7 pecados de los portadores de armas

Públicado por primeralineadedefensa.com

Si bien es cierto en Chile el porte de armas es rechazado por la DGMN y hoy se jactan de que no hay ningún permiso de porte para arma de defensa, el porte de armas es una realidad que la autoridad ha decidido transformar en delito. En este contexto y teniendo en cuenta que mas del 50% de las armas inscritas en Chile son de defensa, es que nos parece oportuno hablar un poco del tema.
-Nota del editor-

Todos empezamos desde cero. Salvo aquellos que en su familia hayan tenido la dicha de una educación adecuada en armas desde pequeños.  El ser un portador de armas responsable y eficiente es un proceso constante de aprendizaje donde  el crecer y mejorar como portadores debería ser siempre nuestro objetivo.  

De los errores se aprende, pero siendo que en esta temática en particular los errores pueden costar muy caros, el avanzar como portadores  y corregir errores básicos como los que tenemos en este artículo puede ser sinónimo de salvar nuestra vida. 

1) OLVIDAR QUE EL ARMA DE FUEGO ES PARTE DE UN SISTEMA INTEGRAL 

Muchas personas deciden ir a una armería y realizar el proceso de adquisición de un arma de fuego sin contemplar que esa arma es solo UNA parte del sistema que han elegido para su protección. Un arma de fuego requiere componentes adicionales para que su uso sea efectivo y seguro: una funda adecuada (puede leer sobre ese tema acá SOBRE FUNDAS), una faja adecuada y munición adecuada para el propósito que daremos a nuestra arma. Inclusive el tipo de ropa que usamos se convierte en parte de este sistema que tiene una relación e impacto directo con nuestra arma. 

Agregando a este error muchos portadores  ENFOCAN SUS NECESIDADES DE SEGURIDAD EN TORNO AL ARMA DE FUEGO. Se dice que si la única herramienta que posees es un martillo, vas a tratar de solucionar todo problema como si fuera un clavo. Si tu única herramienta defensiva es el arma de fuego, tu  resolución de conflictos puede escalar de forma innecesaria hacia el uso de esa arma. La realidad es que estadísticamente hablando, las probabilidades de escenarios que requieran el uso de un recurso letal son mucho menores que las de situaciones que puedan resolverse por otros medios  como un gas pimienta, evasión o inclusive el diálogo. Abastezca bien su caja de herramientas para disponer de medios para lidiar con un amplio espectro de situaciones que puedan presentarse en el día a día. 

2) MENOSPRECIAR LA IMPORTANCIA DE UN RECURSO MÉDICO 

Cuando adquirimos un arma de fuego partimos del hecho de ver una necesidad en materia de seguridad. Si entrenamos como deberíamos con esa arma lo haremos preparándonos para el peor día de nuestras vidas, el día en que corra peligro nuestra vida o la de un ser querido. Esto implica que visualizamos y nos preparamos para un enfrentamiento defensivo, pero muchas veces olvidamos que esto implica una probabilidad alta de resultar heridos de una u otra manera y la opción de esperar por una ambulancia no siempre estará ahí. Algo tan sencillo como el uso de un torniquete puede representar la diferencia entre el hospital y el cementerio. Yéndonos más allá del tema defensivo, una emergencia médica donde se requiera un control de sangrado puede darse en cualquier momento y en cualquier contexto: un paseo familiar, un entorno laboral, práctica de deportes, etc.  Si nuestra finalidad al adquirir un arma de fuego es la protección de la vida, con más razón debemos dar un lugar de suma importancia al recurso médico.

3) FALTA DE CONSISTENCIA 

La consistencia en nuestro sistema de porte se traduce a memoria muscular, la memoria muscular se traduce a lo que haremos en un evento defensivo cuando nuestro nivel de alteración sube y nuestro cuerpo empiece a pasar por todos esos cambios naturales que se dan en esas circunstancias (segregación de adrenalina, pérdida de motora gruesa, visión de túnel, afectación auditiva, etc). Es común ver portadores nuevos realizar cambios constantes en su sistema, un día portan al costado, otro día portan en appendix, otro día portan en un bolso. Un día colocan su arma en alguna parte del carro, otro día la dejan en la casa. Los cambios constantes en las costumbres de porte conllevan a hacer muchas cosas distintas con su arma, pero ninguna realmente bien. La falta de consistencia también se presenta en la manipulación de su arma y su manejo seguro, un día el arma queda sobre la mesa, otro día en una repisa, otro día en una gaveta… todos estos cambios implican un aumento en los factores de riesgo y un peligro para el portador y terceros.  

4) DESCONOCER LA LEGISLACIÓN DE SU PAÍS 

El poseer un arma de fuego conlleva una responsabilidad enorme, responsabilidad que viene sí o sí de la mano con implicaciones legales. Es común leer a portadores en redes realizando preguntas sobre información que ya deberían manejar por medio del conocimiento básico de la ley de armas y código penal de su país. No solo es importante conocer la legislación sino además debemos mantenernos al tanto de cambios en la misma (reformas, comunicados de organismos gubernamentales, etc) e involucrarnos activamente ante políticas prohibicionistas. El desconocimiento de la ley no nos exime nunca de responsabilidad. 

5) REHUSARSE A ACEPTAR CAMBIOS EN SU ESTILO DE VIDA

La tenencia de un arma de fuego es incompatible con aspectos de la vida que muchos podrían considerar ‘normales’.  Algunos cambios en nuestras costumbres pueden ser necesarios y obligatorios. El andar por la noche en fiestas donde medie el licor, el consumo de drogas, frecuentar lugares donde las actividades ilícitas son comunes o frecuentar con amistades o familiares que nos pueden meter en problemas son tan solo algunas cosas que muchos portadores de armas deben evaluar cambiar si no desean sumar dolores de cabeza innecesarios en su vida. La regla de oro a seguir: no hagas cosas estúpidas, no vayas a lugares estúpidos y no te relaciones con gente estúpida. 

6) MENOSPRECIAR LA IMPORTANCIA DEL TIRO SECO 

Algunos de los tiradores e instructores más experimentados mencionan la práctica de tiro seco como la clave principal de sus habilidades. Muchos portadores suelen erróneamente creer para practicar con su arma deben gastar mucha munición en un campo de tiro. El tiro seco nos ayuda a fomentar una memoria muscular esencial para la manipulación segura de nuestra arma, a la vez que desarrollamos destrezas claves:  control del disparador, presentación del arma/alineación de miras,  desenfundes, cambios de cargador y otras más. Este tipo de entrenamiento no solo es sumamente útil, pero aún más importante ¡ES GRATIS!

7) OBVIAR LA CAPACITACIÓN Y PRÁCTICA CONSTANTE

¿Conoce a alguien que compró un arma y nunca practica con ella? Lamentablemente es una costumbre bastante común. Muchas personas creen que la mera presencia de un arma en su casa o sobre su persona ya asegura una mejora en su nivel de seguridad. La realidad es todo lo contrario. Esa persona que nunca practica o se capacita representa un peligro para sí misma y para otros. Las destrezas con un arma de fuego son perecederas, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de mantener un nivel de entrenamiento que nos permita desempeñar de la mejor manera posible en un enfrentamiento defensivo. En las palabras del gran Jeff Cooper:  ‘Tener un arma no te hace estar preparado para usarla así como tener una guitarra no te hace músico”. 

A esa lista de errores podríamos agregar muchos más que todos hemos cometido en algún momento en nuestro camino como portadores de armas. Lo más importante siempre será poseer la humildad de reconocer nuestras propias áreas de mejora y trabajar en ellas, buscando siempre mejorar como protectores. 




¿Pistolas o revólveres, cuáles son mejores?

Publicado por Revista Aire Libre

¡Pregunta equivocada! Aqui van las razones de nuestra afirmación.

En la historia del desarrollo tecnológico de las armas de fuego, pasó mucho tiempo entre la presentación en sociedad de la famosa invención de Sam Colt y los principios del siglo 20, donde los revólveres fueron –claramente– la herramienta más adecuada para la protección personal. Fue entonces cuando las pistolas semiautomáticas ingresaron a escena y desafiaron el lugar ocupado por el revólver como arma de fuego dominante para la autodefensa. Por supuesto, en un principio había una clara desventaja. Las primeras pistolas no eran precisamente fáciles de usar, y la fiabilidad era un tema de gran preocupación. Por lo menos en los EE.UU., el revólver seguiría siendo el favorito hasta mucho tiempo después.

Pero poco a poco, la tecnología y la ingeniería detrás de las armas semiautomáticas fue mejorando y ahora, 100 años después, hay muchísimas menos ventajas entre un revólver y una moderna pistola. Pero, la misma pregunta sigue apareciendo: “¿Son  las semiautomáticas mejores que los revólveres? …o versiones reformuladas, como: ” ¿Siguen siendo vigentes los revólveres?  ¿Son obsoletos los revólveres? “…

Creo que vale la pena discutir el tema pero también creo que éstas son las preguntas equivocadas. La equivocación reside en su amplitud y ambigüedad, conduciendo a respuestas que no ayudan a nadie. Este tipo de preguntas se centran en las herramientas y la tecnología y no dicen nada acerca de las personas que las van a usar.

Por ejemplo, un fan de las pistolas podría tomar la cuestión y considerar únicamente los méritos mecánicos y tecnológicos de las opciones que en ese rubro nos ofrece el mercado de armas. Desde esa perspectiva,  por supuesto que las semiautomáticas son superiores. Tienen menor retroceso. Los gatillos son más fáciles de manipular. Las miras son generalmente mucho más grandes y mejores.

Hoy las pistolas son más confiables que nunca y tan poco propensas al mal funcionamiento como el promedio de los revólveres. Y lo más importante, las semi-automáticas tienen mayor capacidad de munición –entre 2 y 3 veces– que un revólver de igual tamaño y peso. Cuantas más balas mejor. Game over, las semiautomáticas ganan!

Ruger LCR 357 con algunas municiones Speer Gold Dot .38 Special + P ammo

Por otro lado, los usuarios y fans del revólver tienden a esquivar este tipo de argumentos y contraatacan con ejemplos mucho más contextualizados o personales. Ellos  destacan hechos puntuales, citando, por ejemplo las recargas en menos de 1 segundo de Jerry Miculek o los muchos enfrentamientos de los que Jim Cirillo, el héroe policial de New York, salió victorioso con su mítico 6 tiros. Ellos apuntan a historias sobre policías mal entrenados que durante un tiroteo, rocían de balas a inocentes transeúntes en una concurrida calle de la ciudad. Citan el caso,  como prueba de que los revólveres son mejores, ya que requieren que el tirador ejerza más control sobre sus pocos tiros. Y se escucha todo tipo de comentario, desde cómo ellos se sienten más cómodos y seguros disparando revólveres hasta que no se sienten limitados con su 3” j-frame.

Las posiciones de ambos son tan cerradas que finalmente, nadie cambia de opinión, se entera o aprende algo nuevo. Afortunadamente, hay mejores maneras de atacar este asunto sobre “pistolas y revólveres”.

En primer lugar, vamos a tener que superar el supuesto de que este tipo de discusión es por el Super Bowl de las armas de puño. No es el caso y no tiene ni debe por qué haber un ganador y un perdedor. Podemos comparar estas dos tecnologías sin implicar que el arma, cuya lista de “pros y cons” resulte menos favorable, sea por consiguiente completamente inútil y que todo aquel que posea una, sea a su vez un ignorante.

Del mismo modo, también debemos recordar que una nueva tecnología no siempre desplaza por completo a la anterior, incluso aunque sea mejor en varios aspectos. Las armas de fuego fueron una gran mejora sobre los cuchillos y los arcos pero no eliminaron por completo la utilidad de estas armas. Aún hoy, las armas blancas se siguen utilizando con frecuencia como una herramienta de auto-defensa cuando el arma de fuego falla o no podemos acceder a ella.

Smith and Wesson’s 28-2 Highway Patrolman, calibre.357

Sin lugar a dudas, las actuales pistolas ofrecen muchas ventajas mecánicas sobre los revólveres. Gran capacidad de almacenamiento de munición, un beneficio nada despreciable que aumenta las chances para los integrantes de las fuerzas de seguridad de salir con vida de los enfrentamientos armados. Pero, ese hecho no contradice en absoluto, la idea de que los revólveres todavía pueden ser viables para la autodefensa de hoy, y hasta pueden sobresalir en algunas áreas en que las pistolas no lo hacen.

Por último, nos resultará más fácil enmarcar la discusión si tenemos en cuenta el factor humano; para ello debemos considerar que la herramienta adecuada para el trabajo depende y mucho de la persona que finalmente la utilice. No quiero decir que “es más importante el indio que la flecha”. En realidad, ambos importan. Lo que quiero decir es que la pregunta: ¿”Son las pistolas objetivamente mejores herramientas de defensa personal que los revólveres?” No puede ser respondida en un sentido general, sin un montón de consideraciones y especulaciones, al estilo de …”la mayor parte del tiempo”, “probablemente”, “la persona promedio” y todo tipo de supuestos. Es una pregunta muy amplia y mucho más difícil de responder que la siguiente: ¿”Es un revólver o una pistola la herramienta adecuada para la persona X en la situación Y .”

Así que en lugar de asumir que los revólveres tienen el mismo estatus que las pistolas o deberían estar confinados en los museos, me gustaría escuchar un debate que explore los matices intermedios de esta discusión. Por ejemplo: Saber si existen beneficios menos obvios que ofrecen revólveres, ¿Cuáles son y en qué circunstancias resultan significativos? ¿A qué clase de persona le resultaría más conveniente un revólver que una pistola? ¿Hay maneras de superar algunas de las principales deficiencias de los revólveres? ¿Qué nuevas tecnologías se podrían aplicar a los revólveres para hacerlos mejor?

Por supuesto, no espero que Internet resulte la plataforma más adecuada para el debate equilibrado y razonable de estos temas tan sensibles y específicos. Voy a tener que salir al “mundo real” para eso. Así que en los próximos meses, estaré por primera vez buceando en el campo de los revólveres.

Estaré portándolos, disparándolos y tratando de descubrir todo lo que haya que conocer sobre los revólveres y su rol dentro de las modernas armas de autodefensa. De vez en cuando volveré a Uds. para hacerles saber lo que he descubierto en mi búsqueda así que, manténganse sintonizados…




Armas de Puño, ¿Cúal elegir, en qué calibre y por qué?

Por Eduardo Julio para Revista Aire Libre

Cada vez con mayor asiduidad acuden para realizar nuestros cursos, aquellos que ante los crecientes casos de inseguridad ciudadana que se difunden a través de los medios de comunicación, piensan en un arma de fuego como herramienta útil en un caso extremo de defensa personal.

Tratamos de desalentar a este tipo de actitudes planteándole, a la persona que ha llegado a tal conclusión, que no resulta lo más conveniente, ni para él ni para sus seres queridos, fundamentar en la existencia de un arma de fuego en el hogar, la defensa de personas y bienes. Que existen barreras de seguridad anteriores, que podemos implementar, sin llegar a la necesidad del uso de un arma de fuego. Que nuestra obligación como ciudadanos, es exigir de parte del Estado la protección de nuestra integridad y la de nuestra familia e incluso de nuestros bienes.

Una de las claves de toda sociedad civilizada moderna es la convivencia con nuestros pares. Convivencia versus supervivencia, lo primero necesariamente involucra a una colectividad, lo segundo es un término que refiere a la lucha y defensa para mantenerse vivo. Una sociedad civilizada no debe pensar en sobrevivir sino en convivir. Y debemos hacer, todos los días, el esfuerzo para que ello se cristalice.

Pero también le expresamos que según lo plasmado en nuestro Código Procesal Penal, el derecho a la legitima defensa, es excepcional pero de plena vigencia, y se ejerce cuando las barreras de seguridad, a las que hacíamos referencia anteriormente, y los auxilios de la fuerza pública, fracasan y no pueden llegar a tiempo en ayuda del ciudadano agredido. A quien el Estado, que recordemos tiene el monopolio de la fuerza y la justicia en un sistema democrático, le reconoce ese derecho como propio y natural.

Si luego de analizar todos estos aspectos, la persona insiste en transformarse en legítimo usuario para ejercer su derecho a la legítima defensa, le recalcamos que esta decisión conlleva una serie de responsabilidades y obligaciones que resultan ineludibles si se quiere ejercerlo en plenitud.

A lo que nosotros nos atañe sugerirle la necesidad, no solo de capacitarse sino, además, de estar en un permanente y continuo entrenamiento en el uso de las armas de fuego. No puede descansar pensando que éste será el último recurso, y contentarse con ir al polígono una vez por semana a disparar en una pedana, sin posibilidad de movimiento más allá de sus límites. Apuntando a un papel que nunca se mueve y al que no tiene más que centrarlo, entre el alza y guión, sin más presión que la potencial “cargada” de los compañeros ocasionales ante un yerro.

Amigos, el que decide confiar en un arma para su defensa, debe considerarla como una parte más de su humanidad y adquirir los reflejos condicionados suficientes en base al entrenamiento y actualización permanente.

Debemos tener en claro, antes de elegir un sistema de armas, que alcance y efectividad puede tener a la hora de pretender neutralizar una agresión ilegítima.

No existe la energía suficiente almacenada por un proyectil en vuelo, de los calibres que nos ocupan, capas de asegurar la incapacitación inmediata de un ser vivo, por la sola transferencia total en el impacto.

El secreto no es el nivel de energía únicamente, lo fundamental es en que lugar y como se transfiere en el blanco.

Por nuestra actividad en capacitación, habitualmente realizamos un ensayo con un maniquí de aproximadamente 70 kg de peso colgado de un pórtico sin apoyo ni contacto con el suelo. Es muy interesante observar la cara de nuestros cursantes cuando, recibiendo impactos certeros de todo tipo de calibres para arma corta y larga, incluyendo un Brenneke en calibre 12/76, el objeto inanimado apenas alcanza una pequeña oscilación, a pesar de absorber la totalidad de la energía (el proyectil se detiene en el blanco).

Un caso conocido y estudiado en las academias de policía en los EE UU es el del cabo  Mark Coates, de Carolina del Sur, ex integrante de los Marine y cinco años de trayectoria en la Patrulla de Caminos. Coates en un enfrentamiento, a pesar de efectuar cuatro disparos e impactar en el torso de un atacante, con su revólver Smith & Wesson .357 Magnum de 4 pulgadas de cañón, usando cartuchos Winchester Silvertip de 145 grains (punta hueca), no logro impedir que el criminal le devolviera el fuego con tres disparos de su mini revólver North American Arms en calibre .22 LR.

Su atacante, un adulto obeso que pesaba casi 150 kg., absorbió los impactos y continuó inmediatamente con los disparos. Ninguno de los proyectiles que ingresaron en el torso del delincuente rompió tejido cardiovascular. Sobrevivió al incidente y fue condenado a cadena perpetua. Coates fue herido mortalmente cuando uno de los pequeños proyectiles de 41,4 grains (2,68 gramos) atravesó su brazo derecho y penetró en su pecho, por la abertura en zona de axila del chaleco antibalas, seccionando una arteria principal e ingresando al corazón.

Revolvercalibre .22

El .357 Magnum es considerado, por muchos, como el mejor calibre para detener a un ser humano, una verdadera maravilla para detenciones con un solo disparo. Y la versión empleada por Coates “tiene un factor de stopping-power del 86%”, de acuerdo con las pruebas de Marshall y Sanow. Pero esa noche falló en cuatro oportunidades. El asaltante absorbió fácilmente los cuatro proyectiles en su cuerpo, cada uno con una energía cinética de 450 pie/libras (610 joule).

Calibre .357 Mag

Este incidente ejemplifica el mito de la transferencia de energía. Además, no hace más que ratificar un concepto fundamental de tener en claro a la hora de evaluar la efectividad de un disparo con un arma de fuego:

Es más importante el lugar del impacto que cualquier otra variable.

Lamentablemente, en la mayoría de los casos no se encuentra a nuestro alcance asegurar el impacto en el lugar adecuado y en el momento justo. Más aún si no entrenamos de manera sistemática y permanente.

Luego, debemos analizar cómo influyen, en la balística interior, cada una de estas variables las cuales terminarán generando cambios en la situación misma del disparo y sus resultados en el blanco. Al concepto de energía también debemos agregar el de cantidad de movimiento (producto de la masa del proyectil por la velocidad inicial). La gran masa aumenta la energía en forma lineal y también la cantidad de movimiento, la cual produce un elevado retroceso. La misma velocidad y masa no producen los mismos resultados si cambiamos el diseño de la punta hueca.

Por mayor que sea la velocidad, ella nunca puede convertir a los proyectiles livianos, en adecuados para la defensa. Estos proyectiles a velocidad elevada son espectaculares en los test de tejido simulado (gelatina balística al 10 %); pero se muestran inseguros cuando se pretende adecuarlos a todas las posibilidades.

Munición calibre .22

Cuando la distancia aumenta, el carácter explosivo de la expansión se reduce y pesan más la masa del proyectil y su energía remanente. La velocidad, en consecuencia, no lo es todo. Es preferible un calibre (diámetro) en exceso, que en defecto.

“Con atención médica disponible, un análisis clínico de heridas abdominales muestra una mortandad del orden del 12 % para heridas originadas por armas cortas (500 Joule).” Informe de la Cruz Roja Internacional.

Conclusión

Luego de tener en cuenta las evidencias objetivas planteadas, si tengo que elegir un arma corta para defensa, tendré que inclinarme por aquella con la cual, bajo condiciones de estrés, lo más parecidas a las reales, cuente con la mayor probabilidad de colocar el impacto donde me propongo. Que sea el de mayor calibre -diámetro- posible, sin resignar por ello el control en todo momento del sistema arma-cartucho (por el relevamiento o “patada”), para prepararme para un segundo disparo de ser necesario.

También hay que tener en cuenta la relación costo-beneficio, ya que debo priorizar, como dijimos anteriormente, la viabilidad de poder entrenar permanentemente en el uso del arma, acostumbrarme a sus reacciones y lograr los reflejos condicionados necesarios para dedicar toda mi atención e intelecto, y tomar la opción correcta a la hora de decidir si debo o no presionar la cola del disparador.

Y finalizo éste artículo recomendando, como lo hago con cada uno de nuestros alumnos, el calibre 9 x 19 mm y la pistola Browning que fabrica FM.

Recordando y teniendo presente las sabias palabras del creador del Tiro Práctico y el más influyente Instructor en el uso de las armas cortas, cuando decía:

“La doble acción es una solución inteligente para un problema inexistente.

El medio más importante de sobrevivir a un enfrentamiento letal,  no es ni el arma ni las artes marciales. La herramienta principal es la actitud de combate.”

Jeff  Cooper (John Dean Cooper)




El “grip” del arma

Publicado en Stockarmas.com

El “grip” del arma. Uno de los pilares básicos a la hora de disparar un arma de fuego es la adecuada sujeción de la misma. El agarre debe ser realizado con firmeza, esto es fundamental para poder realizar un buen disparo o una serie de disparos con una cadencia rápida.

De la misma manera, para efectuar un disparo de calidad es imprescindible un correcto empuñamiento, evitando errores frecuentes en lateralidad, y así como efectuar un buen control del disparador para evitar lo que conocemos comúnmente como gatillazos. Por todo ello, en el texto de hoy vamos a comentar y dar unas recomendaciones sobre el “grip” del arma.

Actualmente, muchas armas tienen la opción de intercambiar cachas y lomos en la empuñadura para adaptarlo a la mano del tirador. Tienen, en toda o en parte de su superficie,  pequeños gránulos dispersos o bien ranuras longitudinales verticales u horizontales, obteniendo un grip mejorado, pero aun así consideramos que éste se puede perfeccionar de una manera sencilla, rápida y económica.

Bien por culpa de la climatología, el frio que nos insensibiliza las manos, la lluvia que puede hacernos resbalar el arma, bien por circunstancias particulares como sudor, sangre, etc. o por el propio desgaste del material con el que está fabricada el arma, podemos acabar teniendo problemas a la hora de realizar un correcto empuñamiento.

En el mercado hay diferentes utensilios para mejorar el “grip” de la pistola, pero nosotros vamos a hablar de uno que está más que probado, nos gusta y es muy económico: La lija adhesiva.

Puedes encontrarla en cualquier ferretería y se usa habitualmente en los escalones y peldaños de las escaleras evitando que nos resbalemos. La lija nos permitirá tener un mejor agarre, y la disposición de la misma responderá a los patrones de la superficie de la palma de la mano y las falanges.

También influye en el tacto, pudiendo colocarla alrededor de la empuñadura para tener sensaciones a la hora de coger el arma.

Como vemos, en la imagen superior y en las dos de mas abajo, la lija coincidirá con el arco formado por los dedos pulgar e índice. El motivo de colocarlo tan arriba es porque un correcto empuñamiento debe de ser lo más alto posible, independientemente si disparamos a una o a dos manos.

En la parte superior también se puede fijar la lija, lo cual nos ayudara al realizar un “Press Check” para comprobar cognitivamente si el arma está alimentada, o bien montar la corredera sobre cualquier superficie o la ropa en caso de emergencia para alimentar o resolver una interrupción.

Dentro de las miles de configuraciones posibles, otra opción es fijar en los laterales de la corredera para arrastrarla con firmeza a la hora de alimentar el  arma o resolver una interrupción, pero en este caso tendremos que tener en cuenta que, dependiendo del tipo de funda que se porte, las cuales suelen ir bastante ajustadas, no dejaran guardar el arma fácilmente, cosa subsanable limando aquella parte de la funda que roce.

Recomendamos la renovación de la lija cuando observemos que va perdiendo el granulado y por tanto su agarre.

Otra recomendación es que si tenéis una pistola de entrenamiento tipo redgun o bluegun, o una réplica de tu arma en airsoft, realicéis la misma configuración con la lija en ella con el fin de practicar y tener las mismas sensaciones que con el arma real.

Como conclusión, mediante estos sencillos pasos, podemos adaptar el arma a los patrones de nuestra mano, consiguiendo así mejorar el empuñe y sujetar el arma firmemente.




¿Miras con Tritio? La gran ayuda frente a la oscuridad

Publicado en Stockarmas.com, Texto: Ernesto Pérez Vera (Instructor de Tiro Policial y Defensivo)

¿Miras con Tritio? La gran ayuda frente a la oscuridad. En el seno de la comunidad policial llevamos años hablando de los elementos de puntería o miras de Tritio, pero, ¿Qué es eso del Tritio? Pues sí, como muchos dicen, el Tritio es un material radioactivo, concretamente un isótopo del Hidrógeno. Su estado es gaseoso y se produce en la naturaleza, pero también se puede crear en el laboratorio.

A lo largo de su vida, el ser humano está en contacto con cierta cantidad de Tritio, pues la propia naturaleza lo produce cuando los rayos cósmicos entran en contacto con los gases atmosféricos. Aunque ingerido es radiotóxico, la emisión radioactiva que produce es baja y se llama emisión beta de baja energía.

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Debidamente tratado, el Tritio puede ser de gran ayuda a nivel táctico policial y militar. Los elementos de puntería compuestos de Tritio ofrecen una gran ventaja ante situaciones de baja o nula luminosidad. La combinación de nuevas tecnologías permite que los tiradores puedan alinear perfectamente sus elementos de puntería (alza y punto de mira), incluso en supuestos de total oscuridad. El material protagonista de estas palabras es lumínico y fácilmente visible, sin necesidad de que sea “descargado” sobre él un haz de luz. Incluso permaneciendo años sin entrar en contacto con fuentes de luz, las alzas y los puntos de mira de Tritio podrán reflectar su luminiscencia. Su vida útil es de algo más de diez años.

Otro material empleado para dotar de mejor capacidad de enfoque y enrase a los elementos de puntería, en situaciones oscuras, es la fibra óptica. Este material no es radioactivo, pero permite la transmisión de energía lumínica aun en ausencia de luz. La desventaja frente al Tritio es digna de ser destacada: ante la falta de luz sobre los elementos de puntería (estar el arma en una funda integral, armero, cajón, etc.), estos deben ser recargados con un “chorro de luz” sobre ellos. En tales casos, un linternazo o una modesta exposición a una fuente de luz podrían salvar la circunstancia. Pero claro, si se debe hacer uso urgente del arma, con el lógico consumo de tiempo que ello implica, ya no se estará ante un elemento útil para la emergencia. Ante situaciones de este perfil no se despilfarra el escaso tiempo de reacción disponible.

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Son varias las marcas comerciales que suministran al consumidor final este tipo de elementos y sus precios no son elevados, si se tiene en cuenta la gran ventaja táctica que ofrecen. Algunas marcas incluso experimentan con la combinación de Tritio y fibra óptica. En estos casos se juega a intercalar diversos colores, como el verde y el amarillo, siendo unos más favorables que otros para el empleo combinado en situaciones de luz normal u oscuridad.

Quienes emplean fibra en sus armas suelen descargarle un linternazo al inicio del servicio. La luz incidida sobre el alza y punto de mira será conservada temporalmente por la fibra.

Quienes emplean fibra en sus armas suelen descargarle un linternazo al inicio del servicio. La luz incidida sobre el alza y punto de mira será conservada temporalmente por la fibra.

Sin que el uso combinado de arma y linterna tenga cabida en el título de este artículo, un factor es común en ambas situaciones: la oscuridad. Dicho esto, es importante saber utilizar una linterna adecuada a la par que los elementos de puntería de Tritio o fibra óptica. Las ventajas que se pueden obtener de esta combinación son muchas, máxime si se presenta una situación que requiere abrir fuego para salvar una vida.




El tiro instintivo

Publicado en Stockarmas.com, Texto: Alejandro Carrasco

Tiro instintivo es un término usado alegremente por muchos instructores para hacer referencia a una modalidad de tiro reactivo. Pero, ¿sabemos en realidad lo que es y que conlleva este tipo de tiro?

Indagando un poco sobre su etimología, la palabra “Instintivo”, según la RAE  significa: Que es obra, efecto o resultado del instinto, y no del juicio o de la reflexión. Si seguimos profundizando en el significado de la palabra instinto y volviendo a la RAE esta nos dice que se define como “conjunto de pautas de reacción que en los animales, contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie”. También lo define como “móvil atribuido a un acto, sentimiento, etc. que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien lo realiza o siente”. Otro alcance que se le da a este término es por instinto, “por un impulso o propensión natural e indeliberada”.

Analizando las anteriores definiciones, nos encontramos ante una acción de lo más prehistórica, ancestral, primitiva, natural, involuntaria, reactiva, profunda y grabada a fuego en los genes de la humanidad a través de los tiempos y la evolución. Desde aquellos primeros proyectos de homínidos que deambularon sobre la faz de la tierra cuando formábamos parte del menú de otras especies, es algo tan sencillo y complicado a la vez como mantenerte vivo. Estamos hablando de la supervivencia, aunque ahora que ya no somos parte principal del menú.

No tenemos que olvidar que aunque nos definan como Homo sapiens y caminemos erguidos, a veces demasiado, no dejamos de ser animales. Como tales, cuando nuestra vida se ve amenazada, en este caso por otro congénere, nuestros cerebros consientes y racionales desaparecen, huyen de la refriega. El único que hace frente a esa sin razón, el que da la cara, es el cerebro reptiliano o primitivo. El más antiguo, el más tosco pero práctico, el que gobierna las necesidades más básicas del ser humano. Y sin duda la supervivencia es la más básica de las necesidades del ser humano.

El cerebro reptiliano es el que gobierna las necesidades más básicas del ser humano.

¿Solo con apelar a nuestro cerebro reptiliano estaremos salvados? Ni mucho menos, ahora hay que defenderse y hacerlo bien, pero…¿Cómo lo hago si aquellos primeros homínidos no disponían de armas de fuego? ¿Cómo lo hago si utilizar un instrumento de tal magnitud no forma parte de mi ADN? Solo nos queda intentar recurrir a nuestra arma de fuego como si de un palo se tratase. Por mucho instinto de supervivencia, por muy instintivo que sea el tiro, debemos saber emplear el palo y para ello trabajaremos una y otra vez hasta conseguirlo.

Solo con el trabajo continuo y repetitivo podemos asegurarnos una porción de éxito

Debemos grabar los movimientos en nuestro cerebro primitivo. Trabajar el desenfunde o extracción, el encare o dirección del arma y el disparo. Muchas veces solo podremos extraer el arma, dirigirla hacia nuestro contrincante y disparar desde una distancia tan extremadamente corta que nuestra arma este en contacto con nuestro cuerpo. Con el trabajo continuo y repetitivo solo así y de ese modo podemos asegurarnos una porción de éxito.

No forma parte del instinto humano, en una situación de vida o muerte, ser el más hábil desenfundando y disparando si antes no se ha trabajado hasta la saciedad. Tenemos que ser realistas, sinceros con nosotros mismos, conscientes de que no se va a obrar un milagro el puñetero día que tengamos que ser más instintivos que nuestro adversario. No solo se debe practicar, sino que debemos trabajar, convertir este trabajo en un hábito, una costumbre y una rutina. Tenemos que ser constantes en todos los ejercicios y todos los entrenamientos.

En resumidas cuentas si algún día nos encontramos en esta desgraciada tesitura, que nadie espere que le asista la inspiración divina en un lance de tal calado si no lo ha trabajado antes una y mil veces la reacción correcta. 

Y que dios nos asista si nos dejamos convencer por aquellos que venden ilusiones y humo. Aquellos que apuestan por engaños y falacias. Aquellos embaucadores que con sus bonitas palabras y reacciones cinematográficas, propagan la mentira.




Técnica del “paso atrás” en enfrentamientos a muy corta distancia.

Publicado en Stockarmas.com, Traducción y adaptación: Oscar Enrique Vanzetti

Cualquiera que se adentre en la defensa personal con armas de fuego en el medio urbano sabe que la distancia entre agredido y agresor es muy diferente a la distancia que habitualmente se utiliza para entrenar en un polígono de tiro.

Los enfrentamientos personales ocurren a muy corta distancia y suceden también muy rápidamente. La gran mayoría de estos enfrentamientos tienen lugar a menos de 6 metros y más de la mitad de las veces ocurren dentro de los 1,5 metros, incluso muchos de ellos se llevan a cabo a la distancia de estrechar la mano, es decir, lo suficientemente cerca como para percibir el mal aliento del adversario. Las razones de que ocurra esto pueden hallarse en el estudio de la compleja interacción social que cada día tiene lugar entre el delincuente y sus víctimas, a quienes trata de sorprender utilizando alguna argucia, como por ejemplo, hablar sonriendo amablemente como para preguntar una dirección mientras se aproxima rápido y decididamente con la idea de consumar el delito.

Como dice el instructor de tiro Chuck Taylor “los enfrentamientos armados son eventos de muy alta intensidad y corta duración”.

Estos criminales saben que, de los especímenes civilizados del Homo Sapiens, la mayoría están autoprogramados para ser simpáticos y amables, y si bien algunos pueden sospechar de una agresión, no tienen desarrollado la suficiente “actitud de combate” como para retirarse corriendo cuando ven acercarse al sospechoso y menos aun podrían sacar un arma y ordenarle que retroceda si este muestra una clara y evidente intención de llevar a cabo una acción criminal.

violencia con armas de fuego

Cuando el malhechor está tan cerca como para saludarnos con un apretón de manos, puede entonces amenazarnos verbalmente, agarrar a la víctima de sus ropas o de alguna parte del cuerpo, blandir un afilado destornillador, un cuchillo o encañonarnos con un arma de fuego que puede estar en su cintura o bien portarla decididamente en la mano.

En combates a distancias tan cercanas como las descriptas, cualquier oponente, hasta un ciego, podría tener éxito incluso con una vieja y oxidada pistola del calibre .25 ACP. Sobre estos puntos no hay discusión, estar a la distancia antes mencionada es un mal negocio para quien está siendo atacado. Incluso a una distancia tan cercana, casi en contacto con el delincuente, si el agredido tuviese ya un arma de fuego en sus manos, el delincuente podría fácilmente arrebatársela o bien darle un manotazo impidiéndole hacer uso de la misma.

¿Cuál es la solución?

La solución no es ninguna otra que crear distancia con el agresor, tanta distancia y tan rápido como se pueda. Esto permitirá conseguir espacio y, por consiguiente, tiempo para responder sin tener contacto físico con el adversario.

Si bien hay muchos métodos para “crear distancia”, la más eficiente puede ser alguna de las variantes de la “técnica del paso atrás” desarrollada por Chuck Taylor, muy útil para confrontaciones a muy corta distancia.

Técnica un paso atrás defensa armas de fuego

Para desarrollar esta técnica, se comienza en el campo de tiro enfrentando el blanco a una distancia de un metro de modo pueda tocarlo con las palmas de ambas manos. Los pies deben permanecer separados en una misma línea. Recuerde que usted todavía no espera ser agredido. A la señal, que en la vida real sería cuando comienza la evidencia de la amenaza, comenzará rápidamente a mover hacia atrás su cuerpo junto con la pierna y pie del lado dominante mientras empuña el arma que está aun en su funda. Para permitir el libre movimiento de la pierna hacia atrás el peso del cuerpo debe descansar sobre el pie opuesto, estando la pierna correspondiente algo flexionada y la parte superior del cuerpo en ligera inclinación hacia adelante.

El paso atrás tiene que ser largo (“big step”, en inglés), y mientras lo realiza debe comenzar a extraer el arma. El pie no arrastrará sobre el suelo al moverse hacia atrás, lo que evita problemas si usted está sobre un terreno irregular o en malas condiciones.

Después de dar el paso largo hacia atrás, supongamos con el pie derecho, en fracción de segundos se debe realizar un corto paso hacia atrás (“short step”) con el pie izquierdo, recuperando la postura de tiro, empuñando el arma con ambas manos, alineándola hacia el pecho del atacante y haciendo dos disparos dirigidos (“doble tap”), sin esperar a tomar puntería.

Después de los dos disparos comenzamos a bajar el arma, mientras con la vista se controla si el atacante se detuvo inmovilizado, o si continúa avanzando hacia nosotros. En caso de que ocurra lo segundo, comience nuevamente con el conjunto de movimientos ya vistos: un paso largo y luego uno corto, pero ahora no serán rectos hacia atrás sino hacia un costado, lo que nos permitirá salir de la línea de fuego del atacante y aumentar la distancia con él minimizando así la posibilidad de entrar en contacto físico y si es necesario realice un nuevo disparo a la cabeza.

Según su creador, esta técnica funciona y funciona bien, pero depende de la constancia e intensidad con que se la practique. Se deberá comenzar en el campo de tiro con el arma descargada y disparando “en seco”. Al principio los movimientos deberán ser lentos practicando cada uno de ellos de manera clara y precisa para memorizarlos e interiorizarlos. Chuck Taylor afirma que “sólo la práctica permite una ejecución perfecta y con garantías”.

Los movimientos deben ser realizados cientos de veces tratando de mejorar poco a poco la técnica y la velocidad del desenfunde. El entrenamiento durará hasta pensar que se está listo para actuar con éxito en una situación real donde su vida esté en juego.

Chuck Taylor después de practicar hasta la saciedad llegó a ejecutar todo el procedimiento en apenas un segundo, a pesar de eso, considera que los 2,2 segundos serían buen nivel de velocidad siempre que dentro de ese tiempo se complete la técnica del paso atrás y se realicen los dos disparos.

Notas:

Es una realidad que a distancias tan cercanas como las antes mencionadas, un delincuente armado incluso con un puñal se transforma en un agresor verdaderamente peligroso. En lo que a mi respecta puedo decir que he practicado esta técnica en varias ocasiones en el campo de tiro. Es muy sencilla e intuitiva, para entenderla no hacen falta fotografías que ilustren las distintas posiciones indicadas, no obstante os dejo un video donde se muestra una variante en la que se intenta además provocar una distracción al agresor dándole un golpe en la cara o el cuello con la intención de que no nos agarre. A diferencia de lo explicado en este texto, el instructor del video acerroja un tercer tiro en la cara del agresor.

Como vais a ver, en la segunda parte del video se muestra cómo afrontar una situación en la que el agresor nos tiene agarrados y en la cual difícilmente podremos separarnos para ganar distancia. Esta es la peor de las situaciones y siempre deberemos evitarla gracias una actitud de combate adecuada. Estaríamos hablando aquí de “extrema corta distancia” o distancia de contacto.

He practicado esta técnica con diferentes tipos de armas y calibres y evidentemente siempre será más fácil repetir los disparos con un arma de bajo calibre. Creo que aquí radica una de las bases del éxito o fracaso del procedimiento ya que la pregunta que uno se hace es… ¿que calibre debo usar? Yo propongo el uso del mayor calibre que sea posible utilizar con habilidad por parte del agredido, y ese calibre en mi opinión no es otro que el .45 ACP con la punta adecuada. La elección del 45 en mi opinión aumentará las posibilidades de que se produzca la “incapacitación inmediata” pero no supone “per se” la muerte del agresor.

El factor ubicación del proyectil, como en cualquier tiroteo donde se quiere defender la propia vida, tiene una importancia decisiva pero un aspecto que nunca no se debe olvidar es la rapidez y facilidad para extraer el arma. Para ello debemos analizar la funda, que debe ser específica para nuestra arma, nos fijaremos en la inclinación de la misma, la altura a la que quedará y el lugar donde se ubique el arma enfundada. Todo esto puede salvarnos la vida, aquí cada segundo cuenta. Como ya se ha dicho en esta nota, otra cuestión que sin ninguna duda aumentará nuestras posibilidades de éxito, es la perseverancia en la práctica. ¡Entrena siempre como has de combatir!

Creo que no es mala idea practicar la mencionada técnica, rogando a Dios que nunca se tenga que utilizar, pero me gustaría destacar que aconsejo buscar un buen instructor de tiro, que sepa “manejar” y guiar el aspecto psicológico del tirador y también aconsejar de manera adecuada sobre los aspectos legales de la legítima defensa con arma de fuego.




La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

Publicado en Stockarmas.com, texto y fotos: Francisco Pedro Herrero García.

En la mayoría de las modalidades de tiro deportivo, la dificultad para obtener buenos resultados viene determinada por la distancia. De ahí que a medida que ésta aumenta, el tirador más experto y entrenado obtenga mejores resultados que el tirador menos experimentado. El arma y la munición empleadas también influyen y son piezas clave para superar el reto deportivo, pero si se conjugan adecuadamente estos elementos, los resultados positivos vendrán por añadidura.

A mayor proximidad al potencial peligro, menor es el coeficiente de supervivencia

Por contra, en el tiro de defensa a cortas distancias, el arma, la munición o la pericia como tirador, no tienen tanto peso específico como para inclinar la balanza a nuestro favor, hasta el punto que, con independencia de los factores referidos, se puede afirmar lo siguiente: “A mayor proximidad al potencial peligro, menor es el coeficiente de supervivencia”.

Entre los factores que determinan el resultado de un enfrentamiento a corta distancia destacan:

  • La disminución del tiempo de reacción para la víctima.
  • La limitación de las posibilidades para utilizar una cobertura.
  • El aumento de las probabilidades de resultar muerto con el primer o el segundo disparo del agresor o, de al menos, ser herido más de una vez. Este riesgo persiste, a veces incluso, aunque el agresor se encuentre a su vez, mortalmente herido.
  • Se minimiza la ventaja de ser un buen tirador, por contra, un agresor decidido puede ser igual de eficaz , aunque carezca de entrenamiento con armas de fuego.
  • La calidad del arma y de la munición empleada, no suelen ser determinantes para decidir el enfrentamiento.
  • Se multiplican las posibilidades de ser agredido o desarmado con técnicas de artes marciales.
  • Instrumentos de uso corriente (llaves, bolígrafos, etc.) pueden convertirse en armas peligrosas en manos del agresor, sin contar con las armas que puea portar disimuladas.
  • Los objetos contundentes como porras, bastones, etc. y las armas blancas a distancias reducidas son tan letales como un arma de fuego.

En resumen, que si usted se encuentra a menos de tres metros de alguien que está decido a eliminarle y no ha detectado signos de amenaza previos al inicio de la agresión, usted tiene perdido el combate de antemano.

Distancia defensa armas de fuego

¿Forma parte de su entrenamiento resolver hechos similares?

¿Conoce las técnicas más apropiadas? ¿Ha puesto a prueba su capacidad de reacción ante un evento similar o al menos ha reflexionado sobre ello? Si no lo ha hecho, ahora es el momento de planteárselo.

Aunque depende de la motivación y de la condición física del asaltante, considere que por debajo de los seis metros, un agresor desde una posición estática puede abalanzarse y entrar en el cuerpo a cuerpo con usted, entre 1 y 2,5 segundos. Si el agredido no ha percibido esta posibilidad con antelación, la contestación armada, no será factible.

Si como suele ocurrir, el agresor a la vez que dispara, avanza hacia nosotros para asegurar el resultado, las posibilidades de sobrevivir se reducen drásticamente.

Ahondando en esta cuestión y sin entrar a considerar el tiempo de percepción del ataque, o las actitudes de pánico y bloqueo mental que pueden producirse en la víctima, se deduce que, en general, la acción de extraer el arma de una funda con broche, no estará nunca por debajo de ese tiempo. En el mejor de los casos, para cuando hayamos extraído el arma, un asaltante con un arma de fuego podría haber efectuado un par de disparos sobre nosotros en ese mismo tiempo.

Si como suele ocurrir, el agresor a la vez que dispara, avanza hacia nosotros para asegurar el resultado, las posibilidades de sobrevivir se reducen drásticamente. En el caso de que la agresión se produjera con un arma blanca o contundente, en el tiempo estimado de 1 a 2,5 segundos, nos encontraríamos tratando de bloquear o esquivar con el brazo libre, el primer ataque.

Para los supuestos en que el arma vaya oculta, sin cartucho en recámara o con un seguro de difícil acceso, habrá que añadir al menos 1 segundo más, al tiempo de respuesta. En resumen la víctima habrá sido tiroteada, apuñalada o golpeada antes de que ni siquiera sepa lo que está ocurriendo.

En circunstancias de esta naturaleza existen ciertas premisas tácticas que pueden proveernos de un tiempo extra.

La primera, como ha quedado expuesto es mantener la distancia. Por encima de los seis metros es una buena distancia de seguridad. Permite hablar, dar órdenes hacer preguntas, identificarse etc., sin que por ello disminuya nuestra capacidad de respuesta. Si la persona que tenemos delante trata de acortar distancias, dígale que se detenga. Si no obedece y se dirige hacia usted, retroceda, interponga objetos entre ambos y prepare los recursos defensivos de los que disponga o improvise si no tiene otra cosa un objeto para defenderse.

Cuando se trata de actuaciones policiales esta distancia de seguridad es igualmente válida. En realidad, ante una persona sospechosa de ir armada, cualquier actuación policial, debería iniciarse siempre partiendo desde esa distancia. Por debajo de esta separación, la actitud debe ser siempre la de preparado para responder. Lo que implica, al menos, el empuñamiento del arma en la funda, o su extracción. Esta actitud le está dando desde el principio una ligera ventaja. Pero si percibe la situación como peligrosa automáticamente debe aumentar la distancia, sin dar nunca la espalda, e incluso parapetarse.

La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

La segunda, evitar la sorpresa, considerando de antemano la posibilidad de un ataque. En este sentido algunos particulares están mejor preparados que los policías. Para un ciudadano corriente puede resultar más fácil ponerse en alerta (condición naranja) ante una persona de aspecto sospechoso, o que está cometiendo un delito. En cambio para un policía acostumbrado a intervenir en reyertas, a realizar comprobaciones de identidad, detenciones, cacheos etc., esta situación puede resultarle rutinaria.

La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

Manténgase pues alerta, analizando los movimientos y la actitud de la persona que tiene enfrente. Observe a su interlocutor con una visión de conjunto. No espere descubrir en su mirada las intenciones. Fíjese en sus manos. ¿Puede verlas? ¿Qué tiene en ellas? No las pierda de vista porque es ahí donde está el peligro. No se fíe tampoco de la aparente actitud relajada o ausente que presente el sospechoso. En ocasiones es el preludio del ataque.

La distancia, la clave para sobrevivir a un enfrentamiento armado

Si usted va armado ponga su mano encima del arma y libere el clip de retención de la funda. Este gesto constituye un aviso de su estado de alerta que el posible agresor percibirá inmediatamente. Y en la mayoría de las ocasiones será suficiente para hacerle desistir de sus intenciones. Salvo que se trate de un perturbado, nadie intentará agredirle si ve que usted se encuentra preparado para responder.

Si el ataque ya se ha iniciado no se quede quieto, ¡muévase! 

Vigile también su entorno, puede que la persona que tiene delante trate de distraerle, mientras que otra le aborda por la espalda. O que alguno de los presentes simpatice con el sospechoso y se decida en un momento dado a interferir en contra de usted.

La tercera es no quedarse quieto. Si el ataque ya se ha iniciado no se quede quieto, ¡muévase! Y en este caso siempre es mejor hacerlo lateralmente para “romper” la dirección del ataque. Utilice algún objeto ( una farola, un árbol, una cabina telefónica, un banco, un vehículo, etc. ) para interponerlo entre usted y el potencial agresor. Mientras se mueve prepare su arma, pero recuerde que en estos casos el desplazarse rápido es prioritario al desenfunde, y no sacrifique su movilidad para adoptar una correcta posición de tiro.

Buscar un parapeto durante un enfrentamiento armado

La cuarta consiste en ponerse a cubierto. Esta premisa es de aplicación prioritaria en cualquier situación de enfrentamiento. No obstante en distancias muy cortas e iniciado el ataque, las posibilidades de servirnos de una cobertura resultarán escasas. Para que el empleo de una cobertura fuera factible en un caso similar, deberíamos encontrarnos detrás de ella desde el inicio de la situación de peligro.

Si usted es un usuario de un arma de defensa, debe planificar su entrenamiento bajo parámetros realistas. Si por el contrario, su preparación se basa exclusivamente en hacer agrupaciones a 25 m., o en participar en competiciones de recorridos de tiro, su vida dependerá únicamente, de no verse nunca envuelto en una situación real de combate.




Peligros de la sobre penetración en la munición policial

Publicado en armas.es. Por Javier Pecci

Hoy decidimos rescatar este texto de Javier Pezzi de 2016 en relación a la munición de punta hueca y su utilización por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por ello, es necesario saber antes de proseguir con el texto que el siguiente escrito tiene ya 5 años:

Quienes sigan la actualidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la del sector armero, a buen seguro conocerá la polémica con los proyectiles de punta hueca, la demonización que sufren en España y el uso de la munición blindada en sustitución, por parte de la totalidad de cuerpos de policía del país.

Pues bien, sin ánimo de aumentar la disputa, nos hacemos eco de este texto publicado por la AEITP (Asociación Española de Instructores de Tiro Policial), en el que podéis leer los resultados de una prueba / estudio destinado a desmitificar los proyectiles de punta hueca, usando para ello la munición Fiocchi EMB (Encapsulada Mono Bloque) calibre 9 mm Luger Parabellum.

El resultado es, cuanto menos, interesante…

Desde la AEITP queremos recordar al lector el texto refundido y complementario a la Convención de Ginebra, publicado por Cruz Roja Internacional, que establece que “las balas expansivas no solo pueden ser utilizadas por la policía en situaciones en las que es necesario enfrentarse un conflicto personas armadas en un entorno urbano o entre un grupo de personas, sino que es aconsejable su uso“.

En estas situaciones, tal y como se reconoce en el Consuetudinario de Cruz Roja Internacional en el capítulo IV artículo 77, se indica por aceptación de los estados miembros, de que la policía y las personas encargadas de hacer cumplir la Ley, pueden y deben usar balas expansivas “para asegurar que las balas no pasan a través del cuerpo de un sospechoso para dañar a otra persona inocente y para aumentar la posibilidad de que, una vez alcanzado, el sospechoso este impedido rápidamente para devolver el fuego”.

Confundir esto con la mayor lesividad permanente de las municiones expansivas o de punta hueca es un gravísimo error, propio de la falta de conocimientos técnicos y sobre todo de las fantasías de los profanos. Ya en 1989, el estudio del FBI, desarrollado por el Agente Especial Urey W. Patrick, demostró, con la ciencia forense en la mano, que las heridas producidas por un proyectil de punta hueca en un cuerpo humano producen una destrucción de tejido vivo inferior a un 1% más que un proyectil convencional, blindado o semiblindado, por lo que la diferencia es mínima. De hecho, en el mismo artículo, se establece con claridad que la prohibición del uso de municiones expansivas lo es para su uso en armas largas mucho más potentes que las armas cortas (3200 Julios frente a los 500 de un arma corta).

Alemania, Francia, Reino Unido, Finlandia, Suiza, Suecia, Noruega, y en general todos los países europeos, por no hablar de todos los Cuerpos Policiales Estadounidenses, emplean municiones Especiales de policía con puntas huecas o expansivas, con el único objetivo de impedir la sobrepentración de los proyectiles disparados por sus armas cuando las circunstancias obligan al uso de armas de fuego por parte de los agentes.

Nadie, en su sano juicio, puede preferir que los agentes de policía usen un proyectil blindado o semiblindado, como el usado por muchos agentes de policía de nuestro país, los cuales atraviesan con facilidad dos cuerpos humanos, sobre todo cuando alguno de nuestros familiares o nosotros mismos podemos estar detrás del delincuente que recibe el disparo justificado de un agente de policía.

Objetivo de la prueba con proyectiles de punta hueca

Evaluación de municiones específicas para servicios policiales, que reduzcan la sobrepenetración de las municiones blindadas, de plomo y semiblindadas.

Munición Fiocchi EMB (Encapsulada Mono Bloque) calibre 9 mm Luger (Parabellum)

Características de la munición de punta hueca utilizada

  • Proyectil: El cartucho engarza un proyectil macizo de latón con diseño expansivo al impacto, carente de plomo con un peso de 6 gramos (92 grains)
  • Vaina: Convencional de latón para pistón bóxer.
  • Iniciador: Boxer green carente de mercurio y plomo.
  • Velocidad Inicial: Teórica de 430 m/s, real 5 metros 411 m/s
  • Energía: Teórica de 555 julios, nuestra medida 506 julios.

Materiales de la prueba con munición de punta hueca

  • Dos bloques de gelatina GELITA Balística tipo I según protocolo FBI.
  • Pistola Glock 19 4” cañón.
  • Cronógrafo.
  • Cinta métrica.
  • Jeringa para inyectables.
  • Termómetro y nevera.

Metodología de la prueba con munición de punta hueca

3 series de 5 disparos en los test de velocidad Test 1 FBI bloque desnudo y Test 3 FBI bloque vestido con ropa pesada

Medición de la penetración en el bloque hasta su parada, el segundo bloque solo es usado como referencia para la parada del proyectil.
Inspección de cavidades permanentes mediante inyección de agua tintada en el canal de la herida balística.

Análisis de las pruebas con munición de punta hueca

La munición de calibre 9 mm Luger analizada, de la marca Fiocchi, monta un proyectil de 6 gramos de diseño especial deformable y expansivo en materiales blandos, originalmente desarrollado por la empresa de cartuchería Austriaca Hirtemberger Patronen.

Si bien esta firma se unió al grupo suizo RUAG Ammotech, este proyectil en concreto fue vendido a Fiocchi dado que Ruag ya disponía de proyectiles especiales como SeCa y la mejorada Geco Action 5, con lo que el EMB quedaría en el olvido. Afortunadamente Fiocchi adquirió la patente de la EMB y desarrolla en exclusiva este proyectil en su gama de 9 mm Luger.

Tras las pruebas de balística se constata que la penetración en bloque de gelatina balística a 4º centígrados es muy homogénea dejando casi todos los proyectiles en los 28 y 30 cm, tanto en el desarrollo del test 1 como en el del test 2.

En el caso del test 2, bloque de gelatina vestido con ropa gruesa, los proyectiles expanden de la misma forma y sección con una expansión de entre los 15,75 y los 16,50 milímetros, lo que implica casi doblar su diámetro nominal.

En el mismo bloque se dispararon un proyectil blindado y otro semiblindado para ver su penetración y cavidad permanente, en comparación con la EMB de Fiocchi, observándose una mayor cavidad permanente en el caso de la EMB, así como una inexistente deformación de los proyectiles blindado y semiblindado, los cuales atravesaron los dos bloques de gelatina balística y el blanco del fondo.

La AEITP no realiza los test 4 y 5 con bloque de gelatina detrás de un panel de yeso y contrachapado, ya que estos medios de construcción habituales en los Estados Unidos no lo son tanto en España, por lo que su valoración es de relativamente importante.

Quedan pendientes los test 3 con chapa de metal y el test 6 sobre cristal delantero de un vehículo ya que en el momento de las pruebas estos materiales ya habían recibido disparos con otros cartuchos y estaban muy debilitados.

Así mismo, la prueba de rebote que realizamos habitualmente en la AEITP queda pendiente con esta munición.

Conclusión

Como hemos mencionado anteriormente, ya existían algunos estudios que demostraban que las secuelas provocadas por la punta hueca en un cuerpo humano no eran muy diferentes a las que podía provocar un proyectil blindado / semiblindado. Esto ha quedado refrendado en el resultado de nuestro estudio.

En las pruebas de expansión, concretamente en las más habituales como lo son el test FBI 1 bloque de gelatina desnudo y el test 2 bloque vestido con ropas gruesas la munición EMB de Fiocchi se comportó de forma ideal para el servicio policial, expandiendo y frenando el avance del proyectil evitando la sobre penetración alcanzando los mínimos exigidos para impactos laterales, acorde a las exigencias del protocolo del FBI para municiones de servicio y de acuerdo a las recomendaciones para municiones policiales de la propuesta Suiza de 2001 en el Consuetudinario de Cruz Roja Internacional.

Notas

La AEITP es una asociación española sin ánimo de lucro, que nace de la necesidad real de disponer de una organización independiente que pretende unos objetivos basados en los principios de confraternización de los miembros de las FF.CC.SS, a través del desarrollo y realización de distintas actividades relacionadas con todo lo relativo al tiro policial.

Javier Pecci es profesor colaborador del I.S.E.S. de la Comunidad de Madrid, en varias Policías Locales y en centros de formación de seguridad privada. Es instructor y probador independiente de armamento y equipamiento policial de varias firmas comerciales, lo que le permite conocer de primera mano armas y equipos policiales de última generación. También colabora con varias revistas profesionales escribiendo artículos especializados.

Agradecemos a la AEITP y Javier Pecci la elaboración de este artículo.