muestra de 245 deportistas y otra de control de 80 no-deportistas, con el fin de detectar la influencia y penetración de la lateralidad cruzada en cada disciplina estudiada. La mayor cantidad de casos de lateralidad cruzada se dieron en Básquet y Natación. Resultaron indiferentes: Tenis, Badminton y Esgrima. Mientras que en Tiro de precisión, Fosa y Arco se concentraron la mayor cantidad de homogéneos.

Evidentemente la visión deportiva en quienes requieren alineamiento y precisión demanda una lateralidad no-cruzada ya que de no ser así se atentaría sobre la estabilidad del stance y el registro de miras, ambos factores indispensables para un disparo acertado. Además está comprobado que el ojo hábil o dominante procesa la información con muchísima mayor rapidez.

¿Cómo descubrimos cuál es nuestro ojo dominante?

Para detectarlo utilizaremos esta sencilla prueba: extendemos nuestros brazos hacia delante y los juntaremos formando un triángulo con las 2 palmas, teniendo por base a los pulgares superpuestos. Mantendremos nuestra cabeza alineada con el triángulo y apuntaremos – con los ojos abiertos – a algún elemento claramente visible.

Luego, sin mover nada, cerraremos alternadamente uno y otro ojo. El ojo dominante mantendrá el objeto en su lugar y el complementario lo perderá totalmente. Pero allí no termina la prueba, para asegurarnos, después de haber focalizado debidamente al objeto con ambos ojos abiertos, retrotraemos el triángulo formado por nuestras manos hacia nuestros ojos abiertos, intentando no perderlo de vista y comprobaremos que nuestras manos – automáticamente – lo harán en dirección de nuestro ojo maestro.

1. Ubicándonos a 1m o más del objeto a apuntar ya estamos en condiciones óptimas para realizar la prueba.
2. Para graficar la nota utilizaremos un blanco de tiro, pero cualquier objeto claramente recortado de su contexto y bien iluminado permite realizar la prueba eficazmente.
3. Extendiendo nuestros brazos y juntando nuestras manos de la forma en que se muestra en la foto, centraremos el blanco. Siempre con ambos ojos abiertos, luego cerramos alternadamente uno y otro ojo, el ojo dominante es el que seguirá enfocando el blanco.
4. Por lo contrario, nuestro ojo débil habrá perdido al blanco y solo verá lo que se encuentra a un costado
5. Contraprueba para asegurarnos de haber descubierto a nuestro Ojo Maestro: extendemos los brazos hacia el blanco con ambos ojos abiertos y enfocamos.
6. Lentamente vamos retrotrayendo los brazos hacia nuestro rostro con los ojos abiertos.
7. Automáticamente, y a pesar de mantener ambos ojos abiertos nuestras manos irán hacia nuestro Ojo Maestro

Esta misma prueba se puede hacer con un papel agujereado, el dedo índice, un puntero o cualquier otro elemento que nos permita apuntar. No obstante, la experiencia indica como recomendable hacerlo de la forma inicialmente descripta.

Así sabremos entonces cuál es nuestro ojo dominante pero que ocurre si detectamos que tenemos Lateralidad Cruzada, una característica no ideal para la práctica del Tiro.

Recomendaciones para lateralidad cruzada en el tiro

Ahora que sabemos cuál es nuestro ojo dominante, ¿qué ocurre si detectamos que tenemos Lateralidad Cruzada?, una característica no ideal para la práctica del Tiro.

Para arma corta: se sugiere cambiar la mano con que se dispara o, lo que es mejor, inclinar ligeramente el arma para que las miras se recuesten levemente y queden alineadas en la zona de visión de nuestro ojo dominante. La inclinación no debería superar nunca los 45º ( ideal de15 a 20º). Una tercera posibilidad es inclinar la cabeza hacia el brazo dominante – el pie del ojo dominante adelantado – para que el ojo dominante se pueda alinear con las miras y el blanco.

Para arma larga: resulta ideal modificar la posición y alinear el cuerpo con el ojo dominante. Una alternativa intermedia y menos radical es la de cubrir con algún elemento traslucido al ojo dominante para darle protagonismo al ojo menos hábil. Lo que no perdemos con esta opción es la sensibilidad y fuerza de nuestra mano dominante.

Posición de tirador zurdo -arma larga- alineado manual y ocularmente con su dominancia.
Tirador zurdo de mano literalidad ocular derecha. En este caso de liberalidad cruzada, conviene reeducar la posición corporal y encarar como diestro
Posición de tirador zurdo -arma corta- alineado manual y ocularmente con su dominancia.
Posición de tirador zurdo con lateralidad cruzada. se debe corregir la posición para evitar descompensaciones en la estabilidad y errores de alineación.
El mismo caso corregido mediante una ligera inclinación -no mayor a los 45º idealmente 25 a 30º- en dirección al ojo dominante, en este caso el derecho. En arma corta es preferible mantener la mano dominante por cuestiones de sensibilidad y fuerza.

Conclusión: todo aquel que pretende desempeñarse eficazmente debe comenzar por conocerse. La lateralidad es un tema importantísimo para la práctica de los deportes. Competir implica mejorar optimizando las variables y esta es una que no podemos ignorar. Hagan la prueba señores, el ojo maestro espera, ansiosamente, ser descubierto!

Anécdota del autor de la nota

Hace unos cuantos años, en una de las primeras exposiciones de Armas, me encontraba con unos amigos haciendo cola en el stand de Shark que permitía probar sus productos – bastante novedosos para la época.

Delante nuestro y ya disparando se encontraba una parejita de adolescentes. El chico disparó razonablemente – en la zona del 8 – y la chica lo hizo en el borde de la cartulina… recibiendo los comentarios sobradores de su noviecito.

Al ver que la chica no quería volver a intentarlo y advertido de su lateralidad cruzada – gesto típico…cruzan la cabeza por sobre la culata – no pude evitar mi intervención y por suerte, me salió bien.

La convencí para que volviera a disparar, describiéndole el motivo de su yerro y sugiriéndole que se parara diferente para alinearse con su ojo maestro. Todos los que estaban rodeándonos seguían con atención mis indicaciones, mientras el noviecito me miraba ”raro” y yo sentía que si la experiencia no resultaba iba a tener que esfumarme.

Finalmente le pedí a la chica que alineara sus pies con el blanco, mantuviera derecha su cabeza, respirara profundamente y fuera expirando lentamente mientras presionaba la cola del disparador pero, lo más importante, que no dejara de mirar el blanco una vez producido el disparo.

Fue una clase de tiro express; en menos de 2 minutos le tiré toda la data y la chica estuvo a la altura de las circunstancias, regalándome un 9.




Tiro Práctico, Precisión y velocidad, la clave para llegar al éxito

Fuente: revista-airelibre.com

Se inició en este deporte hace cinco años por su curiosidad por las armas. Hoy es un apasionado del tiro práctico, una disciplina de tiro deportivo en la cual el tirador debe disparar a diversos blancos en el menor tiempo posible, tratando de obtener el máximo puntaje. Rodrigo Maldonado es, desde hace cuatro años, el campeón tucumano de la categoría principal y será el representante del “Jardín de la República” en el Nacional que se llevará a cabo en Córdoba.

“Fui a practicar manejo de armas en el club Tiro Federal y me llamó mucho la atención cuando estaba aprendiendo la cantidad de escenografías que había. Entonces pregunté de qué se trataba y me contaron que ahí se practicaba este deporte. Así empezó mi amor por el tiro práctico”, contó Maldonado, que desde que empezó a competir se consagró campeón. “El primer año gané el torneo provincial en la categoría Novicios y a partir de la segunda temporada comencé a participar en la división General. Por suerte me va muy bien, porque fui campeón en los últimos cuatro años en forma consecutiva. También gané las últimas cuatro temporadas del Social Anual, que se disputa en Salta”, reveló el deportista de 40 años.

La entidad que rige este deporte es la “International Practical Shooting Confederation” (IPSC), que fue fundada en la ciudad de Columbia, Missouri (Estados Unidos), en mayo de 1976. “Este deporte se generó en Estados Unidos para entrenar a las fuerzas especiales. El objetivo era que sean lo más rápido y precisos posibles, en el menor tiempo. Por eso, la meta es obtener la mayor cantidad de puntos, en un período corto de tiempo. No sólo se busca precisión, sino también velocidad. La idea es medir la capacidad de un deportista en disparar rápida y precisamente un arma de fuego de grueso calibre, que por lo general es de 9 milímetros”, explicó Maldonado.

En Tucumán, actualmente son cerca de 60 los tiradores que practican este deporte. “De esos 60, aproximadamente somos 30 los que competimos en casi todos los certámenes. En nuestra provincia no es un deporte muy conocido, pero en los últimos años viene en crecimiento. A nivel mundial, se practica oficialmente en 43 países que están reconocidos como regiones por la IPSC. Además hay algunos en espera ser reconocidos. En República Checa es uno de los tres deportes más populares”, reveló.

Maldonado está entre los 10 mejores tiradores del país y forma parte de la delegación argentina que participará en el Panamericano 2022 que se realizará en septiembre del próximo año en Orlando (Estados Unidos). “También estoy en el seleccionado que irá al Mundial de Tailandia, que está previsto para noviembre de 2022 en la ciudad de Pattaya. En el único torneo internacional en que participé fue en el Latinoamericano 2019, que se hizo en Buenos Aires, donde compitieron 23 países. Hubo representantes de Grecia y terminé en el puesto 21, entre más de 500 tiradores. Desde que comencé a practicar esta disciplina me aboqué de lleno y lo hago en forma profesional. Tengo un psicólogo deportivo que me ayuda a manejar la ansiedad competitiva, un preparador físico que adapta la actividad a mi disciplina y un entrenador de tiro, que es de Villa María (Córdoba). Además, el nutricionista es mi papá, Carlos Maldonado. Hay todo un equipo que hace posible que yo obtenga buenos resultados. Actualmente, tengo mi vida dedicada a pleno al tiro práctico”, señaló.

“Disparamos con una pistola 9 milímetros, por lo que se necesita tener un excelente manejo de las armas y estar bien entrenado. Actualmente tengo una academia que funciona en el Tiro Federal. Todos los días realizo manipulación de armas, seis veces a la semana me entreno en la parte física, combinando ejercicios en un gimnasio y al aire libre. Cerca de los torneos importantes practico tres veces a la semana con municiones, lo que significan 2.500 tiros mensuales”, agregó.

El próximo objetivo de Maldonado será el campeonato “Batalla de Tucumán”, que se realizará el 26 de septiembre en el Tiro Federal, con la participación de deportistas tucumanos, salteños, jujeños y cordobeses. Luego llegará una fecha del Social Anual de Salta y el Nacional, que está previsto para el próximo mes en Córdoba. “Tengo muchas expectativas de seguir creciendo en este deporte y que se haga cada vez más conocido en nuestra provincia”, concluyó.




El peor servicio público

Dejen de buscar. Ya está claro. El peor servicio público en Chile no es la Salud, ni la Educación, ni siquiera la Justicia.



El peor servicio público en Chile son las AUTORIDADES FISCALIZADORAS deControl de Armas. Ahora bien, decir que todas son malas no sería justo, porque como sabrás, todas funcionan diferente. Si la que corresponde a tu domicilio no es tan mala, considérate afortunado. Pero algunas…

  • ¿Te imaginas un servicio público que sólo funciona con papel?
    Las AF operan a base de “actuaciones”, curioso pero adecuado nombre que le dan a cada trámite que uno se ve obligado a hacer con ellos. Cada actuación representa un legajo de papel que se almacena en una carpeta y se olvida en un archivo. Cada cierto tiempo, algún funcionario se ve obligado a buscar en ese archivo pero, normalmente, hay que llevar cada papel, incluso aquellos que provee el propio Estado, cada vez. Una y otra vez. Y solamente en papel. Un cero en modernidad.
  • ¿Te imaginas un servicio público que no conoce las firmas digitales?
    ¿Qué es más seguro hoy en día? La firma electrónica avanzada o la firma de puño y letra. Si dijiste puño y letra, tal vez podrías trabajar en una AF. En algunas, no tendrán la capacidad de verificar si el archivo PDF que tienen ante sus ojos está firmado o no. Ellos prefieren la tinta.
  • ¿Te imaginas un servicio público que te pregunta lo mismo cada vez que acudes a él?
    Para inscribir armas, hay que rendir una prueba de 90 preguntas que incluye cuestiones como distinguir entre el cañón y la culata, u ordenar de mayor a menor calibres (existen dos alternativas correctas pero para ellos es únicamente la C). Si ya diste la prueba, no importa. Tendrás que volver a rendirla aunque lo hayas hecho ayer. Esto no es una exageración. Si tienes armas legalmente, significa que estás habilitado por 5 años. Pero esa habilitación no tiene efecto práctico alguno, excepto un carnet que indica cuándo tendrás que volver al infierno para renovar tus papeles.
  • ¿Te imaginas un servicio público que ignora los certificados que te entrega otro servicio público?
    Si tienes el Certificado de Antecedentes para fines especiales que exige la Ley limpio, bueno, eso podría no bastar. Todos los días, chilenos que cumplen la Ley se ven discriminados por la información que contiene el “biométrico”, y según la cual las AF determinan quién es y quién no es idóneo para poseer armas. No tendrás derecho a conocer la información sobre ti y tus cercanos que maneja tras bambalinas Carabineros. Hoy, de manera ilegal incluso, han incorporado una entrevista personal con un policía que determina, en última instancia, si tendrás o no el derecho a poseer un arma. O a seguir conservando las tuyas. Nuevamente estamos supeditados a las “sensaciones”.
  • ¿Te imaginas un servicio público que, aun siendo kafkiano, sea gratuito?
    Este no lo es, es caro. Las AAFF reciben alrededor de 6 mil millones de pesos al año producto de los aranceles que cobran por cada munición que tu compras y cada acreditación que te permiten. Pagas, junto a otros 500 mil chilenos, para no ser tratado como un delincuente por el sólo hecho de que tengas o te guste el tiro deportivo, la caza, el coleccionismo o la tengas para defenderte de los verdaderos delincuentes. Y a pesar de que pagues, no siempre conseguirás no ser maltratado al acudir a este servicio público.

Todo esto, se comete bajo la supervigilancia de una institución cuya única función es aplicar la Ley. La Dirección Nacional de Movilización Nacional, DGMN, una institución dirigida por un General de la República, que no sólo permite que su servicio sea el peor, sino que avala que se vulneren los derechos de los usuarios de ese servicio.

¿Y sabes que sucede cuando el servicio recibe felicitaciones para uno de sus funcionarios, porque es diligente, atiende bien, ayuda al usuario o simplemente porque no actúa de manera prepotente?, pues lo cambian de función a una donde no tenga contacto con público. Dicho de manera directa y franca, en este servicio público kafkiano, lo castigan por hacer bien su trabajo.




10 Tips Para Mejorar Tu Puntería

Artículo dirigido a quienes no practican tiro o se acaban de iniciar informalmente en esta disciplina deportiva, especialmente en arma larga. Por Carlos H. Nesci para Revista Aire Libre

Fuente: revista-airelibre.com

Para obtener buenos resultados se torna necesario repetir las acciones consistentemente. Parándonos bien, equilibrando el cuerpo adecuadamente, ejerciendo la misma presión sobre las partes de nuestra anatomía que entrarán en contacto con el arma y no desentendiéndonos mentalmente del disparo hasta mucho después que este se haya ejecutado. Para que un disparo sea exitoso se requiere de estos aspectos sumados a otros 2 muy importantes, un arma y elementos de puntería (sistemas abiertos u ópticos) precisos.

Un sistema de puntería sirve para orientar y ubicar el arma en el lugar donde queremos impactar. Como todo sistema de registro será tan bueno como su capacidad de mantenerse inalterable a pesar de los bruscos movimientos que los disparos provocan.

El sistema de puntería debe ser tan confiable como el arma misma. Aunque suene exagerado, la verdad es que son los ojos del arma.

Resumiendo, el secreto de un disparo acertado está en: sostener el arma de forma estable, mantener las miras alineadas y controlar el gatillo o cola del disparador. Para que estos 3 requisitos se cumplimenten satisfactoriamente deberemos actuar sobre otros componentes y acciones de la biomecánica del disparo. Hasta aquí la teoría vayamos ahora a la práctica…

El arma

Debemos asegurarnos que este descargada y tomaremos todos los recaudos de seguridad necesarios para cargarla, cosa que haremos sólo cuando estemos en zona de tiro y frente al blanco. La tomaremos siempre igual y una vez que nos sintamos cómodos con ella, trataremos de registrar mentalmente esa posición para poder repetirla consistentemente. Tendremos que ver cuál es esa posición en función del peso y la forma del arma y las características de nuestro cuerpo: altura, longitud de brazos, tamaño de manos etc.

Una buena posición nos brindará comodidad para sostener el arma a la vez que permitirá su repetición sin mayor esfuerzo. Recordemos que la precisión es hija de la consistencia y esta se logra repitiendo las acciones sin modificar las variables. El arma hará contacto con nuestras manos, mejilla y hombro.

Las manos

Tendrán que ejercer siempre la misma presión y esta no deberá ser excesiva. La mano de apoyo deberá ubicarse en el lugar que nos resulte más cómodo de la chimaza. Ese lugar debería estar en algún punto ubicado desde la mitad hacia delante. El apoyo estará dado por la palma desde la zona de unión entre el índice y el pulgar.  A su vez la mano que dispara debe rodear la empuñadura y permitir que la falange distal de su dedo índice toque el gatillo, evitando, en lo posible, que ese dedo haga contacto con la culata.

La posición a adoptar debe ser estable, cómoda y relajada.

El dedo índice, idealmente, sólo debería tocar al gatillo y ejercer con la punta o falange distal un movimiento suave y constante de presión en línea recta, la misma del cañón del arma. Si la presión ejercida sobre el gatillo es lateral ya estaremos modificando la trayectoria del disparo. El dedo va al gatillo sólo cuando ya hemos apuntado y estemos iniciando la fase de respiración previa al disparo.

La mano que dispara debe tomar la empuñadura sin generar presión excesiva y liberando el dedo índice para que el mismo se focalice en el disparo.
El dedo índice solo deberá tocar el gatillo con la falange distal, haciendo presión suavemente en línea recta, en la línea del cañon

La cabeza

Debe estar naturalmente erguida, evitando inclinaciones para impedir tanto el desequilibrio del cuerpo, alteraciones en los puntos de contacto con el arma y las presiones que en ellos ejercemos, como distorsiones visuales –errores de paralaje si el sistema de puntería es óptico–.

En esa posición la cabeza espera el contacto del arma con el hombro y cuando esta hace contacto la mejilla queda emplazada naturalmente en la culata.

La cabeza debe estar lo más erguida posible y hacer solo un ligero movimiento descendente para que la mejilla contacte a la culata

El hombro

La culata va al hombro, justo al “hueco” o bolsillo que se forma entre el pectoral y el deltoides. Mientras levantamos el arma nuestros ojos deberían mirar hacia la línea del blanco. Al llegar la culata a la altura del hombro y sin perder el paralelismo de nuestros ojos respecto del piso, la acomodamos  en el hueco del hombro y hacemos contacto con nuestra mejilla que debería ubicarse entre el hueso del pómulo (malar o cigomático) y la culata.

La culata hace contacto con el hombro en el hueco que forma la unión del pectoral y el deltoides
La presión con el hombro puede ser mayor o menor, pero debemos intentar por todos los medios que sea siempre la misma. Hombro y mejilla juegan en dupla.

La mejilla

Debe ejercer siempre la misma suave presión, para que a la vez nuestro ojo esté ubicado –también– siempre en el mismo lugar de la culata. Al hacerlo, nuestra mejilla formará un pliegue facial que quedará entre el hueso y la culata. Tratemos de que tenga siempre el mismo espesor.

La mejilla debe ejercer siempre la misma suave presión generando un pliegue facial mayor o menor según la morfología de nuestro rostro.

Se debe intentar consistencia tanto en el lugar donde “anclamos” nuestra mejilla como en la presión que ejercemos. Esta no debe ser excesiva ya que podríamos generar una distorsión ocular al momento de ejecutar el disparo.

Los pies

Son grandes protagonistas en la alineación y equilibrio de la posición. El que corresponde al brazo que sostiene debe estar adelantado y el otro retrasado tal como se ilustra en la foto. Lo importante es que ambos (que deberían tener entre sí una distancia similar al ancho de nuestros hombros ) estén dispuestos de tal forma que nos permitan sostener el arma de forma estable y relajada.

La posición natural para apuntar -una vez que sabemos lo que hay que hacer- se logra cerrando los ojos en dirección al blanco. Pero seguramente no quedaremos totalmente alineados con él.

Una vez parados de esta forma, tomamos el arma, encaramos mirando al blanco, dejando que la culata alcance nuestro hombro y la mejilla encuentre su lugar e anclaje.

Para corregirla no giraremos el torso – lo cual provocaría tensiones musculares – sino, simplemente los pies.

Seguramente sentiremos que está todo bien pero, es muy probable que el blanco nos quede desplazado hacia alguno de los laterales, entonces giraremos para ubicarlo pero… resulta fundamental, para no atentar contra la precisión del tiro, girar los pies ligera y progresivamente – hasta quedar bien alineados – y no hacerlo desde la cintura. Si el tiro es a un blanco estático, lo único que moveremos de nuestro cuerpo – para alinearnos con él – son los pies!

Resulta fundamental hacer el ajuste fino
en la alineación hacia el blanco solo con los pies.
El movimiento será muy sutil y mantendremos
“la posición natural a apuntar”.

La respiración

Conviene inspirar profundamente y espirar antes de encarar el arma y una vez que lo hacemos repetir el ciclo pero sin espirar totalmente, manteniendo gran parte del aire en nuestros pulmones. Mientras retenemos la respiración para atenuar el movimiento de nuestro cuerpo, procederemos con las demás acciones que completarán el disparo. Si no fuera posible producir el disparo dentro de los primeros 15 segundos de pausa respiratoria – porque no logramos sostener la mira en el blanco o por algún otro impedimento –  suspenderemos la acción, nos relajaremos y reiniciaremos nuevamente el ciclo. Respiramos profundamente, encaramos, exhalamos el 50% del aire de los pulmones, retenemos el resto y continuamos con las demás acciones del disparo.

El disparo

Estamos relajados con la posición ideal adquirida, estables y perfectamente alineados con el blanco, ahora solo resta, nada más y nada menos, que apretar el gatillo. Bien, este es el momento crucial en que todo lo bueno que hemos logrado hasta el momento se puede arruinar por un movimiento involuntario, generado por el stress del disparo o por una mala técnica en la ejecución de la acción.

Resulta fundamental conocer el recorrido del disparador y saber en que momento alcanzamos la última resistencia. Debemos entrenar el dedo para que perciba claramente el arribo a ese punto.

En el momento previo al disparo debemos estar dentro del blanco, mientras comenzamos a ejercer ligera presión en el gatillo. Es muy importante conocer su recorrido, su juego o zona libre y la resistencia que ofrece hasta liberarse. Resulta beneficioso hacer disparos, en los calibres mayores se ofrecen unas balas plásticas o  dummy para hacer dry-firing  en cal.22 ó aire comprimido no tenemos esa opción, al blanco sentados y con apoyo para desentendernos de los otros aspectos de la posición de pie y poder concentrarnos  exclusivamente en el recorrido y la resistencia de la cola del disparador.

Lo ideal es llegar a emplazar nuestra mira en el blanco teniendo que superar sólo la última resistencia del gatillo. Recordemos que nuestra falange distal de la mano que dispara es nuestro único contacto con él y a la vez ese dedo sólo está en contacto con el gatillo. Bien, estamos en la zona del blanco donde queremos impactar, nuestra mira a pesar de los esfuerzos por mantenerla estable oscila ligeramente alrededor del 9 y 10 del blanco. Mientras la sostenemos en zona ya alcanzamos el punto máximo de resistencia del disparador, mágicamente la mira se aquietó y posó cerca del diez y el disparo se produjo.

Resultado, un diez bajo que pudimos cantar antes de verlo porque nuestra concentración era tal que sabíamos donde estaba ubicada la cruz o el guión de la mira en el mismo momento en que se produjo el disparo. Experimentamos así la mágica sensación de sentirnos proyectados en el disparo. El tirador deportivo debido a la práctica constante logra mecanizar, integrar y a la vez descomponer estas acciones dentro del breve tiempo que va de la preparación a la ejecución del disparo.

En él se crea un pasadizo neurológico que le permite disparar cuando tiene ante si la imagen perfecta, es decir cuando se produce la alineación de miras en el lugar deseado y casi sin movimiento aparente. Muchas veces es como si no tuviera conciencia de la ejecución manual del disparo y sintiera que el mismo ha sido ejecutado por su cerebro.

El Blanco

Si practicamos tiro informal en nuestra casa debemos tomar todos los recaudos para hacerlo en forma segura. Resulta indispensable contar con una trampa para balines. También y a los fines de concentrarnos adecuadamente es conveniente contemplar el blanco por unos instantes (10 a 15 segundos) antes de comenzar con la práctica.

Debe estar emplazado en zona segura y bien iluminado. Si disparamos con calibre .22 lo haremos en el polígono de un club de tiro observando todas las medidas de seguridad correspondientes.

Si lo hacemos con aire comprimido, adquiramos una trampa para balines y practiquemos en zona muy segura pensando que algún balín puede escapar a los límites de la trampa por lo cual resulta aconsejable agregar detrás un par de recortes de goma EVA que ayudarán a ampliar la zona de contención.

Sugiero también dedicarle un par de minutos a la contemplación del blanco previo a la sesión de tiro. Lo recomiendo como técnica de concentración y puesta en sintonía con nuestro propósito de acertar.

El seguimiento

Efectuado el disparo no debemos movernos y continuar en la misma posición por 2 o 3 segundos. Esto evitará cualquier movimiento involuntario producto de nuestra ansiedad por ver el resultado.

Es el bendito “follow through” de todos los deportes en los que proyectamos algún elemento y debemos terminar perfecta y fluidamente el movimiento o la ausencia de movimiento – como en este caso.

La intención es disparar y quedarse inmóvil en esa posición, mirando el blanco por un par de segundos para impedir que nuestra ansiedad por ver el resultado obtenido, genere algún movimiento no deseado cuando todavía podemos influir sobre la trayectoria del proyectil.

Según la disciplina y/o tipo de arma esto puede ser más o menos crítico.

Recapitulando la secuencia del disparo

  1. Nos paramos frente al blanco con la posición de pies indicada.
  2. Respiramos profundo y exhalamos totalmente.
  3. Volvemos a respirar profundo y retenemos totalmente el aire.
  4. Levantamos el arma y encaramos.
  5. Apoyamos el arma en el hombro, llevamos nuestra mejilla a la culata.
  6. Exhalamos la mitad del aire y ajustamos con los pies la alineación al blanco, si fuese necesario.
  7. Mantenemos la respiración y hacemos presión en el gatillo hasta llegar a la máxima resistencia.
  8. Esperamos a que las miras se posen en el lugar deseado y el gatillo libere el disparo.
  9. Producido el impacto nos quedamos inmóviles en esa posición mirando el blanco, para dar una idea de tiempo… con que contemos hasta 3, después de haber tirado, es suficiente.

IMPORTANTE:  si entre los puntos 6 y 8 demoramos más de 15 segundos y sentimos que no podremos mantener el arma estable, debemos exhalar totalmente, bajar el arma, relajarnos, inspirar profundamente reteniendo el aire y repetir el ciclo desde el punto 6.

Comentarios Finales

Lograr incorporar el presente conjunto de sugerencias a la práctica de esta actividad requiere un mínimo de ejercitación para que estas acciones se vayan mecanizando pero, aunque el tiro no sea una disciplina que realicen con frecuencia, conviene siempre conocer los fundamentos que permiten hacerlo con razonable idoneidad.

Adicionalmente, estos consejos pueden utilizarse en fotografía para evitar las fotos movidas cuando las tomamos a baja velocidad.

Confiamos en que la información les resulte de interés y contestaremos cualquier consulta vinculada con su contenido a través de este blog.

Muchas Gracias




El Control De La Respiración

Por Carlos Nesci para Revista Aire Libre

Fuente: revista-airelibre.com

Mucho se ha hablado y escrito sobre el tema y, a pesar de ello, los tiradores recién iniciados no le dan la importancia suficiente o no han descubierto todavía la influencia que puede tener en el resultado final de sus disparos.

Luego de leer un par de notas en revistas americanas que trataban la cuestión y estimulado por las repercusiones que tuviera la nota “10 tips para mejorar tu puntería”, decidí volver a escribir de manera más puntual sobre el tema.

Por supuesto, los americanos aplican su conocida fórmula KISS (palabra memorable porque significa “beso” pero que es la sigla de “keep it short and simple”, que traducido a nuestro lunfa sería algo así como…“ hacela corta y fácil”) y si bien intentaré respetar esta consigna, me parece importante dedicarle un poco de tiempo a la identificación de los principios y consecuencias de la respiración en el tiro.

Cómo todos sabemos, las dudas pasan por si debemos llenar totalmente nuestros pulmones o encontrar un punto entre los 2 tercios y el vacío total. Difícil dar una respuesta válida para todos ya que como buenos individuos que somos no todos tenemos la misma capacidad aeróbica. Por lo tanto, profundizaremos el tema para determinar qué opciones tenemos en la interrupción voluntaria del ciclo natural de respiración.

Tengamos en cuenta lo siguiente:

  • La respiración es automática, lo hacemos inconscientemente, inhalando y exhalando. Y más allá de la pausa deliberada que intentemos hacer, al llegar al límite, nuestro cuerpo nos obligará a volver a respirar.
  • Tenemos una cadencia y un ciclo propio y natural. El tórax y el diafragma se expanden durante la inspiración, el diafragma se contrae y baja, mientras que los músculos entre las costillas se contraen y suben. Esto aumenta el tamaño de la caja torácica y reduce la presión interna. Como resultado, el aire se precipita hacia adentro y llena los pulmones.
  • Durante la espiración, el diafragma se relaja y el volumen de la caja torácica disminuye, a la vez que la presión dentro de ésta aumenta. En consecuencia, los pulmones se contraen y el aire es expulsado hacia afuera.
  • Como todos sabemos, respirar durante el proceso de disparo afecta seriamente nuestra puntería, ya que conspira contra la estabilidad y nos desplaza del blanco.

Por lo tanto, el mejor momento para controlar el ciclo respiratorio es durante la “pausa respiratoria”, hecho que se produce una vez que exhalamos. Lo ideal es automatizar este proceso para que no resulte consciente y, como consecuencia, se transforme en un elemento más de estrés.

No se debe forzar la exhalación ya que esto provocaría la contracción de los músculos del pecho, todo lo contrario del efecto deseado que no es otra cosa que un estado de relax que favorezca la inmovilidad y prolongue, sin tensiones, nuestro tiempo de apnea.

Si tratamos de cortar la respiración con los pulmones llenos vamos a experimentar mayor incomodidad que si lo hacemos con menos aire en ellos y, con los músculos involucrados en el proceso, en estado de relajación.

A esta altura muchos se preguntarán y con razón ¿Cuánto tiempo se puede o debe aguantar la respiración?

Si bien eso depende de las condiciones y aptitudes físicas del tirador, se puede decir que el tiempo de apnea – en situación de puntería – no debería extenderse más de 8 segundos, posiblemente el ideal pase por los 5” y el límite esté en los 10”.

En la medida que el tiempo se extienda comenzarán los problemas de agudeza visual por falta de oxigeno. Además el arco de movimiento se incrementará ya que el cuerpo empezará a manifestar ciertos movimientos involuntarios y nuestra concentración decaerá notoriamente. La necesidad de volver a respirar postergará cualquier otra demanda atencional.

Uno puede modificar el uso de la pausa respiratoria según la disciplina que practique. Obviamente las disciplinas dinámicas – en las que se incluye movimiento y/o desplazamiento – requerirán de ciertos ajustes de ritmo y pausa, acordes con nuestro estado físico y la demanda de esfuerzo que el ejercicio requiera.

Lo importante es tener en cuenta el efecto que el ciclo respiratorio provoca al momento de comenzar a trabajar sobre la posición de tiro – el stance – y de esa forma ajustarlo a nuestra conveniencia, practicarlo reiteradas veces hasta que lo automaticemos y lo podamos llevar a cabo sin pensar.

En situaciones donde es imposible relajarse porque el esfuerzo físico hace que nuestro corazón bombee a altísimas pulsaciones, la forma de neutralizar el caos de movimientos es una súbita inhalación, una breve pausa y, durante la misma, un rápido y controlado disparo.

En mi caso, disparando con fusil, después de acomodar el cuerpo y direccionar debidamente los pies (para que el punto natural a apuntar coincida con el blanco y no deba hacer ninguna corrección muscular que ocasione fatiga y tensiones) procedo de la siguiente forma:

  1. Inhalo profundamente mientras levanto el fusil y encaro.
  2. Con las miras en zona de blanco exhalo hasta sentirme cómodo, reteniendo parte del oxigeno en mis pulmones.
  3. Hago la pausa, mientras busco la imagen ideal del blanco.
  4. El rifle se detiene y disparo.

Respecto del punto 4, aclaro que allí mi dedo ya comenzó a desplazar al gatillo hasta la detención del rifle en el blanco y también suelo darle prioridad a la detención del rifle sobre la búsqueda del centro geométrico.

Es decir, privilegio un rifle detenido en algún lugar de la zona del 10, antes que la búsqueda de la perfección de un blanco “mosca” porque sé que el primero será un buen tiro y el otro, un tiro forzado que puede terminar aterrizando en la zona del 8 ó menos.

Lo más probable es que el tiempo total de ejecución de estos 4 puntos, desde la inhalación hasta el disparo, ronde los 15 segundos.

Conclusión: Practiquemos una forma razonable de inhalar y exhalar en parte, sostener la pausa y disparar controladamente. Si lo hacemos habitualmente lograremos internalizarlo y pasarlo del consciente al inconsciente para que el ciclo fluya naturalmente lo que, seguramente, mejorará nuestra puntería y, como consecuencia, nuestras agrupaciones.